La detenci¨®n de 269 estafadores de Taiw¨¢n provoc¨® una estampida que caus¨® heridos

Dentro de un chal¨¦ de Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid) hab¨ªa 30 taiwaneses, de los tres centenares que China segu¨ªa muy de cerca desde agosto pasado a trav¨¦s de los ip de sus ordenadores. El gigante asi¨¢tico finalmente logr¨® identificar a 269 de ellos, que se hac¨ªan pasar por "jueces, fiscales y polic¨ªas" y que desde Espa?a y otros pa¨ªses han esquilmado en los ¨²ltimos a?os los ahorros de casi 3.000 compatriotas chinos.

Uno de los estafados en China (hay v¨ªctimas de todas las edades, muchas de condici¨®n humilde) acab¨® quit¨¢ndose la vida despu¨¦s de que la banda le saqueara los ahorros de sus estudios universitarios. As¨ª se indica en las diligencias que tramitan los jueces de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz y Jos¨¦ de la Mata. Este ¨²ltimo magistrado tendr¨¢ que citar ahora a los 269 detenidos, uno a uno, para preguntarles si acceden voluntariamente a ser extraditados a China, que los est¨¢ reclamando a Espa?a con contundencia para juzgarlos all¨ª por sus fechor¨ªas ante el recelo de las autoridades de Taiw¨¢n. La ¨²ltima palabra, una vez resuelva el asunto la Audiencia Nacional, la tiene el Gobierno espa?ol.

Los estafadores se hac¨ªan pasar por "jueces, fiscales y polic¨ªas" y han esquilmado los ahorros de casi 3.000 compatriotas chinos

Las autoridades chinas se han tomado muy en serio conseguir la extradici¨®n de los 269 taiwaneses que componen esta "banda mafiosa", como la define China en sus escritos a los jueces espa?oles. Hasta enviaron polic¨ªas para ayudar a sus colegas espa?oles en los registros. Todos se hallan en la actualidad en distintas c¨¢rceles de las ciudades donde se les arrest¨®, con ayuda de polic¨ªas provenientes de China. Fueron detenidos el pasado 14 de diciembre en la denominada Operaci¨®n The Wall. En el escrito que dirigi¨® el pasado 17 de enero la Embajada de China al Ministerio de Asuntos Exteriores, para que lo elevara al Ministerio de Justicia y desde aqu¨ª a los jueces de la Audiencia Nacional, China expresa su "respeto a las autoridades espa?olas". Pero a rengl¨®n seguido, seg¨²n documentaci¨®n del sumario que obra en poder de EL PA?S, exige la entrega de "esta banda mafiosa" integrada por estafadores en su mayor¨ªa "de entre 18 y 20 a?os". Y cuyo modus operandi era contactar telem¨¢ticamente o por tel¨¦fono con ciudadanos chinos a los que enga?aban haci¨¦ndose pasar por "jueces, fiscales o polic¨ªas". Por ejemplo, les dec¨ªan que investigaban sus cuentas bancarias por blanquear dinero a trav¨¦s de ellas. Asustadas, las v¨ªctimas acced¨ªan a facilitarles la clave y usuario de sus cuentas. Hay estafas de m¨¢s de 30.000 euros. En sus apenas seis meses de delictiva andadura en Espa?a, la trama pudo timar m¨¢s de 12 millones de euros a compatriotas chinos, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas.?

La representaci¨®n de Taiw¨¢n en Madrid, su oficina cultural, no quiere que sus conciudadanos sean extraditados a China. Quiere que, en su caso, sean llevados a Taiw¨¢n y cumplan all¨ª las oportunas penas por delitos econ¨®micos, castigados con hasta cinco a?os de prisi¨®n, pero no en China, con la que las autoridades de la isla mantiene diferencias de identidad. China admite que las estafas que atribuye a esta trama est¨¢n tipificadas "en el art¨ªculo 266" de su C¨®digo Penal y tienen como castigo "la cadena perpetua". Si son extraditados, en China les esperan casi 3.000 damnificados.

Las autoridades chinas se han tomado muy en serio conseguir de Espa?a la extradici¨®n de los 269 taiwaneses de esta "banda mafiosa"

Hubo que habilitar sobre la marcha muchas celdas el pasado 14 de diciembre para albergar a los detenidos, y tambi¨¦n a tres jueces instructores de la Audiencia Nacional para interrogarles. Uno de ellos confiesa que acab¨® exhausto. No s¨®lo es tomarles declaraci¨®n: luego hay que redactar tantos autos como detenidos individualizando y acreditando las conductas punibles.

La "banda mafiosa" de la operaci¨®n The Wall era itinerante. Lo mismo que hac¨ªan el pasado 14 de diciembre en chal¨¦s de Madrid, Barcelona y Alicante hab¨ªan hecho antes en diferentes pa¨ªses europeos y africanos. Las cabezas pensantes de la organizaci¨®n criminal est¨¢n en China, pero disponen de lugartenientes en cada centro de trabajo. El que hubo que trasladar a La Paz, Chen-Hao, se present¨® ante la polic¨ªa, y sus compa?eros le se?alaron, como el responsable del tinglado en el chal¨¦ de Somosaguas de Pozuelo de Alarc¨®n.

Se lanz¨® desde la primera planta al ver llegar a los agentes al chal¨¦ maza en mano, mientras otros colegas hac¨ªan lo mismo por las ventanas. Hab¨ªa 30 taiwaneses en el chal¨¦ antes de la frustrada di¨¢spora. Los agentes hab¨ªan cercado la zona para taponar la huida antes gritar "?polic¨ªa, polic¨ªa!" e irrumpir en las casas. Estaban sentados frente a sus ordenadores, conectados con sus posibles v¨ªctimas en China, alineados en mesas rectangulares alargadas... Y con una pizarra grande delante con las instrucciones de c¨®mo estafar y los objetivos del d¨ªa. La polic¨ªa se incaut¨® de varios cientos de ordenadores y tel¨¦fonos m¨®viles. Los chal¨¦s eran aut¨¦nticos calls center delictivos.

Bufete jur¨ªdico en Espa?a

El empe?o en repatriarlos de las autoridades judiciales chinas, que ha contratado un bufete jur¨ªdico espa?ol para tramitar las extradiciones, se puso de relieve el mismo d¨ªa de los registros simult¨¢neos.? China no escatim¨® horas de trabajo. Jueces y polic¨ªas del pa¨ªs asi¨¢tico fueron enviando fren¨¦ticamente a Espa?a las ¨®rdenes de detenci¨®n internacional a medida que la polic¨ªa les iba informando de la identidad de los detenidos en los chal¨¦s. Juan Carlos Mendoza, abogado de m¨¢s de un centenar de los detenidos (su despacho cuenta con especialistas jur¨ªdicos en chino) entiende que puede haber una nulidad de actuaciones por cuanto muchos taiwaneses fueron detenidos antes incluso de llegar la orden de arresto de China. "Se les identificaba en los chal¨¦s y en muchos casos luego llegaba la orden de detenci¨®n, pero no antes", describe.

Tras los fallidos intentos de fuga del chal¨¦ de Somosaguas, la comisi¨®n judicial reuni¨® a los detenidos en el sal¨®n para informarles de los cargos. Varios estaban contusionados, y otro de ellos se quej¨® de que le dol¨ªan mucho sus extremidades: hab¨ªa saltado tambi¨¦n desde la primera planta. Los agentes le ofrecieron, al igual que a Chen-Hao, trasladarle al hospital, pero al final rehus¨® tras ser atendido por el Samur. Como sucedi¨® con otros accidentados.

investigacion@elpais.es