La doble consulta y sus ra¨ªces

La propuesta de Pedro S¨¢nchez de un pacto entre los Gobiernos de Espa?a y de Catalu?a que se someter¨ªa a refer¨¦ndum en esa comunidad no es una ocurrencia sino una alternativa a la consulta sobre la independencia planteada por los nacionalistas. Algo que se ven¨ªa reclamando al Gobierno: que no se limitase a rechazar una negociaci¨®n al margen de la Constituci¨®n sino que planteara posibles salidas dentro de ella, en su caso tras su reforma.

Salida sugerida por pol¨ªticos como el lehendakari Urkullu: ¡°Hay que desterrar [la idea de] que la consulta es para la independencia. No. La consulta puede asociarse a una pregunta pactada, un acuerdo sobre una reforma del Estatuto y que se vote su ratificaci¨®n¡±. Y defendida por intelectuales influyentes en Catalu?a, como Juan Jos¨¦ L¨®pez Burniol: ¡°Una consulta que no ser¨ªa sobre independencia s¨ª o no, sino acerca de si [los catalanes] aceptan o no un proyecto de encaje con el resto de Espa?a en los t¨¦rminos previamente pactados¡±. O por especialistas acad¨¦micos como Javier P¨¦rez Royo: el refer¨¦ndum es eficaz ¡°para ratificar acuerdos, pero no para arbitrar desacuerdos¡±. O en fin, por el propio l¨ªder del PSOE cuando sintetiza que ¡°no se trata de votar para romper, sino de acordar para votar¡±.

Votar para romper es lo que pasar¨ªa si la consulta se sit¨²a al comienzo del proceso negociador, dividiendo a la poblaci¨®n y condicionando cualquier iniciativa posterior. Acordar para votar solo puede significar que la votaci¨®n no sea sobre la posici¨®n m¨¢s extrema, sino sobre el acuerdo alcanzado en torno a f¨®rmulas que recojan la pluralidad de la sociedad catalana. No sobre la independencia, sino sobre la respuesta a las causas invocadas por el nacionalismo para justificar su deslizamiento hacia el independentismo. Sustancialmente, la autonom¨ªa financiera.

Una objeci¨®n obvia es si una cuesti¨®n que afecta profundamente al sistema auton¨®mico (y a los sentimientos de millones de espa?oles) podr¨ªa ser resuelta solo por los catalanes. Pero tambi¨¦n ser¨ªa cuestionable que la ¨²ltima palabra sobre el futuro de Catalu?a correspondiera a todos los espa?oles. Para salvar esa contradicci¨®n, el profesor Mu?oz Machado plantea en su libro sobre Catalu?a y las dem¨¢s Espa?as (2014) una f¨®rmula no muy diferente de la apuntada por S¨¢nchez: reforma de la Constituci¨®n capaz de ¡°dar cabida¡± a las modificaciones sobre el porvenir pol¨ªtico de Catalu?a pactadas. Por ejemplo, precisando qu¨¦ consecuencias se derivan de la distinci¨®n constitucional entre nacionalidades y regiones.

Mu?oz Machado sintetiza los problemas que resolver¨ªa: que el pueblo de Catalu?a vote en refer¨¦ndum, como reclama su mayor¨ªa, y que lo haga sobre un texto concreto; que la decisi¨®n sea encajable en la Constituci¨®n tras su reforma; que el pueblo espa?ol tambi¨¦n vote para aprobar la reforma constitucional; que el Estatut y la Constituci¨®n queden vinculados, de forma que cualquier reforma futura tenga que comprender ambos textos.

Todo bastante complicado, pero no m¨¢s que el proceso de ruptura sin acuerdo.