Es necesario m¨¢s capital emprendedor
El autor critica "el car¨¢cter punitivo y disuasorio" que tiene la fiscalidad espa?ola para las inversiones en innovaci¨®n y tecnolog¨ªa
El emprendimiento tecnol¨®gico, en las econom¨ªas avanzadas, es un ecosistema en donde la debilidad de alguna de las especies que lo pueblan limita severamente el desarrollo de todas las dem¨¢s. Si hay pocos mosquitos habr¨¢ pocos vencejos. En el mundo de la I+D tecnol¨®gica del sector empresas hay cuatro agentes principales: los emprendedores, que son los que tienen una visi¨®n de futuro de un producto tecnol¨®gico; los financieros, que comparten la visi¨®n de los anteriores y arriesgan su dinero proporcion¨¢ndoles capital para desarrollar su sue?o (ese es el ¡°capital emprendedor¡±); las grandes empresas tecnol¨®gicas, que acaban comprando o licenciando los productos de las start-ups; y los bancos que, junto a los mercados primarios de valores, financian a las grandes empresas. Cada uno de estos agentes tiene su funci¨®n espec¨ªfica y su negocio depende del buen funcionamiento del conjunto de esta especie de cadena alimentaria que conforma la I+D.
En el mundo actual muchas grandes empresas han disminuido su I+D interna porque les sale mucho m¨¢s a cuenta tener en el radar a una mir¨ªada de start-ups de su sector cuyas ideas pudieran acabar si¨¦ndoles de inter¨¦s. De este modo, son las start-ups las que se ocupan de los primeros estadios de la I+D hasta que se supera la incertidumbre sobre el posible fracaso tecnol¨®gico del producto.
El eslab¨®n d¨¦bil de la cadena de I+D en Espa?a es el capital emprendedor. Es muy dif¨ªcil encontrar dinero privado espa?ol para financiar los riesgos
Este riesgo ha sido el m¨¢s caracter¨ªstico de la fase de start-up y es el riesgo que asume, desde el principio, el capital emprendedor. En los ¨²ltimos a?os muchas start-ups se han visto obligadas tambi¨¦n a asumir riesgos de mercado, es decir, el riesgo de que un producto tecnol¨®gicamente exitoso no encuentre la aceptaci¨®n requerida para ser un ¨¦xito de ventas. Este riesgo tambi¨¦n lo acaba financiando el capital emprendedor.
El eslab¨®n d¨¦bil de la cadena de I+D en Espa?a es el capital emprendedor. Es muy dif¨ªcil encontrar dinero privado espa?ol para financiar los riesgos descritos en el p¨¢rrafo anterior. Las razones de esta debilidad son variadas, pero entre ellas destaca el car¨¢cter punitivo y disuasorio que tiene nuestra fiscalidad para este tipo de inversiones.
Todas las grandes empresas espa?olas hacen I+D, y todas ellas obtienen beneficios fiscales por esta actividad, t¨ªpicamente en forma de deducciones en la cuota del Impuesto de Sociedades. No ocurre lo mismo con las start-ups: al no tener beneficios, no tienen acceso a estas deducciones. Adem¨¢s, los inversores en este tipo de compa?¨ªas no pueden acogerse a ning¨²n r¨¦gimen de transparencia fiscal que traslade a su factura tributaria el gasto en I+D de sus participaciones en estas empresas. De este modo, aunque un elevado porcentaje del gasto de estas microempresas tecnol¨®gicas es I+D (hasta un 80% en muchos casos), ello no tiene ning¨²n efecto tributario.
Hacienda lo trata como si fuera echar cohetes, como pura diversi¨®n. Las consecuencias son obvias y demoledoras: en Espa?a casi no hay capital privado que arriesgue invirtiendo en start-ups tecnol¨®gicas. Sale car¨ªsimo comparado con explotar un aparcamiento (?que s¨ª puede tener gastos de I+D desgravables!) o con la construcci¨®n o con el turismo (que tambi¨¦n pueden tenerlos). En Espa?a hay muchos proyectos de start-up con ideas muy interesantes y potencialmente valiosas. La gran mayor¨ªa de ellas nunca encontrar¨¢n un financiero que las ayude a despegar. No es falta de ideas si no falta del dinero necesario para desarrollarlas.
La potencia del capital emprendedor es lo que, en palabras de Carl Schramm -a quien el semanario The Economist tild¨® de "evangelista del emprendimiento"- asegura la supremac¨ªa de EE UU en la I+D a nivel mundial. Tambi¨¦n en Israel, cuyo Gobierno apost¨® hace d¨¦cadas por el sector tecnol¨®gico y, muy particularmente, por la biotecnolog¨ªa, el capital emprendedor da muestras de gran fortaleza.
En nuestro pa¨ªs, como hemos dicho, el capital emprendedor es de una debilidad extrema, lo que resulta en una I+D an¨¦mica. Ello no es debido a la escasez de dinero p¨²blico, sino a la escasez de dinero privado, que ve m¨¢s incentivos en los chiringuitos playeros. Hay que poner remedio a esta situaci¨®n dando a los financieros emprendedores unos incentivos similares a los que tienen las grandes empresas para sus gastos de I+D. Aunque las start-ups no generen puertas giratorias.
C¨¦sar Molinas es socio de CRB Inverb¨ªo
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