¡°El populismo considera que siempre ha de haber una tensi¨®n amigo-enemigo¡±
'Contra los populismos' arranca con los de derechas, alentados desde el atentado contra las Torres Gemelas por George Bush j¨²nior y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar
Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle (Santander, 1966) no esconde sus intenciones. Su libro ¨²ltimo, despu¨¦s de Liberales (Debate, 2010), se titula Contra los populismos (Debate, 2017); pero no s¨®lo contra los populismos que pueden deducirse enemigos suyos como destacado miembro del Partido Popular (es secretario de Estado de Agenda Digital, fue secretario de Estado de Cultura). El libro arranca contra los populismos de derechas, alentados desde el atentado contra las Torres Gemelas por los neoconservadores de George Bush j¨²nior y, entre otros, por el expresidente de su partido, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
Pregunta. Dice que tras aquel atentado se produjo, tambi¨¦n aqu¨ª, ¡°un aquelarre dial¨¦ctico que despertaba las emociones de millones de ciudadanos a partir de una supuesta rectitud de principios y un combate del relativismo que el tiempo demostr¨® que era una suerte de estrategia dogm¨¢tica rayana en el fascismo¡±. No se esperaba de usted algo tan poco¡
Respuesta. ¡Tan poco pol¨ªticamente correcto. Hablo de un anticipo de guerra ideol¨®gica, de posverdad, de manipulaci¨®n de las emociones que condicionan a millones de personas en un marco donde se manipulan los sentimientos. Ah¨ª se considera que la comunidad pol¨ªtica siempre necesita tener una tensi¨®n amigo-enemigo. En funci¨®n de esto, la comunidad pol¨ªtica no es conciliaci¨®n, es tensi¨®n y enfrentamiento.
P. Lo que roz¨® de lleno al PP de Aznar.
R. Hubo una clara conexi¨®n con ciertos ¨¢mbitos del contexto pol¨ªtico aznariano.
P. ?Qu¨¦ consecuencias tuvo ese momento para el PP?
R. Anticip¨® la urgencia de comprender que era necesario el restablecimiento de un discurso de moderaci¨®n y de enfriamiento de las pasiones, en muchos de los que participaban del proyecto pol¨ªtico del partido. Pero ese proyecto neocon capt¨® voluntades, condujo una parte de los proyectos que acompa?aron la especial relaci¨®n que se fragu¨® entonces con Estados Unidos.
P. ?Se super¨® ese discurso?
R. Hoy nadie considera operativo el ideario de aquellos a?os dentro de lo que representa la moderaci¨®n del centro derecha en Espa?a y fuera de Espa?a. Aquel fen¨®meno neoconservador de sentimentalizaci¨®n de la pol¨ªtica ha ido evolucionando hacia la marginaci¨®n a medida que ese ideario era absorbido por los populismos. Creo que ninguno de los partidos europeos, tampoco el PP, incorpora como corriente pol¨ªtica una l¨®gica de sentimentalizaci¨®n. Todos los moderados defendemos que la democracia tiene que enfriar las pasiones, no encenderlas.
P. Y se encendieron.
R. En aquellos a?os se encendieron extremadamente. La idea del fin de la historia augurada por Fukuyama se vio negada de forma expl¨ªcita con los atentados del 11-S. El desenlace fue una vigorizaci¨®n de la respuesta de Occidente con la incorporaci¨®n de valores comunitaristas que romp¨ªan la l¨®gica de legitimaci¨®n consustancial al pensamiento liberal.
P. Aborda los dos populismos, el de izquierda y el de derechas. ?Qu¨¦ distingue al de derechas?
R. En Francia, por ejemplo, que busca un enemigo en el mundo isl¨¢mico que habita all¨ª. Combate la alteridad, margina lo que no est¨¢ normalizado dentro de los patrones de la cultura francesa. En el caso norteamericano, el enemigo es el mundo chicano y todo lo que representa un desaf¨ªo para el establishment de la comunidad blanca. El de izquierdas busca lo mismo: identificar al enemigo.
P. En Espa?a el de izquierdas, dice, nace en el 15M, por una indignaci¨®n justa ante la crisis. Pero inmediatamente ¡°se aprovechan de los perdedores y del malestar para avivar el rencor y el resentimiento contra toda forma de democracia representativa¡±.
R. Y de institucionalidad. La clave es combatir la institucionalidad porque se considera que est¨¢ corrompida per se por la din¨¢mica que acompa?a al funcionamiento de la democracia representativa. El 15M cuestiona el orden institucional y lo hace sobre la base de una respuesta indignada a un escenario pol¨ªtico que genera malestar, desconfianza, pero en vez de apoyarse en la propia capacidad de la democracia para reformularse, se cuestiona de ra¨ªz.
P. ?C¨®mo se ejemplificar¨ªan hoy los populismos en Espa?a?
R. Hay dos polos, distintos malestares. Uno transversal, identificado con las siglas que cuestionan la hegemon¨ªa del PSOE en la izquierda. El otro, territorial, muy fuerte en Catalu?a, que cuestiona la legalidad a trav¨¦s de la convocatoria de un refer¨¦ndum.
P. ?El PP se cur¨® del todo del aznarismo populista?
R. En el libro trato de evitar nombres, hablo del romanticismo neocon. No puedo identificar el de Aznar como un Gobierno estrictamente neocon. Pero es verdad que no hay nada m¨¢s opuesto a su capacidad de interpretaci¨®n del mundo, de todo lo que representa el populismo, que la moderaci¨®n que encarna el Gobierno de Rajoy.
P. Una curiosidad. En la p¨¢gina 51 parafrasea a los populistas de izquierdas. ¡°Cuanto peor para todos, mejor para m¨ª¡±. Es lo que le dijo Rajoy a Iglesias. ?Se puede pensar que Rajoy ley¨® su libro?
R. No lo creo. ?Hace tiempo que no escribo discursos! Probablemente es producto de olfatear que en la l¨®gica de propaganda que encarna con claridad Podemos en nuestro pa¨ªs, existe ese dise?o, que cuanto peor les vaya a todos mejor le va a ir a quien defiende el populismo.
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