Renovaci¨®n urgente
Los espa?oles reclaman un nuevo sistema pol¨ªtico m¨¢s transparente, que sea capaz de solucionar el problema del desempleo y acabe de una vez por todas con la corrupci¨®n
Han pasado apenas 40 a?os desde la muerte de Franco y las instituciones creadas para recuperar e impulsar la democracia en Espa?a presentan achaques. La corrupci¨®n rampante, iniciada en los ochenta y los noventa, unida a la crisis econ¨®mica de 2008, desencadenaron una enorme avalancha de desafecci¨®n hacia la pol¨ªtica y los pol¨ªticos. Los ciudadanos reclaman (o exigen) un cambio radical en la forma de hacer pol¨ªtica, de administrar Justicia, de elegir a sus representantes y de distribuir de forma m¨¢s justa el dinero de los impuestos.
Las acampadas del 15-M no fueron m¨¢s que un aviso de la indignaci¨®n de los espa?oles ante la forma de afrontar la crisis pol¨ªtica, econ¨®mica y social. No se trataba solo de protestar contra la pobreza y la desigualdad; la insatisfacci¨®n era mucho m¨¢s profunda, como se ha ido poniendo de manifiesto en las citas electorales de los ¨²ltimos dos a?os. Los espa?oles quieren un cambio en las instituciones que nos representan y seguir¨¢n dando la espalda a los partidos que no les ofrezcan soluciones.
El 2 de junio de 2014, el Rey Juan Carlos anunciaba por sorpresa que abdicaba la Corona en su hijo Felipe. Fue una decisi¨®n meditada y preparada al detalle (lo digo con conocimiento de causa, porque particip¨¦ durante cuatro meses en el equipo que dise?¨® el plan), y que consigui¨® renovar la imagen que la Monarqu¨ªa espa?ola, duramente castigada por el caso No¨®s y por los errores del anterior titular. Un Rey que se dio cuenta de que su enorme legado en la construcci¨®n de la democracia en Espa?a pod¨ªa ponerse en peligro si no afrontaba una renovaci¨®n urgente.
Lo mismo sucede con algunos de los pilares democr¨¢ticos en Espa?a. El resultado de las elecciones del pasado domingo demuestra que los ciudadanos no se conforman con los turnos en el Gobierno entre los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE. Hasta ahora, las elecciones generales arrojaban dos tipos de resultados: continuidad o cambio, dentro del bipartidismo. Esta vez, los electores han pedido una cierta ruptura con el sistema.
Los ciudadanos reclaman un cambio radical en la forma de hacer pol¨ªtica, de administrar Justicia, de elegir a sus representantes y de distribuir el dinero de los impuestos.
?Qu¨¦ piden los espa?oles? Seg¨²n las encuestas, reclaman un nuevo sistema pol¨ªtico m¨¢s transparente, que sea capaz de solucionar el problema del desempleo, que acabe de una vez por todas con la corrupci¨®n, y que vuelva a convertir a los pol¨ªticos en la soluci¨®n en vez de en el problema.
Para dar respuesta a estas reclamaciones es imprescindible cambiar el paso a los partidos pol¨ªticos. El resultado del 20-D, adem¨¢s de poner muy dif¨ªcil la gobernabilidad en Espa?a, lanza un mensaje claro: es la hora del di¨¢logo y de afrontar unos cambios que, si no los hacen los partidos tradicionales, los har¨¢n los emergentes.
Las reformas institucionales m¨¢s urgentes estaban en los programas de unos y otros partidos pol¨ªticos:
1. Reformar la Ley Electoral para buscar una mayor proporcionalidad y acercar a los candidatos a sus votantes.
2. Recuperar la independencia del Poder Judicial y de otros ¨®rganos jurisdiccionales, sometidos durante a?os a la politizaci¨®n de los partidos m¨¢s consolidados.
3. Racionalizar y clarificar el papel de la Administraci¨®n central, las comunidades aut¨®nomas y los Ayuntamientos en la gesti¨®n de lo p¨²blico.
4. Establecer unos l¨ªmites claros en los recortes p¨²blicos al Estado del bienestar en materia de sanidad, educaci¨®n, seguridad social, servicios sociales, prestaciones por desempleo¡
Estas cuatro reformas ser¨ªan la base para ese aut¨¦ntico cambio institucional que reclaman los espa?oles y que solo se podr¨ªa sacar adelante con grandes pactos de Estado. Y, por supuesto, el cambio requiere una reforma de la Constituci¨®n de 1978, que ha tra¨ªdo la mayor etapa de libertad y prosperidad en la historia de Espa?a, pero que merece la pena ser reformada para que dure muchas d¨¦cadas.
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