Una Hora de 365 d¨ªas
Para asegurar que el cambio no se ralentiza, la movilizaci¨®n ciudadana seguir¨¢ siendo en todo el mundo un factor esencial
Todo empez¨® en 2007. Una sola ciudad, Sidney, se volc¨® en una iniciativa promovida por WWF: apagar las luces durante una hora como gesto simb¨®lico de la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Monumentos y edificios emblem¨¢ticos de esa ciudad australiana, p¨²blicos y privados, se quedaron 60 minutos a oscuras mientras dos millones de personas apagaban sus luces como una manera de mostrar su preocupaci¨®n por los efectos del cambio clim¨¢tico. Era el comienzo de la Hora del Planeta.?
Diez a?os despu¨¦s, ese sencillo gesto se ha transformado en la mayor iniciativa global de movilizaci¨®n por el medio ambiente. Este 25 de marzo, m¨¢s de 7.000 ciudades de 184 pa¨ªses y territorios, miles de empresas y cientos de millones de ciudadanos, se unen durante 60 minutos para hacer frente al mayor reto ambiental de nuestro siglo.
La Hora del Planeta naci¨® como respuesta a la presi¨®n de la industria de los combustibles f¨®siles y a la inacci¨®n de los Gobiernos, incapaces de comprometerse con un acuerdo global para reducir las emisiones de gases contaminantes. Una d¨¦cada despu¨¦s, hay luces y sombras a destacar.
La Hora del Planeta se celebra en todo el mundo este 25 de marzo de ocho y media a nueve y media
Por un lado, hemos visto desde entonces c¨®mo cada a?o se han ido batiendo r¨¦cords en la temperatura global, siendo 2016 el a?o m¨¢s c¨¢lido de la historia, mientras el impacto del cambio clim¨¢tico se ha hecho cada vez m¨¢s patente, con fen¨®menos meteorol¨®gicos cada vez m¨¢s extremos, sequ¨ªas prolongadas, incendios, inundaciones, el deshielo acelerado del ?rtico y un creciente aumento del nivel del mar.
Pero al mismo tiempo, en esta d¨¦cada se ha hecho evidente que la transici¨®n hacia un modelo energ¨¦tico sostenible ya est¨¢ aqu¨ª y es imparable. Ocho a?os despu¨¦s del fiasco de la Cumbre de Copenhague, en la que las naciones m¨¢s contaminantes dieron el cerrojazo a las expectativas de una sociedad ya claramente preocupada, por fin en 2016 se produjo el hito hist¨®rico de la entrada en vigor del Acuerdo de Par¨ªs, un aut¨¦ntico punto de inflexi¨®n para una gran transici¨®n global hacia una econom¨ªa limpia baja en carbono.
El cambio est¨¢ en marcha y son muchas las se?ales que lo muestran: por primera vez, las inversiones en energ¨ªas renovables superan a las inversiones en combustibles f¨®siles, mientras que las grandes compa?¨ªas aseguradoras, ciudades, bancos y fondos de inversi¨®n dejan de invertir en esos combustibles; pa¨ªses como China y Reino Unido han anunciado la paralizaci¨®n de la construcci¨®n de nuevas centrales de carb¨®n y el coche el¨¦ctrico rueda ya con un futuro prometedor¡ por citar solo algunos ejemplos. Y sobre todo, en todos los rincones del mundo hay un movimiento social diverso que empuja con fuerza para acelerar este cambio, y que ha entendido que la lucha contra el cambio clim¨¢tico es tambi¨¦n una lucha por la justicia social y por los derechos humanos, adem¨¢s del motor de una revoluci¨®n hacia una econom¨ªa limpia y generadora de nuevos empleos.
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En WWF tenemos el convencimiento de que es mucho lo que se ha logrado en estos diez a?os y que la transici¨®n es imparable, pero sabemos tambi¨¦n que hay riesgo de retrocesos ¡ªsolo hace unos d¨ªas, la cumbre de ministros de finanzas del G20 ced¨ªa a las presiones de la Administraci¨®n Trump y eliminaba la menci¨®n a la lucha contra el cambio clim¨¢tico de la declaraci¨®n final de la reuni¨®n¡ª y que queda mucho por hacer. Sabemos que el Acuerdo de Par¨ªs, que pretende que el aumento de la temperatura media de la Tierra no supere los dos grados, no ser¨¢ m¨¢s que papel mojado si no hay voluntad pol¨ªtica para ponerlo en pr¨¢ctica de forma efectiva. Sabemos que en Espa?a es necesario retomar el camino hacia la sostenibilidad energ¨¦tica, cortado de momento por el freno al desarrollo de las renovables y el autoconsumo. Y sabemos, sobre todo, que para asegurar que este cambio imparable no se ralentiza, la movilizaci¨®n ciudadana seguir¨¢ siendo en todo el mundo un factor esencial.
Por ello, porque nos encontramos en un punto de no retorno y porque queremos acelerar el cambio, con la Hora del Planeta proponemos a Gobiernos, empresas y ciudadanos que se movilicen y se unan a este movimiento global que va mucho m¨¢s all¨¢ de apagar las luces durante una hora; de lo que se trata es de dar visibilidad a la necesidad de activarse en favor del clima y del medio ambiente los 365 d¨ªas de cada a?o.
El Planeta primero. Que nadie te pare.
Juan Carlos del Olmo es secretario General de WWF Espa?a@jcdelolmowwf
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