Juicio G¨¹rtel | ¡®El Bigotes¡¯ reconoce su firma en el regalo de un bolso a Ana Mato

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?lvaro P¨¦rez, conocido popularmente como El Bigotes, se ha desvinculado de manera tajante este viernes de la gesti¨®n econ¨®mica de las sociedades del grupo de Francisco Correa, el jefe confeso de la?trama G¨¹rtel de corrupci¨®n. En la und¨¦cima jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional, P¨¦rez se ha presentado como un ¡°desastre¡± econ¨®mico sin paliativos y ha asegurado que su papel en las empresas de Correa se limitaba al aspecto creativo de la organizaci¨®n de eventos, casi todos del PP, cuya imagen ¡°rancia¡± se jact¨® de haber cambiado durante la ¨¦poca de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

El considerado n¨²mero tres de la trama G¨¹rtel, tras Pablo Crespo, ha negado los pagos que la fiscal¨ªa le atribuye al extesorero del PP Luis B¨¢rcenas ¨C¡°A ese se?or lo m¨¢s que le he dado han sido los buenos d¨ªas¡±, dijo- y al exalcalde de Pozuelo Jes¨²s Sep¨²lveda, exesposo de Ana Mato. Aunque ha reconocido su firma en diferentes documentos de la red sobre regalos a la antigua ministra de Sanidad, como art¨ªculos de lujo o la celebraci¨®n de cumplea?os de los hijos de aquella, ha rechazado que ordenara los pagos, algo que ten¨ªa vetado en la empresa Special Events, a la que pertenec¨ªa. ¡°No pod¨ªa pedir ni 150 euros para echar gasolina para acudir a un acto si no estaba autorizado, Jos¨¦ Luis [Izquierdo, el contable de la trama] ir¨ªa con un palo detr¨¢s de m¨ª, no se fiaban de m¨ª¡± ha rememorado.

El Bigotes, que solo ha contestado a las preguntas de su abogado, Javier Vasallo, ha dado la declaraci¨®n m¨¢s colorista de cuantas se han realizado hasta ahora en la macrocausa del caso G¨¹rtel. Su labor en la organizaci¨®n, ha afirmado, era la de un ¡°currante¡±, siempre metido ¡°en el tajo¡± de los eventos. ¡°He trabajado como un condenado y he trabajado muy bien, ¨¦ramos los mejores trabajando¡±, se ha enorgullecido.

Seg¨²n ¨¦l, su aportaci¨®n fue decisiva para mejorar la imagen de marca del PP. "Dec¨ªan que Aznar se hab¨ªa hecho un lifting, y no era eso, es que hab¨ªamos iluminado de otra manera. Cambiamos el color haya por el azul, la gente estaba como en un teatro, empezamos a bajar los escenarios, a iluminar lateralmente, Aznar ten¨ªa la ceja muy poblada y ojos muy hundidos, y parec¨ªa que estaba de mala leche, le iluminamos de otra manera y parec¨ªa m¨¢s fresco. Empezaron a copiarnos otros partidos¡±, record¨®.

P¨¦rez tambi¨¦n se ha mostrado ante el tribunal presidido por el magistrado ?ngel Hurtado, como un personaje expansivo y torrencial con tendencia a meter la pata. ¡°Si ve que mi vehemencia me lleva al desastre me avisa, hay que contenerme y atarme el corto, soy defensor del taco como Camilo Jos¨¦ Cela, y a veces se me escapan", le dijo al tribunal. El juez le reconvino seriamente una vez, cuando pidi¨® un receso para ir al ba?o por padecer un c¨¢ncer de pr¨®stata. ¡°He querido traer el tumor, pero no he podido¡±, brome¨®. Al juez no le hizo gracia el chiste: ¡°No le voy a permitir ni una m¨¢s¡±, le amonest¨® Hurtado al reanudarse la sesi¨®n.

El Bigotes reconoci¨® que Correa le pagaba parte de su salario en sobres de dinero negro porque ten¨ªa el sueldo embargado por deudas con Hacienda, la Seguridad Social y por multas de tr¨¢fico. Las entregas est¨¢n recogidas en el sumario con las siglas J. S., que la fiscal¨ªa cree que corresponden a Jes¨²s Sep¨²lveda, el exesposo de Ana Mato. Sin embargo, al igual que hizo Correa en su declaraci¨®n, P¨¦rez afirm¨® que el dinero eran pagos a su asesor fiscal Jos¨¦ Sevilla, para que fuera regularizando su situaci¨®n. ¡°Fue una obsesi¨®n personal de Correa de que limpiara esos pufos y me oblig¨® que cada vez que cobraba una parte fuera para pagar eso¡±, record¨®.

Como ya hizo el jueves Pablo Crespo, el gerente de la trama G¨¹rtel, El Bigotes ha rechazado ratificar la declaraci¨®n prestada en fase de instrucci¨®n ante el juez Baltasar Garz¨®n, en febrero de 2009, por las condiciones de su detenci¨®n. ¡°Lo del se?or Crespo fue un palacio comparado con lo que sufr¨ª yo. Me hice pis encima del miedo que pas¨¦ cuando me metieron en el calabozo con otros cuarenta y tantos presos; llevaba el pantal¨®n meado de tres d¨ªas¡±.