Planteamientos insuficientes

Espa?a ser¨¢ el pa¨ªs m¨¢s envejecido de Europa en unas d¨¦cadas. El espectacular aumento de la esperanza de vida combinado con una de las menores tasas de fecundidad del mundo provocar¨¢ que cuando se jubile la generaci¨®n del baby boom, tengamos un jubilado por cada 1,3 personas en edad de trabajar. Las buenas noticias asociadas a una mayor longevidad se tornan negativas tan pronto pensamos en la sostenibilidad de las pensiones. Una sostenibilidad tambi¨¦n amenazada en el corto plazo, con un d¨¦ficit actual en la Seguridad Social (en su vertiente contributiva) de cerca de 17.000 millones. La insoportable tasa de paro, la precarizaci¨®n salarial y el despilfarro en la pol¨ªtica de bonificaciones a la contrataci¨®n han lastrado los ingresos, se ha comido r¨¢pidamente m¨¢s de mitad del Fondo de Reserva y ha adelantado la entrada en d¨¦ficit del sistema.

En definitiva, se agota el tiempo para adaptar nuestras pensiones a la nueva realidad demogr¨¢fica. La ¨²ltima reforma consigue garantizar la sostenibilidad del sistema, pero de una forma ineficiente e injusta, al recaer todo el coste en la congelaci¨®n de las pensiones. Tan pronto el Banco Central Europeo consiga su objetivo de inflaci¨®n del 2%, las pensiones perder¨¢n un 1,75% de poder adquisitivo cada a?o.

Ante este panorama es normal la preocupaci¨®n de los ciudadanos, m¨¢xime cuando estamos en la antesala de la repetici¨®n de las elecciones generales. Los pol¨ªticos, en campa?a, acuden raudos a satisfacer estas demandas. Por un lado el PSOE, con el apoyo posterior de Podemos, propone introducir una nueva tasa para financiar las pensiones. Por otro lado, PP y Ciudadanos no ven necesaria tal subida y como soluci¨®n apuestan por la creaci¨®n de empleo. Ambas propuestas pol¨ªticas son claramente insuficientes, por no decir otra cosa, y no est¨¢n a la altura del problema que tenemos por delante. La realidad aritm¨¦tica del envejecimiento sobre las pensiones es tozuda. Si queremos escapar de la injusta congelaci¨®n, el gasto superar¨¢ el 15% del PIB en las pr¨®ximas d¨¦cadas. Y al mismo tiempo, aunque alcancemos el pleno empleo, los ingresos por cotizaciones apenas superaran el 10% del PIB.

Sabemos que las promesas electorales se las lleva el viento y que el papel lo aguanta todo. En una cuesti¨®n tan fundamental para la sociedad como las pensiones, los pol¨ªticos deber¨ªan mostrar su sentido de Estado. No enzarzarse de forma partidista en el juego electoral prometiendo lo imposible, sino explicar a los ciudadanos la realidad del envejecimiento y trabajar juntos para conseguir un sistema de pensiones sostenible para las futuras generaciones. Se lo debemos a nuestros j¨®venes, que ya han sufrido la peor parte de esta maldita crisis. Confiemos en que la clase pol¨ªtica est¨¦ a la altura del reto demogr¨¢fico al que nos enfrentamos.

Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz es profesor de Econom¨ªa en la Universidad Complutense.