El Supremo resuelve hoy la demanda de los afectados por la talidomida
El laboratorio recurri¨® un fallo a favor de que se indemnizara a las v¨ªctimas argumentando que el da?o ocurri¨® hace m¨¢s de 50 a?os, y que est¨¢ prescrito
El Tribunal Supremo tiene previsto resolver este mi¨¦rcoles el caso de la talidomida. El fallo debe ser el ¨²ltimo paso de un proceso que empez¨® en 2013, cuando 186 personas demandaron a Gr¨¹nenthal, el laboratorio que patent¨® el medicamento que a finales de los cincuenta y principios de los sesenta caus¨® miles de casos de malformaciones en ni?os en el mundo (no se sabe exactamente cu¨¢ntos en Espa?a, se calcula que unos 3.000 de los que a¨²n est¨¢n vivos alrededor de 500). El juzgado de primera instancia les dio la raz¨®n, y conden¨® al laboratorio a indemnizar a una veintena de los 186 demandantes con 20.000 euros por cada punto de discapacidad reconocida, y esta va desde el 33% (cobrar¨ªa 660.000 euros) hasta el 99% (1.980.000). Pero el laboratorio recurri¨® argumentando que el da?o hab¨ªa prescrito, el Tribunal Superior de Madrid le dio la raz¨®n y anul¨® las indemnizaciones en 2014.
Las malformaciones por la talidomida se produjeron a finales de los cincuenta y principios de los sesenta. Se trataba de un f¨¢rmaco nuevo que se utilizaba contra las n¨¢useas, por lo que muchas embarazadas empezaron a tomarlo. Al nacer sus hijos estos presentaron unas malformaciones caracter¨ªsticas, generalizadas por un acortamiento de brazos y piernas por falta de antebrazos o pantorrillas (las manos salen del codo, por ejemplo), aunque hay variedad de s¨ªntomas. Un par de m¨¦dicos, el espa?ol Claus Knapp y el alem¨¢n Widukind Lenz, ambos de la Cl¨ªnica Universitaria de Hamburgo, descubrieron la relaci¨®n, y, tras una complicada lucha, el f¨¢rmaco fue retirado.
El laboratorio estableci¨® entonces un fondo gestionado por la Fundaci¨®n Coltergan para indemnizar a las v¨ªctimas del medicamento. Pero, seg¨²n narra Jos¨¦ Riquelme, presidente de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas de la Talidomida en Espa?a (Avite), esa informaci¨®n no lleg¨® a Espa?a. En plena dictadura franquista, la idea de que ciudadanos de a pie pudieran exigir responsabilidades a las autoridades por una mala gesti¨®n era ilusa, manifiesta Riquelme. Solo un espa?ol ha recibido la pensi¨®n correspondiente. Fue mucho despu¨¦s, ya en democracia, cuando ¨¦l se dio cuenta de que su caso no era ¨²nico al ver en una revista un reportaje sobre un afectado de la talidomida en Reino Unido. Algo similar le ocurri¨® al vicepresidente de Avite, Rafael Basterrechea, quien descubri¨® por Internet que su caso no era ¨²nico en el mundo.
Esta situaci¨®n llev¨® a que los afectados no se unieran hasta 2004. Pero hasta 2010 el Gobierno no reconoci¨® la existencia de 24 afectados, a los que indemniz¨®. Este retraso es uno de los argumentos en contra de la prescripci¨®n del caso de los afectados, ya que entienden que antes de eso no pod¨ªan haber reclamado.?
El caso es complicado no solo por una cuesti¨®n de fechas. El laboratorio se ha ofrecido a indemnizar a quienes demuestren que su malformaci¨®n se debe efectivamente a la talidomida que ellos vendieron, pero 50 a?os despu¨¦s no hay apenas forma de demostrar qu¨¦ f¨¢rmacos tomaron las madres de los afectados. Knapp cree que ese requisito, sin embargo, podr¨ªa solventarse, porque los da?os son espec¨ªficos y ¨²nicos. Adem¨¢s, hay otro problema: Gr¨¹nenthal no fue el ¨²nico laboratorio que vendi¨® el medicamento en Espa?a.
A la espera de la sentencia, los afectados cruzan los dedos. "Hemos hecho todo lo posible", afirma Riquelme. Un fallo a su favor ser¨ªa el primer paso. "Aparte de esta veintena tenemos otros 300 socios" que esperan una indemnizaci¨®n, afirma.
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