Lo que habr¨¢ sobre la mesa
Catalu?a y la crisis son problemas que requieren consenso entre el PP y el PSOE
Cualquiera que sea el resultado de las elecciones y su plasmaci¨®n en un nuevo Gobierno, este se encontrar¨¢ sobre la mesa los dos principales problemas actuales de Espa?a: el de la superaci¨®n de los efectos de la crisis y, sobre todo, el de Catalu?a. Su soluci¨®n o encauzamiento depender¨¢ en buena medida de la composici¨®n de ese Ejecutivo. Pero ambos problemas son de los que requieren un consenso transversal. Pablo Iglesias lleva d¨ªas emplazando a Pedro S¨¢nchez a aclarar si quiere gobernar con el PP o con la coalici¨®n de izquierdas que ¨¦l encabeza. El l¨ªder del PSOE se ha comprometido a ¡°no vetar a ninguna fuerza del cambio¡±, lo que en principio excluye al PP. S¨¢nchez hab¨ªa afirmado que en ning¨²n caso habr¨ªa terceras elecciones, lo que se interpret¨® como que, llegado el caso, el PSOE se abstendr¨ªa para facilitar la investidura del candidato del partido m¨¢s votado: lo que hab¨ªa reclamado Rajoy en el debate a cuatropor televisi¨®n. Pero S¨¢nchez desautoriz¨® esa interpretaci¨®n, lo que hizo pensar a m¨¢s de cuatro que no exclu¨ªa un pacto de gobierno con Iglesias.
Descartando un imposible pacto Iglesias-Rajoy, la ¨²nica combinaci¨®n de dos partidos que alcanzar¨ªa la mayor¨ªa absoluta ser¨ªa la gran coalici¨®n.F¨®rmula rechazada por el 62% de la poblaci¨®n, seg¨²n el sondeo de Metroscopia, lo que explica la resistencia de los socialistas por temor a un estallido interno.
Pero si el criterio es posibilitar un Gobierno capaz de hacer frente a esos problemas, la opci¨®n de dejar gobernar al PP en minor¨ªa ser¨ªa defendible. De entrada, ser¨ªa menos arriesgada que la de un Gobierno presidido por Iglesias: por la falta de realismo de sus recetas econ¨®micas, pero tambi¨¦n por su compromiso de convocar un refer¨¦ndum sobre la independencia de Catalu?a, extensible a todos los territorios que lo hayan planteado ¡°con especial intensidad¡±; y por los rasgos antiliberales y antidemocr¨¢ticos que revelan declaraciones como la de Monedero sobre la subordinaci¨®n de los jueces al poder pol¨ªtico, que recupera un punto de su programa, luego retirado, que exig¨ªa ¡°compromiso con el Gobierno del cambio¡± para los nombramientos de cargos institucionales.
Jordi Sevilla, principal asesor econ¨®mico de S¨¢nchez, ha planteado que en caso de que ning¨²n partido alcanzase la mayor¨ªa para la investidura se dejase gobernar al partido que acreditase el mayor respaldo parlamentario. Es un criterio m¨¢s coherente con la l¨®gica parlamentaria que el de la lista m¨¢s votada. De entrada, constituye un incentivo para acuerdos transversales: entre partidos que, sean de derechas o de izquierdas, comparten los principios democr¨¢ticos b¨¢sicos; y que ser¨ªan una garant¨ªa para poder cerrar el paso a eventuales mayor¨ªas coyunturales de partidos extremistas, como el de Le Pen en Francia.
La alternativa al refer¨¦ndum ilegal es uno pactado y legal que partir¨ªa de una reforma de la Constituci¨®n, lo que har¨ªa imprescindible contar con el PP. Esa reforma deber¨ªa respetar el principio de igualdad de sus art¨ªculos 138 y 139 (las diferencias estatutarias no implicar¨¢n privilegios econ¨®micos o sociales; todos los espa?oles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio). La Constituci¨®n reformada tendr¨ªa que ser aprobada por el Parlamento y en su caso ratificada en refer¨¦ndum por todo el cuerpo electoral. Las modificaciones acordadas en ese marco ser¨ªan incorporadas al Estatut, que deber¨ªa a su vez ser ratificado por el censo catal¨¢n.
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