Las cuatro letras que dividen a los socialdem¨®cratas
El debate sobre el acuerdo comercial con Canad¨¢ ha fracturado a la familia de los socialistas europeos
La familia socialista europea se quebr¨® el pasado febrero. Una mayor¨ªa de eurodiputados ¡ª408 s¨ªes frente a 254 noes¡ª dio el paso definitivo para la entrada en vigor del mayor acuerdo comercial y de inversiones firmado nunca por la UE. Nac¨ªa el CETA, el pacto con Canad¨¢ que sus defensores ven como una oportunidad de crecimiento y sus detractores como el triunfo de los intereses de las multinacionales por encima de los ciudadanos. Ese d¨ªa, los socialistas espa?oles se alinearon con sus colegas alemanes, entre otros, al respaldar mayoritariamente el acuerdo, al contrario que franceses, belgas o austriacos. Un total de 97 socialistas europeos siguieron la l¨ªnea oficial y votaron s¨ª; casi 80 se abstuvieron o lo rechazaron.
Cuatro meses m¨¢s tarde, la nueva direcci¨®n del PSOE de Pedro S¨¢nchez ha dado un giro de 180 grados al anunciar su abstenci¨®n en la votaci¨®n del pr¨®ximo jueves en el Congreso. ?Qu¨¦ significa esta decisi¨®n? ?Y qu¨¦ supondr¨¢ la entrada en vigor de este acuerdo, a¨²n pendiente de un farragoso proceso de ratificaci¨®n?
?Qu¨¦ es el CETA? El Comprehensive Economic and Trade Agreement (Acuerdo Global Econ¨®mico y Comercial) elimina de un plumazo la pr¨¢ctica totalidad de aranceles. Pero es mucho m¨¢s que eso. Las 1.598 p¨¢ginas del documento suponen un paso de gigante en los llamados tratados de segunda generaci¨®n, que establecen reglas comunes de inversiones y permiten el acceso de las empresas de cada firmante del tratado a la contrataci¨®n p¨²blica del otro. Para que entre en vigor completamente es necesaria la ratificaci¨®n de todos los Parlamentos de los Estados miembros de la UE, un proceso que puede llevar a?os. Pero la mayor parte del acuerdo entrar¨¢ en vigor antes de ese momento
?Qu¨¦ efectos tendr¨¢? La Comisi¨®n Europea ¡ªresponsable de pactar la pol¨ªtica comercial europea¡ª no puede ser m¨¢s optimista. Calcula que el acuerdo impulsar¨¢ las exportaciones a Canad¨¢ en 12.000 millones de euros al a?o, lo que podr¨ªa traducirse en la creaci¨®n de 168.000 empleos. Estas cuentas chocan con las que hacen los detractores del plan: Cristina Narbona, nueva presidenta del PSOE y una de las impulsoras del giro de su partido, dijo el viernes, citando un informe del Parlamento Europeo, que el CETA pone en peligro 200.000 puestos de trabajo.
Un ¡®aperitivo¡¯ del pacto con EEUU
Pese a su gran importancia, el acuerdo comercial con Canad¨¢, el CETA, estaba considerado hasta ahora tan solo un aperitivo antes del mayor de todos los acuerdos: el que Bruselas negociaba con EE UU, conocido como TTIP. Canad¨¢, con una poblaci¨®n de 36 millones de personas, representa solo el 1,8% del comercio con la UE; y sus instituciones, con una sanidad y educaci¨®n abrumadoramente p¨²blicas, son mucho m¨¢s cercanas al modelo europeo que las de EE UU. Los socialdem¨®cratas alemanes, por ejemplo, dieron su apoyo al CETA tras largu¨ªsimos debates, pero pusieron much¨ªsimas pegas al acuerdo con Washington. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha paralizado, sin embargo, cualquier esperanza de que este acuerdo salga adelante a medio plazo.
?C¨®mo afecta a Espa?a? La reducci¨®n arancelaria es una buena noticia para las 5.500 empresas espa?olas que exportan a Canad¨¢, de las que en torno al 90% son peque?as o medianas, seg¨²n datos del Ministerio de Econom¨ªa. En estas compa?¨ªas, concretamente las de calzado y cer¨¢mica, pensaba el presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, cuando esta semana sali¨® en defensa del CETA, enfrent¨¢ndose a la nueva c¨²pula de su partido. En el vestido y el calzado, el arancel con Canad¨¢ era del 18%, as¨ª que el acuerdo supone para los exportadores una ca¨ªda de costes unilateral del 18%.
El CETA beneficia especialmente a sectores como el farmac¨¦utico, maquinaria y productos industriales, as¨ª como a profesionales que quieran trabajar en Canad¨¢: se elimina el requisito de nacionalidad y residencia para arquitectos, abogados y otros profesionales. Adem¨¢s, Canad¨¢ abrir¨¢ sus mercados de contrataci¨®n p¨²blica, lo que beneficiar¨¢ a los grupos de construcci¨®n e ingenier¨ªa. Espa?a tiene un super¨¢vit de comercio de bienes y servicios con Canad¨¢ de unos 500 millones.
?En qu¨¦ consiste la pelea entre defensores y contrarios? Los negociadores del CETA insisten en que Canad¨¢ es un pa¨ªs con altos est¨¢ndares laborales y medioambientales, por lo que es el candidato id¨®neo para firmar un acuerdo de estas caracter¨ªsticas. Ven en este texto un intento de regular la globalizaci¨®n manteniendo las salvaguardas sociales y medioambientales. Justo lo contrario argumentan los cr¨ªticos: "El CETA supone dar carta de naturaleza a una gobernanza mundial que pone en riesgo nuestros est¨¢ndares medioambientales", dice Miguel ?ngel Soto, responsable de Comercio de Greenpeace. En sectores como el c¨¢rnico, Soto denuncia que el acuerdo apunta hacia un m¨¦todo "intensivo, hormonado, transg¨¦nico y a gran escala". A los ecologistas y a partidos como Podemos o IU les preocupa especialmente la creaci¨®n de un tribunal de arbitraje para la protecci¨®n de las inversiones y un comit¨¦ mixto con una interpretaci¨®n vinculante del tratado
?Qu¨¦ efectos tiene la abstenci¨®n del PSOE? En la pr¨¢ctica, pocos. El acuerdo tiene asegurada la mayor¨ªa en el Parlamento. Pero es un mensaje de profundo calado pol¨ªtico. Los socialistas cr¨ªticos con la decisi¨®n de S¨¢nchez sostienen que este cambio debilita a los compa?eros que llevan siete a?os negociando el acuerdo y siembra dudas sobre el compromiso europeo del PSOE.
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