Dolors Montserrat ante la tarea de sacar Sanidad del coma
La ministra se encuentra con los profesionales enfrentados y la tarea pendiente de la coordinaci¨®n
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, asume una cartera con poco presupuesto y competencias, pero de mucha visibilidad. Ajena al mundo sanitario, en el sector se atribuye su nombramiento m¨¢s a la necesidad del presidente, Mariano Rajoy, de contar con un representante del ala catalana del partido, que a su experiencia.
El list¨®n no lo tiene muy alto. El antecedente de Ana Mato, quien dimiti¨® tras fracasar en la gesti¨®n de la crisis del ¨¦bola y despu¨¦s de verse implicada en el caso G¨¹rtel, deja un departamento amortiguado, casi en coma. Los ministros sucesores de Mato, Alfonso Alonso y F¨¢tima B¨¢?ez, fueron claramente circunstanciales. Montserrat se encuentra un ministerio con poco presupuesto y competencias transferidas, y con las aguas revueltas entre varios de los actores principales de sus cometidos.
Dependencia
La partida m¨¢s importante que maneja Sanidad es la que debe dedicarse a la dependencia (1.252 millones en 2016, un aumento del 6%). A pesar de que la subida de este a?o electoral se debe a que en 2015 se complet¨® la implantaci¨®n del sistema, a principios de a?o todav¨ªa un tercio de quienes ten¨ªan reconocida una dependencia estaban sin prestaci¨®n, seg¨²n un informe de la Asociaci¨®n Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. El Ejecutivo solo aporta parte del coste de las ayudas, que deben completar las autonom¨ªas. El anuncio de futuros recortes de 5.500 millones no permite esperar el impulso que el sistema necesita, en el que todav¨ªa muchas personas mueren antes de recibir la ayuda a la que tienen derecho.
Personal sanitario
Ni el presidente de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez Send¨ªn, ni el del Consejo General de Enfermer¨ªa, M¨¢ximo Gonz¨¢lez Jurado, acudieron a la toma de posesi¨®n de la ministra. ¡°Ninguno de los 100 puntos que firmamos con Mato se ha cumplido¡±, afirmaba d¨ªas despu¨¦s un miembro de la direcci¨®n del colegio de enfermer¨ªa. Se refer¨ªa a sendos acuerdos por la sostenibilidad del sistema que la ministra hab¨ªa firmado con ellos con toda solemnidad en presencia de Rajoy y que ambas organizaciones reconocen ahora que fue papel mojado, una foto que no les qued¨® m¨¢s remedio que hacerse con la ministra despu¨¦s del real decreto de recortes de abril de 2012. Adem¨¢s, los enfermeros est¨¢n enfadados porque el anterior Ejecutivo no aprob¨® que pudieran recomendar ciertos medicamentos sin necesitar de la supervisi¨®n de un m¨¦dico. Los facultativos, por otro lado, esperan con dudas el nuevo sistema de formaci¨®n que sustituir¨¢ al MIR, con cr¨ªticas porque no reconoce su especialidad (infect¨®logos, por ejemplo) o porque reduce el tiempo de formaci¨®n espec¨ªfica (microbi¨®lo-gos).
Coordinaci¨®n
La transferencia de las competencias sanitarias a las comunidades que concluy¨® en 2002 ha dejado la coordinaci¨®n del sistema en un consejo interterritorial que solo puede recomendar actuaciones, pero no imponerlas. Ello supone que en cada regi¨®n puede haber unas prestaciones distintas, con diferentes tiempos de demora, acceso a distintos f¨¢rmacos y servicios dispares. Esto es, en s¨ª, la esencia de la descentralizaci¨®n, pero ni los pacientes ni los profesionales lo entienden. La semana pasada, el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jes¨²s Fern¨¢ndez (PSOE), se atrevi¨® a verbalizarlo: ¡°Hace falta que el consejo tenga m¨¢s capacidad ejecutiva¡±. Se refiere a que ciertas decisiones, como el calendario de vacunaci¨®n, debe ser obligatoriamente com¨²n.
Financiaci¨®n resuelta
El Gobierno de Mariano Rajoy ha encontrado una soluci¨®n para la financiaci¨®n de las comunidades: los fondos de liquidaci¨®n auton¨®mica (FLA), con los que presta dinero a las autonom¨ªas a inter¨¦s cero. Aunque no es espec¨ªficamente sanitario, este dinero ha conseguido que desaparezcan las deudas con los proveedores sanitarios (16.000 millones hace ocho a?os).
Desde que el PP completara las transferencias sanitarias en 2002, este asunto ha sido un continuo quebranto. Pero el ministerio ha quedado al margen: el Ejecutivo reparte un dinero que las comunidades gastan como quieren. En sanidad o en aeropuertos.
Conectividad
Todav¨ªa un habitante de una comunidad puede tener problemas para ser atendido en otra porque su tarjeta sanitaria no sirve fuera de sus fronteras locales. Tampoco est¨¢ resuelto el sistema para que una persona pueda ser atendida, por ejemplo, en el hospital de otra comunidad si lo tiene m¨¢s cerca, para lo que har¨ªa falta un sistema de compensaci¨®n.
Universalidad
Dejar sin prestaci¨®n sanitaria reglada a los inmigrantes en situaci¨®n irregular fue el buque insignia de los recortes de 2012. La mayor¨ªa del Congreso est¨¢ actualmente a favor de que estas personas recuperen el acceso a los servicios sanitarios en igualdad de condiciones que los nacionales, y podr¨ªan impon¨¦rselo al Gobierno. Tambi¨¦n conseguir la universalidad completa eliminando las restricciones en funci¨®n de la renta o el tipo de actividad.
Transparencia
El Ministerio de Sanidad no dispone de datos pormenorizados de la actividad de las comunidades. Y, cuando los tiene, no los da. La excepci¨®n es el gasto en farmacias. Y el caso m¨¢s sangrante es el de las listas de espera, que el ministerio da agregados por comunidades porque tiene el compromiso con ellas de no proporcionar el detalle. Era la ¨²nica manera de tener una cifra estatal sin que los consejeros vieran su trabajo comparado con el de sus vecinos ante los ciudadanos.
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