Nacer durante el fuego
Los primeros vecinos evacuados por el incendio de Yeste, ya estabilizado, vuelven a sus casas
Amada Ruiz, de 81 a?os, ten¨ªa cinco cabras cuando abandon¨® el pasado domingo su casa de Moropeche, una aldea de apenas un centenar de habitantes evacuada ante el avance del incendio de Yeste (Albacete). Pero al regresar este mi¨¦rcoles a su hogar, se ha topado con una sorpresa: ahora suma siete. "Una ha parido mientras est¨¢bamos desalojados. Al llegar, nos hemos encontrado con dos nuevos cabritillos", exclama la octogenaria, mientras recorre el establo donde resguarda a su burro Nano, a media docena de ovejas y a "un buen pu?ado" de gallinas y conejos.
Los animales se quedaron atr¨¢s la pasada semana, cuando la Guardia Civil sac¨® a los vecinos a todo correr del pueblo. "Un bombero, amigo de la familia, ha venido a darles agua y comida estos d¨ªas", remacha la mujer, que esta ma?ana, cuatro jornadas despu¨¦s, se ha convertido en uno de los primeros vecinos en volver: "El susto a¨²n lo tengo metido en el cuerpo. Estoy temblorosa. Yo hab¨ªa dejado una vela encendida, dentro de un cubo de hierro, para que Dios nos ayudara. Y as¨ª lo ha hecho".
Seg¨²n ha informado el Gobierno de Castilla-La Mancha, los vecinos de las aldeas de Mesones, Majadacarrasca, Tejeruela y Moropeche han podido regresar a las ocho de la ma?ana de este mi¨¦rcoles a sus viviendas. "La climatolog¨ªa y la humedad han ayudado mucho durante la noche. Estamos avanzando en los trabajos", ha adelantado al mediod¨ªa el viceconsejero de Medio Ambiente, Agapito Portillo, apenas unas horas antes de que, a las cinco menos veinte de la tarde, la comunidad aut¨®noma anunciara un paso importante en los trabajos de extinci¨®n: la acotaci¨®n completa del incendio: "Son 32 kil¨®metros de per¨ªmetro". "Y ya se ha estabilizado", ha apostillado a las nueve el Ejecutivo regional, que calcula que las llamas han arrasado 3.300 hect¨¢reas de monte.
El fuego ha dejado, por ejemplo, un sombr¨ªo escenario en las laderas de la monta?a donde se incrusta La Parrilla, ¨¢rea en la que comenz¨® el incendio el pasado jueves. Aqu¨ª, los helic¨®pteros refrescan la zona con continuas descargas de agua, peque?as columnas de humo salen de algunos tocones ¡ªla base de los ¨¢rboles que queda en el suelo despu¨¦s de que los efectivos los corten para evitar la propagaci¨®n de las llamas¡ª, y el gris de los puntos carbonizados comparte escenario con el verde de los pinos y matorrales que han sobrevivido. "Hay que tener especial cuidado con estos ¨¢rboles, porque son zonas de potencial retorno. Si salta alguna chispa puede volver a reavivarse", explica un t¨¦cnico mientras recorre las carreteras restringidas al tr¨¢fico por la Guardia Civil.
En toda esta comarca, la "angustia" de los primeros d¨ªas ha dejado ya paso a la esperanza. El humo que hab¨ªa inundado las aldeas durante las jornadas anteriores se ha disipado. Y de las 445 personas desalojadas ya solo 40 se encuentran acogidas en las localidades de Yeste y Molinicos, a las que pertenecen las pedan¨ªas afectadas. Muchos de los evacuados, que estaban de vacaciones en los municipios a los que todav¨ªa no se puede regresar, han preferido volver a sus ciudades de origen. Otros esperan en casas de familiares y vecinos.
"Aqu¨ª se ha volcado todo el pueblo con nosotros. ?Hasta las llaves nos han dado!", cuentan Vicenta y Jos¨¦ Luis, un matrimonio de 70 a?os de Torre-Pedro. El pasado jueves los sacaron de all¨ª a toda prisa. "Por la ma?ana vimos una peque?a columna de humo a unos ocho kil¨®metros. Pero el incendio se extendi¨® y por la tarde irrumpi¨® la Guardia Civil grit¨¢ndonos que sali¨¦ramos r¨¢pido, que ven¨ªa el fuego hacia nosotros", cuenta la mujer, mientras apura los ¨²ltimos minutos en el improvisado comedor montado en el Consistorio de Molinicos.
La pareja decidi¨® no marcharse a Elche, donde vive durante la mayor parte del a?o, para no abandonar al perro y a los periquitos, que se quedaron en la casa tras la evacuaci¨®n. Muchos otros vecinos tambi¨¦n tuvieron que abandonar a sus animales.
"?A¨²n tienen agua y comida!"
Como Pedro Jim¨¦nez, de 74 a?os, que acaba de desembarcar en Moropeche tras cuatro d¨ªas fuera. Ha pasado estas jornadas en Hell¨ªn, donde vive su hija. "El domingo ven¨ªa de regar el huerto cuando me dijeron los agentes que ten¨ªamos que irnos", recuerda, mientras camina con sus dos nietas hacia la casa donde guarda a las gallinas y conejos. Desde que se fue no los ha visto. Nadie los ha alimentado durante este tiempo. "?Est¨¢n bien! ?A¨²n tienen agua y comida!", exclama tras abrir las puertas y revisar todo. A su alrededor corretea Luca, el perro, que tambi¨¦n se qued¨® en la aldea tras el desalojo. A pocos metros, Pilar, otra vecina, de 90 a?os, celebra que las casas se encuentren "intactas". El fuego se ha quedado lejos, pero Moropeche se hab¨ªa inundado de humo los d¨ªas previos a la evacuaci¨®n. "Y, cuando nos fuimos, ¨ªbamos muy asustados. No sab¨ªamos bien qu¨¦ ocurr¨ªa", recuerda.
Casi 300 efectivos trabajaban en la tarde de este mi¨¦rcoles en la extinci¨®n del fuego, con el apoyo de una docena de medios a¨¦reos. La previsi¨®n es que por la noche las labores sigan solo desde tierra. "Pero lo peor parece que ha pasado", sentencia Amada Ruiz a las puertas de su casa. Ya de vuelta.
Confinados por precauci¨®n
La humareda fue lo que empuj¨® a los servicios de emergencias a desalojar algunas aldeas afectadas por el fuego, seg¨²n relatan t¨¦cnicos antiincendios. Y el Gobierno regional decret¨® el "confinamiento" de Molinicos el domingo. "Ante las posibles afecciones por inhalaci¨®n de humo", subray¨® la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, que traslad¨® a los vecinos varias recomendaciones: no salir de casa; cerrar las puertas, ventanas y toda la ventilaci¨®n de las viviendas, incluidos los aires acondicionados y chimeneas; y tapar los dep¨®sitos de agua y cisternas que estuvieran en el exterior. La medida se levant¨® en la noche del martes y fue el pr¨®logo de la vuelta de los primeros vecinos a sus casas por la ma?ana. Por la tarde, el Gobierno regional ha avisado que tambi¨¦n pueden regresar los residentes de las aldeas de La Rala, El Pardal, Casas del Collado, Ca?ada Morote y Las Hoyas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.