El encierro del ¡®toro Indurain¡¯
El 15 de julio, con los Sanfermines reci¨¦n terminados, se celebra a la misma hora y por el mismo recorrido una peculiar carrera con tres d¨¦cadas de vida
El encierro de este 15 de julio ha sido el m¨¢s largo de los Sanfermines 2017 (unos 17 minutos) y, sin embargo, el m¨¢s limpio. Por suerte, no ha habido heridos de ning¨²n tipo y todos los corredores han podido volver a casa por su propio pie sanos y salvos. Aunque tambi¨¦n es verdad que las circunstancias de esta ma?ana han sido bien distintas: en lugar de seis toros de casi 600 kilos lanzando derrotes a un lado y a otro de la calle, el que trataba de embestir a los mozos era Miguel Indurain vestido con el maillot de l¨ªder del Tour. O m¨¢s bien, un joven disfrazado de ¨¦l.
Es el peculiar Encierro de la Villavesa, una parodia del aut¨¦ntico, fuera del programa oficial de actos, que cada a?o re¨²ne a m¨¢s personas que se resisten a meter la ropa blanca en la lavadora, irse a la cama y guardar el pa?uelo rojo hasta el a?o siguiente. El ¨²ltimo exceso justo antes de que Pamplona recupere su estado habitual, el de una ciudad rutinaria y tranquila.
Todo empez¨® en 1986 con la broma de ponerse delante de la villavesa (as¨ª se conoce en la capital navarra a los autobuses urbanos) a su paso a las 8.00 del d¨ªa 15 por la cuesta de Santo Domingo, punto de inicio del encierro. El objetivo de esas decenas de j¨®venes era retrasar como fuera la retirada a casa y el fin de la juerga. La iniciativa cay¨® bien. La gracia de una noche sanferminera se convirti¨® pronto en costumbre y el n¨²mero de corredores fue creciendo. Hasta que en 1990, y despu¨¦s de una accidentada carrera de 25 minutos el a?o anterior que se sald¨® con un herido y varios desperfectos en el autocar, seg¨²n inform¨® entonces Diario de Navarra, el Ayuntamiento elimin¨® ese servicio de transporte.
El acto perdi¨® participantes, pero no desapareci¨® ni cambi¨® el nombre. Sin villavesas, los mozos usaron cualquier veh¨ªculo que pasaba a esas horas por all¨ª. El periodista Ignacio Murillo habla en su blog, incluso, de un atropellado en 1995.
El relanzamiento y gran ¨¦xito de este encierro del 15 de julio se gest¨® a principios de los 2000, cuando, en un ataque de genialidad, sustituyeron la camioneta o el coche de turno por el gran mito del lugar: Miguel Indurain (o un joven haciendo las veces de) ataviado con el jersey amarillo y encima de su m¨ªtica bicicleta Espada, con la que bati¨® el r¨¦cord de la hora en 1994. Y para completar la coreograf¨ªa, otro mozo vestido de San Ferm¨ªn subido a la hornacina situada al inicio del recorrido y al que, como reza la canci¨®n, todos piden ¡°su bendici¨®n¡±.
Los m¨¢s animados han continuado con las fiestas de San Ferm¨ªn con el ya tradicional ¡°Encierro de la villavesa¡± ?Ya falta menos para SF 2018! pic.twitter.com/9vjvRAP2iv
— DON CARLOS (@hdoncarlos) July 15, 2017
Esta ma?ana, a diferencia de las jornadas precedentes, la carrera no ha comenzado con las campanas de la iglesia de San Cernin anunciando las ocho, sino diez minutos m¨¢s tarde. Finalmente, se ha lanzado el cohete y, ante las miradas de los curiosos apostados en las barandillas de Santo Domingo, varios centenares de corredores han guiado a Indurain por las calles de Pamplona, ya sin vallado (los operarios lo desmontan nada m¨¢s terminar el encierro del d¨ªa anterior), hasta las puertas de la plaza de toros entre c¨¢nticos al h¨¦roe local y al santo. No ha habido televisi¨®n en directo, pero no han faltado medios ni testimonios en las redes sociales para dejar constancia. Tampoco figuraba en el programa oficial, pero muchas gu¨ªas de Sanferm¨ªn no se han olvidado de ¨¦l. Entre los participantes, eso s¨ª, escasos turistas. Las caras de miedo y tensi¨®n de las ma?anas anteriores han dado paso a las carcajadas. Y si ha habido alg¨²n empuj¨®n que otro ha sido para tocar la espalda de Miguel¨®n y no el lomo de un jandilla. El parte de heridos del noveno encierro ha quedado desierto.
Pamplona duerme al fin. Se acab¨® la fiesta.
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