El PP cree que el ¨²nico candidato posible para las elecciones es Rajoy

No es imaginable un rajoym¨®vil para los desplazamientos del candidato del PP a las generales de finales de noviembre. El pachecom¨®vil fue el autob¨²s tur¨ªstico descubierto y de dos plantas que us¨® en mayo de 1999 el pol¨¦mico exalcalde hist¨®rico de Jerez de la Frontera durante 20 a?os, Pedro Pacheco, en aquella campa?a. En el frontal figuraba un lema: ¡°Pacheco, ?qui¨¦n si no?¡±. El PP s¨ª est¨¢ ahora en aquella tesitura, aunque por otras razones menos carism¨¢ticas. Tras una semana cr¨ªtica, en la que a toda una organizaci¨®n acostumbrada al poder le ha costado mucho digerir el duro castigo del 24-M, los ministros y dirigentes del PP han salido en aluvi¨®n a defender que Mariano Rajoy es el ¡°¨²nico candidato posible¡± y ¡°el mejor¡± en estas circunstancias. No habr¨¢ recambio ahora.

Los s¨ªmiles deportivos sobre la capacidad de aguante y sufrimiento de Rajoy se agotan. El Poulidor gallego, ese ciclista franc¨¦s persistente e inagotable, que parec¨ªa abonado siempre a la segunda plaza, tiene acreditada fama de hombre templado, sensato, tranquilo y poco dado a las improvisaciones o a precipitarse. Tampoco le gusta nada cambiar a las personas que habitan su entorno ni mucho menos comunicar ceses a amigos o compa?eros de toda la vida. ¡°Es con lo que lo pasa peor¡±, coinciden varios dirigentes que le han acompa?ado desde hace d¨¦cadas. Aprecia la estabilidad en todo.

¡°Le cost¨® 32 a?os de carrera pol¨ªtica llegar hasta La Moncloa para dejarlo ahora por esto¡±, repite en este caso un exministro de su ¨¦poca en los gobiernos de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y que se considera a¨²n su amigo. Lo peores momentos de su larga trayectoria pol¨ªtica, que comenz¨® muy joven de concejal en Pontevedra pegando carteles por las noches y luego le llev¨® por la presidencia de la Diputaci¨®n, al gobierno regional gallego de vicepresidente, al Congreso, a dirigir el PP y al Ejecutivo de Aznar en cuatro carteras como ministro, los pas¨® Rajoy en las madrugadas de sus dos duras derrotas frente a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Primero en la de 2004 por culpa de la guerra de Irak y el 11-M, y luego y sobre todo en la de 2008. Aquel fracaso ya fue todo suyo. Se encerr¨® en su despacho de G¨¦nova hasta muy tarde y se march¨® a casa hundido. El partido le regal¨® para recuperarse unas vacaciones familiares en Canarias. All¨¢ se fue. Todo su equipo, y hasta su gur¨² Pedro Arriola, hab¨ªan preparado las maletas para desalojar sus despachos y retirarse. Rajoy retorn¨® de las islas y dej¨® pasmados a sus asesores: ¡°Yo sigo¡±.

Media docena de ministros y dirigentes del PP consultados por EL PA?S coinciden casi con las mismas palabras: ¡°Rajoy no renunciar¨¢ a su candidatura ahora. Eso ser¨ªa una locura y no es su estilo. Los que dicen eso no conocen al personaje. La situaci¨®n es complicada y est¨¢ l¨®gicamente muy preocupado por el resultado de las elecciones pero cree que si se persevera en la misma l¨ªnea al final se notar¨¢ la recuperaci¨®n econ¨®mica y se obtendr¨¢n mejores datos en las generales que ahora¡±. El afectado, el lunes y tras la ejecutiva nacional del PP, lo corrobor¨® y reafirm¨® que se siente en forma para seguir. A la ma?ana siguiente, el bar¨®n de Castilla y Le¨®n, Juan Vicente Herrera (59 a?os), uno de los pocos que gan¨® aunque sin mayor¨ªa absoluta, le conmin¨® a mirarse al espejo antes de lanzarse al ruedo, si realmente ten¨ªa m¨¢s ganas. Luego lo hablaron y Herrera ha quedado silenciado, de momento, aunque ¨¦l se sigue sintiendo de salida.

Caras nuevas

Incluso los miembros del PP m¨¢s leales hist¨®ricamente a Rajoy ofrecen como argumento irrefutable de que su retirada ni se contempla aquel ejemplo de la caravana de Pacheco: ¡°?Qui¨¦n si no?¡±. Ni hay relevo en el banquillo ni se ha preparado ni nadie quiere quedar marcado ahora, en v¨ªsperas de una probable derrota. Las tres opciones recurrentes que a¨²n siguen vigentes tras el trastazo del domingo manejan su propio calendario: la vicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa vive sobreprotegida en La Moncloa, tiene muchos partidarios entre los altos cargos, pero casi ning¨²n sustento en el PP y no dispone de territorio propio; Alberto N¨²?ez Feij¨®o debe convocar elecciones en Galicia en 2016 y a¨²n no ha querido revelar si intenta un tercer mandato (no quiere); y se desconoce la figura de una cara nueva que pudiera contrarrestar la evidencia de que Rajoy va a ser en noviembre el cabeza de cartel mayor de todas las listas con 60 a?os.

El debate en el PP no est¨¢ en Rajoy, que es intocable por ahora. La disputa es por el control de un partido que sobrevive anclado en su refundaci¨®n por Aznar el siglo pasado, y que sabe que debe preparar una campa?a clave y, luego, cambiar su estructura por entero, con otros nombres y otro estilo de funcionamiento moderno y profesionalizado.