¡°Ya me dir¨¦is qu¨¦ hago aqu¨ª¡±, pregunta el supuesto pederasta a la polic¨ªa
Los investigadores atribuyen al detenido cinco violaciones y otros tres intentos, todos a a menores
A ¨²ltima hora de ayer, Antonio ?ngel Ortiz Mart¨ªnez, de 42 a?os, se encontraba en un calabozo de la Jefatura de Polic¨ªa de Madrid a la espera de prestar declaraci¨®n. ¡°Visiblemente desmejorado¡±, seg¨²n fuentes policiales, vestido con su inseparable ch¨¢ndal y una camiseta negra, pregunt¨® ¡°con aire chulesco¡± a un mando policial cu¨¢ndo le iban a explicar qu¨¦ hac¨ªa ¨¦l en comisar¨ªa.
El supuesto pederasta, "el enemigo p¨²blico n¨²mero uno¡±, seg¨²n lo defini¨® la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes; el hombre que mantuvo en vilo durante meses a un barrio entero, el de Ciudad Lineal, en Madrid; el que oblig¨® a la polic¨ªa a dedicar m¨¢s de un centenar de hombres a su captura y a reclamar la colaboraci¨®n del FBI, dice, seg¨²n? fuentes policiales, desconocer de qu¨¦ se le acusa y por qu¨¦ fue arrestado a las 7.37 horas del mi¨¦rcoles en una casa de Santander, a donde huy¨® hace dos semanas tras sentir el aliento de la polic¨ªa.
Las fuerzas de seguridad le atribuyen el secuestro y violaci¨®n de cinco ni?as y de otras tres en grado de tentativa. Todas sus v¨ªctimas son menores de cinco a 11 a?os y las agresiones se repitieron desde julio de 2013. La polic¨ªa no descarta ampliar la lista porque en el transcurso de la investigaci¨®n ha descubierto ataques que no hab¨ªan sido denunciados.
El primero, en Coslada, el 11 de julio de 2013, de una ni?a china a la que el pederasta abord¨® en el portal de su casa con las llaves en la mano y convenci¨® de que sus padres le hab¨ªan invitado a acompa?arla al domicilio. Ya dentro, abus¨® de ella. La ni?a nunca cont¨® nada a su familia. La polic¨ªa sospecha de la existencia de otros episodios similares.
Pese a su aparente actitud incr¨¦dula y desafiante en comisar¨ªa, fuentes cercanas a la operaci¨®n certifican que las facultades mentales del detenido est¨¢n en perfecto estado y aseguran que no parece tener s¨ªntomas de enfermedad ps¨ªquica ni de encontrase bajo los efectos de la droga.
Su arresto en ese domicilio familiar de Santander encarrila la Operaci¨®n Candy, una investigaci¨®n in¨¦dita en Espa?a, seg¨²n explic¨® ayer en rueda de prensa el ministro del Interior Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, flanqueado por Cifuentes y los jefes policiales que han estado al frente de la investigaci¨®n: Alfonso Fern¨¢ndez D¨ªaz, jefe de la Polic¨ªa de Madrid y Jos¨¦ Luis Conde, comisario de la Brigada Provincial de la Polic¨ªa Judicial. El titular del juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 10 de Plaza Castilla que instruye el caso manten¨ªa ayer el secreto de sumario, a falta de que la polic¨ªa practicase otras diligencias con el detenido. El sumario retrata a Antonio ?ngel Ortiz Mart¨ªnez como el pederasta de Ciudad Lineal: un hombre espa?ol de 42 a?os ¡ª¡°aunque aparenta menos edad¡±, matiz¨® el ministro¡ª con un dilatado historial delictivo.
Meticuloso en todos sus secuestros, que efectuaba en el entorno de colegios, parques y tiendas de chucher¨ªas, a finales del pasado agosto cometi¨® el error de parar a comprar en un todo a cien en medio de un rapto y con una de las ni?as en el coche. Pag¨® con una actitud esquiva que dio que pensar a la dependienta, alertada, como todo el barrio, de la existencia de un pederasta en la zona al que las televisiones y radios dedicaban horas de programaci¨®n. Las c¨¢maras de un banco cercano al comercio captaron ese d¨ªa por primera vez el modelo de utilitario en el que se desplazaba el delincuente, pero el ¨¢ngulo de la imagen impidi¨® tomar nota de la matr¨ªcula. Ah¨ª empez¨® el rastreo de 78.000 coches que coincid¨ªan con el de la imagen. Durante su testimonio la peque?a secuestrada pudo recordar una llamada de tel¨¦fono de su captor al volante. La polic¨ªa pein¨® los registros de los postes de telefon¨ªa de la zona y cruz¨® los datos con el recorrido del coche hasta dar con la pista de una compraventa de coches a la que el arrestado cumpl¨ªa encargos.
El presunto pederasta viv¨ªa con su madre en una casa de Madrid, cerca de la zona donde comet¨ªa sus cr¨ªmenes y utiliz¨® una segunda vivienda familiar ¡ªdesocupada y en obras, a unos dos kil¨®metros de la primera¡ª para abusar de las menores. La polic¨ªa tiene pruebas de que en ese domicilio viol¨® al menos a una de las v¨ªctimas y busca pruebas de otras agresiones. Ayer mismo, mientras los agentes examinaban la vivienda, el portero de la finca aseguraba haberle visto entrar con su madre en la casa hace 15 d¨ªas.
Seg¨²n su testimonio, las visitas de madre e hijo eran habituales. El edificio permite acceder directamente en coche desde el garaje, que ¡°solo cuenta con un vigilante nocturno¡±, lo que encajar¨ªa con los horarios vespertinos en los que actuaba el pederasta. Los vecinos de ese bloque de 107 pisos tampoco advirtieron nada extra?o, salvo las persianas que a veces estaban levantadas.
La finca estaba siendo vigilada a diario por la polic¨ªa desde hace al menos dos meses. Hace tres semanas, una patrulla lleg¨® a identificarlo en uno de los cientos de controles rutinarios que estableci¨® en los distritos al noreste de la capital. Esa noche decidi¨® no dormir en la casa familiar y se refugi¨® en su coche. Los investigadores lo apuntaron el primero en la lista de sospechosos. Y repasaron su interminable ficha policial que apuntaba una violaci¨®n a mediados de los 90 a una ni?a de seis a?os por la que le cayeron nueve de prisi¨®n, adem¨¢s de antecedentes por robos, violencia de g¨¦nero y agresiones varias.
Agentes de paisano ya no perdieron de vista ninguno de sus movimientos. Lo acompa?aron cuando decidi¨® poner tener tierra de por medio y esconderse en Santander, hace 15 d¨ªas. Y las dos veces que decidi¨® regresar desde all¨ª en mitad de la noche a Madrid para sortear la vigilancia.
Cultivado en los gimnasios y aficionado a las artes marciales, su experiencia delictiva y el conocimiento que tiene de las t¨¦cnicas de investigaci¨®n policial le ha servido durante este ¨²ltimo a?o para zafarse de los controles y repetir las agresiones extendiendo la psicosis en los distritos del noreste de la capital. No guardaba ning¨²n tipo de relaci¨®n con sus v¨ªctimas ni las vigilaba previamente. Actuaba bajo el patr¨®n del ¡°pederasta no preferencial¡±, seg¨²n el argot de los psic¨®logos que colaboraron en la operaci¨®n. Ba?aba a las ni?as despu¨¦s de abusar de ellas en viviendas particulares o descampados para borrar el rastro despu¨¦s de drogarlas para evitar que recordaran nada. Luego las abandonaba en zonas semiurbanas que facilitaban su huida.
Para el lunes la juez de instrucci¨®n n¨²mero 10 de Madrid ha programado ruedas de reconocimiento que requieren la participaci¨®n de las menores para identificar al pederasta, aunque la polic¨ªa trata de agilizar ese tr¨¢mite para acortar la pesadilla a las familias. La verruga que una de las peque?as atribuy¨® a su secuestrador ya fue determinante para cerrar el caso. La polic¨ªa conf¨ªa en agotar el plazo m¨¢ximo de detenci¨®n, de 72 horas, para poner al arrestado en manos del juez. El distrito de Ciudad Lineal, el mismo que registr¨® un intento de linchamiento la semana pasada cuando un operario de una empresa se acerc¨® a charlar con dos peque?as, respira aliviado.
Mat¨®n y hombre de paja en empresas
El perfil del supuesto pederasta de Ciudad Lineal que dibujan sus captores es el de un individuo habituado a pasar por encima del C¨®digo Penal. Su ficha policial incluye antecedentes por casi todo: secuestros, robos con violencia, detenciones ilegales, violencia machista, una condena de siete a?os de c¨¢rcel por violar a una ni?a de seis a?os en los noventa e incluso v¨ªnculos con el crimen organizado.
El sospechoso es un aficionado a las artes marciales habitual de los gimnasios, donde trabaja los m¨²sculos que le han permitido ejercer de mat¨®n a sueldo para cobrar deudas a morosos. Las redes sociales retratan su culto al cuerpo y la imagen fibrosa que exhibe sobre el ring de los gimnasios en peleas de aficionados.
Sin oficio fijo, alternaba los encargos para un concesionario de veh¨ªculos usados, lo que le permiti¨® disponer de distintos coches para sus raptos, y el cobro de deudas a trav¨¦s de la coacci¨®n mientras ejerc¨ªa de hombre de paja con distintos cargos en empresas y sociedades. En el Registro Mercantil figura como administrador de dos compa?¨ªas en las que, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, no desempe?aba ning¨²n rol relevante, m¨¢s all¨¢ de figurar en los papeles.
Una de estas sociedades, Lanzhoy Corporation SL, sin valor alguno, la adquiri¨® ¨¦l mismo el pasado 25 de marzo en una notar¨ªa de la calle Diego de Le¨®n, en el centro de Madrid. Su objeto social es el ¡°comercio al por menor de aparatos electrodom¨¦sticos en establecimientos especializados¡±. No tiene actividad y las escrituras p¨²blicas nunca fueron retiradas del Registro Mercantil, seg¨²n las fuentes consultadas. Acudi¨® a la firma de los documentos en ch¨¢ndal, reci¨¦n llegado del gimnasio. No pag¨® nada por ella; solo se encarg¨® de costear el papeleo.
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