Por qu¨¦ necesitamos una banca p¨²blica
No tiene sentido que el debate sobre la conformaci¨®n de un nuevo Gobierno est¨¦ girando en torno a abstracciones y ri?as de poder en los partidos
Durante los pr¨®ximos meses nuestro pa¨ªs tendr¨¢ que enfrentar nuevos e importantes retos sociales, pol¨ªticos, econ¨®micos y ecol¨®gicos. Por eso no parece que tenga mucho sentido que el debate actual, sobre la conformaci¨®n de un nuevo Gobierno, est¨¦ girando en torno a abstracciones y ri?as de poder en el seno de los partidos. El cl¨¢sico qu¨ªtate t¨² que me pongo yo. Al contrario, lo sensato es el planteamiento de propuestas concretas, program¨¢ticas, que ofrezcan una respuesta v¨¢lida a todos esos retos. Y, sobre esas propuestas, el debate serio y honesto.
Uno de esos retos es el que afectar¨¢ al sistema financiero espa?ol. Como es sabido, la reciente crisis financiera y la pol¨ªtica de los ¨²ltimos gobiernos han cambiado completamente el panorama del sector. Las cajas de ahorro se han transformado definitivamente en bancos ¡ªen un proceso en el que, no obstante, llevaban inmersas muchos a?os¡ª y unas pocas entidades se han hecho con el control del mercado. Al mismo tiempo, la pol¨ªtica de privatizaci¨®n de las ganancias y socializaci¨®n de las p¨¦rdidas del Gobierno del PP ha permitido sanear los balances de muchas entidades e incluso nacionalizar de facto algunas de ellas. Sin embargo, la econom¨ªa real no parece haberse beneficiado de todo ello y, en tanto el sistema financiero vive de la econom¨ªa real ¡ªcosa que tiende a olvidarse demasiado a menudo¡ª, han vuelto las tensiones al sector.
Y es que la presunta recuperaci¨®n econ¨®mica ¡ªen realidad bonanza macroecon¨®mica y miseria microecon¨®mica¡ª est¨¢ basada en la inyecci¨®n billonaria de dinero en el sistema financiero internacional. Los principales bancos centrales del mundo desarrollado han abierto una barra libre de liquidez que ha inundado el sistema financiero y ha animado los mercados durante los ¨²ltimos a?os. Subieron las bolsas, baj¨® la prima de riesgo y, en suma, aquellos actores que operaban en el sistema financiero vieron c¨®mo continuaba el flujo de dinero ¡ªy de especulaci¨®n¡ª y con ello tambi¨¦n sus ganancias. Pero por lo general ese dinero no ha bajado a la econom¨ªa real, que sigue asolada por el paro, la precariedad y la desigualdad, y estas pr¨¢cticas solo han servido para mantener los indicadores macroecon¨®micos aparentemente sanos. Pero lo que realmente hay de fondo es la crudeza de las burbujas financieras, y las tensiones y las contradicciones no tardar¨¢n mucho en estallar. De hecho, ya vemos algunas se?ales en la situaci¨®n reciente de las bolsas en Estados Unidos y China.
Una nueva crisis financiera internacional es una hip¨®tesis cada vez m¨¢s plausible, y las condiciones objetivas ya se dan. Las consecuencias para una econom¨ªa como la nuestra ser¨ªan dram¨¢ticas, m¨¢s a¨²n cuando los ¨²ltimos a?os no han sido aprovechados para fortalecer los instrumentos p¨²blicos. Sin embargo, estamos a tiempo de responder si un nuevo Gobierno manifiesta y pone en marcha tal voluntad pol¨ªtica. Y la propuesta aqu¨ª es clara: paralizar de forma inmediata el proceso de privatizaci¨®n de las entidades financieras nacionalizadas y aprovechar la situaci¨®n actual para conformar y extender un polo de banca p¨²blica que permita afrontar con mayores garant¨ªas los retos pr¨®ximos.
No cabe duda de que el sistema financiero espa?ol, como el europeo, necesita una regulaci¨®n m¨¢s estricta que alinee sus intereses a los de la econom¨ªa real. Hay que revertir esa desconexi¨®n que existe entre el mundo financiero y la econom¨ªa real. Al tiempo que es fundamental que exista un polo de banca p¨²blica con la que poder proteger a la ciudadan¨ªa y a nuestros ahorros, facilitar una pol¨ªtica de alquiler p¨²blico barato, reducir el imponente poder de la oligarqu¨ªa financiera, establecer l¨ªneas de cr¨¦dito a sectores productivos relevantes y transformar nuestro modelo productivo. Todo eso es necesario pero tambi¨¦n posible¡ si se quiere.
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