¡°La pol¨ªtica ha ido derivando hacia lo maquiaveliano¡±
El ex fiscal general del Estado, que dimiti¨® por "razones personales", cree que "todos hemos llegado tarde" a la lucha contra la violencia de g¨¦nero
?Qu¨¦ aprendi¨® del cine? Que, como dice Garci, es una vida de repuesto. Para quienes crecimos en los 60, en una sociedad abotargada por la guerra, supuso escapes que no ten¨ªamos en la realidad. Fue una suerte de educaci¨®n vital y sentimental.
?Por ejemplo? Matar un ruise?or... A m¨ª, que soy hijo de juez, me produjo un impacto enorme. Admiraba a mi padre y lo ve¨ªa ah¨ª reflejado, ve¨ªa lo que era la justicia y la injusticia.
?La injusticia se intuye? En todo ser humano hay una semilla de rebeld¨ªa contra la injusticia. Soy partidario del derecho natural... En el hombre hay algo bueno y malo a la vez. Y cuando se junta con otros, lo malo y lo bueno se pacta siempre.
?Que le produce la sensaci¨®n de injusticia? Hay una excelente pel¨ªcula, Veredicto final, de Sidney Lumet, con Paul Newman, que habla de ello. En una conversaci¨®n se dice que el derecho est¨¢ para proteger a los d¨¦biles porque si no los poderosos ganan siempre, que las leyes est¨¢n hechas incluso para que ganen los poderosos; hay que hacer algo para romper el equilibrio.
?Un ejemplo actual? Todos hemos llegado tarde a la violencia de g¨¦nero (y lo digo cerca del lugar en el que trabajaba una gran luchadora, Soledad Cazorla); encubr¨ªamos estas situaciones con cualquier justificaci¨®n.
Si la ley llega tarde es que la pol¨ªtica llega muy tarde. Creo que la pol¨ªtica ha ido derivando a unos t¨¦rminos maquiavelianos en el peor sentido: conquisto el poder, te¨®ricamente para hacer mis pol¨ªticas, pero no para hacer algo por el inter¨¦s general. Si la pol¨ªtica no tiene olfato de la realidad, no para ver d¨®nde consigue los votos sino para ver c¨®mo puede mejorar la sociedad, convierte las leyes en superestructura.
Si la pol¨ªtica no es capaz de eso, ?para qu¨¦ sirve? La pol¨ªtica se basa en el consenso. Esto ha sido destruido por la pol¨ªtica de partidos. Ahora ves en los partidos poca participaci¨®n democr¨¢tica, poca porosidad y mucho dogmatismo interno. Alguien le pregunt¨® a una amiga sobre su dificultad para progresar en su partido: ¡°?Pero has visto El Padrino? Te puede dar una visi¨®n bastante exacta de c¨®mo debes comportarte¡±.
?Ha comprobado que El Padrino se compadece con su propia experiencia pol¨ªtica? Mi experiencia ha sido tangencial. Procur¨¦ hacer lo que me pidi¨® el ministro: que la gente percibiera el ministerio fiscal y la figura del Fiscal General lo m¨¢s imparcial posible. Si coincid¨ªa con determinado posicionamiento pol¨ªtico del Gobierno, bien, y si no, era un marcador de la imparcialidad y del ejercicio de legalidad del Fiscal. No vamos a simplificar y a decir que la vida pol¨ªtica es como la de la pel¨ªcula de Coppola. Como la novela de Puzzo, refleja una realidad mafiosa; detr¨¢s est¨¢ el v¨¦rtigo del poder. Si lees la vida de C¨¦sar ves que las cosas han cambiado poco. El Padrino es poli¨¦drica, permite una acerada visi¨®n de la conquista y la defensa del poder. Y s¨ª da esa impresi¨®n de que, de alguna forma, se ha encanallado la vida pol¨ªtica.
?Por qu¨¦ dimiti¨® usted? Dije que por motivos estrictamente personales y lo voy a dejar ah¨ª. O cito a Ortega: ¡°Yo soy yo y mis circunstancias¡±. Dej¨¦moslo ah¨ª. A veces las cosas se explican por s¨ª mismas.
?Qu¨¦ t¨ªtulo de pel¨ªcula tendr¨ªa este periodo de su vida? Javier Mar¨ªas y David Trueba escribieron muy generosamente en EL PA?S cuando dej¨¦ de ser Fiscal General y citaron El hombre que mat¨® a Liberty Valance y Solo ante el peligro. Yo soy m¨¢s de Howard Hawks, al que conoc¨ª. Y me gusta Hatar¨ª. Significa ¡°peligro¡± en swahili.
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