La frontera de Ceuta cierra el paso a la dignidad
M¨¢s de 300 porteadoras duermen al raso durante d¨ªas a la espera de la reapertura del paso, cerrado por la llegada masiva de inmigrantes
Aziza lleva un d¨ªa y medio durmiendo al raso en la playa, malviviendo sin comida ni bebida, por ganar cinco euros. Se supone que ese era su jornal por portear un bulto de camisones de Ceuta a Castillejos (Marruecos), en la ma?ana del pasado mi¨¦rcoles. Pero el cierre a las mercanc¨ªas de la frontera de El Tarajal, tensionada hasta el l¨ªmite por la imprevista y masiva entrada de inmigrantes, le pill¨® con el g¨¦nero comprado. En lo que va de la ma?ana de hoy, ya ha intentado cruzar hasta tres veces, fajada con 15 de esos pijamas de invierno sobre su cuerpo. No ha habido suerte. ¡°La Guardia Civil me echa para atr¨¢s al ver lo que llevo, pero tengo que intentarlo como sea. No puedo volver a casa sin dinero¡±, relata la marroqu¨ª, recostada sobre un lecho de cartones sin apenas poder moverse.
Unas 300 personas, mayoritariamente mujeres, sufren situaciones similares a la de Aziza, en las inmediaciones del pol¨ªgono industrial anexo a la frontera. All¨ª suelen acudir diariamente unos 3.000 porteadores para recoger los bultos que transportan hasta Marruecos. Suelen estar poco tiempo, lo justo para cargar e irse, pero desde el mi¨¦rcoles est¨¢n atrapados en el limbo. Acostados a la sombra de las naves y ¨¢rboles o bajo las sombrillas de la cercana playa, aguardan a que se restablezca el paso de mercanc¨ªas, tanto a pie como en los llamados coches patera. Y eso no pasar¨¢, como m¨ªnimo, hasta el 16 de agosto, tal y como decret¨® la Delegaci¨®n del Gobierno de Ceuta, en una medida consensuada con Marruecos, con la que se pretende concentrar el trabajo de las Fuerzas de Seguridad de ambos lados en repeler intentos masivos de entrada de migrantes como el de la pasada madrugada.
A unas calles de Aziza, Fatika est¨¢ sentada en el suelo, rodeada de vistosos sujetadores de encaje de color fucsia. Est¨¢ desesperada y enfadada: ¡°No hay derecho a que hagan esto. Si ya estamos aqu¨ª, ?por qu¨¦ no nos dejan sacar los bultos? Mis dos hijos est¨¢n en la casa. Tengo que darles de comer y necesito los 12 euros que gano con esto¡±. El discurso en castellano de la marroqu¨ª alerta a las compa?eras de espera. Se arremolinan en torno a Fatika para que haga de improvisada traductora ante la presencia del periodista: ¡°Dicen que no pueden m¨¢s, que han dejado a familia en Marruecos que necesitan lo que ellas lleven¡±.
Sucio erial
Lo que habitualmente es un bullicioso pol¨ªgono de mujeres cargadas con bultos de ropa y destartalados coches repletos de v¨ªveres y detergentes, hoy es un sucio erial de escasa actividad. La parte espa?ola de la frontera, habitualmente colapsada de coches, hoy luc¨ªa despejada, solo transitada por coches y personas sin mercanc¨ªas. Y la situaci¨®n no tiene visos de cambiar hasta el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. Despu¨¦s de estar suspendida toda actividad de mercanc¨ªas desde el 28 de julio (debido a las fiestas patronales de Ceuta y la Operaci¨®n Paso del Estrecho) el tr¨¢nsito se retom¨® en la ma?ana de este lunes. Sin embargo, justo en la madrugada de ese d¨ªa, 187 subsaharianos consiguieron sonrojar a los agentes espa?oles y marroqu¨ªes al atravesar en una inesperada carrera el paso fronterizo ceut¨ª. El Tarajal, jalonado de kilom¨¦tricos colapsos de coches patera y de estampidas de porteadoras que han llegado a ocasionar varias muertes, volv¨ªa a romper su fr¨¢gil y tenso equilibrio.
No es la primera vez que el paso cierra. Las avalanchas producidas en mayo tras la apertura del paso para porteadores de El Tarajal II acabaron igual. S¨ª es ¡°la primera vez que se recuerda¡±, que cierra por la presi¨®n migratoria, seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno. En todos los casos, la cadena se rompe por el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil, el de los porteadores que se quedan sin un salario, sustentado en el tr¨¢fico ilegal de mercanc¨ªas.
Pero hay m¨¢s damnificados. Los agentes de la polic¨ªa y de la Guardia Civil que vigilan el paso fronterizo y los ocho kil¨®metros de valla ahora pueden centrar sus esfuerzos en evitar la llegada masiva de los m¨¢s de 1.500 migrantes que, escondidos en los montes cercanos, buscan su momento para pasar. Pero lo habitual es que se las ingenien para dividir sus esfuerzos entre ese cometido y del paso diario de porteadores y 12.000 coches patera. ¡°La presi¨®n es cada vez mayor¡±, reconoce Juan Carlos Linares, secretario provincial de la Confederaci¨®n Espa?ola de Polic¨ªa (CEP) de Ceuta. Mientras, los medios cada vez est¨¢n m¨¢s mermados: ¡°Calculamos que nos falta el 20% de la plantilla en base a un cat¨¢logo de personal que no se renueva desde hace 15 a?os, cuando la presi¨®n de la frontera era mucho menor¡±. Jes¨²s Gonz¨¢lez Miaja, del Sindicato Unificado de la Polic¨ªa de Ceuta a?ade que las ¡°instalaciones de la frontera son antiguas y obsoletas¡±.
Larga lista de deficiencias
De hecho, en la entrada del pasado lunes, los migrantes consiguieron romper una puerta met¨¢lica que ¡°de lo podrida que est¨¢ cedi¨® y ahora se ha tenido que volver a soldar¡±, reconoce Linares. No fue el ¨²nico fallo. A los agentes marroqu¨ªes no les dio tiempo a avisar a sus hom¨®logos espa?oles. Eso fue ocurri¨®, adem¨¢s de por lo r¨¢pido y sorpresivo de la llegada, debido a que la zona de paso internacional es peque?a y ¡°no permite una respuesta m¨¢s anticipada¡±, cree el sindicalista de CEP. La lista de deficiencias es larga y suma tambi¨¦n el escaso n¨²mero de carriles de entrada y salida. Todo deb¨ªa quedarse resuelto en una ambiciosa remodelaci¨®n de El Tarajal ¡°que se promete a?o tras a?o pero nunca llega¡±, como abunda Linares.
Con todo, a la frontera le toca subsistir con actuaciones puntuales -como el refuerzo de su vallado anunciado por el ministro del Interior en junio- y medidas extraordinarias de cierre como las que se viven en estos d¨ªas. Mientras, la presi¨®n migratoria est¨¢ lejos de desaparecer. En lo que va de semana, los inmigrantes han intentado vulnerar los controles en cuatro ocasiones. En lo que queda para el fin de las restricciones, el panorama no es mucho m¨¢s halag¨¹e?o.
Se esperan noches largas y tensas, de fuertes dispositivos policiales. Fatika y Aziza ser¨¢n testigos de ello en las noches al raso que les quedan en la playa de El Tarajal. ¡°Aqu¨ª seguiremos los pobres, sin comer y dormir, hasta que vuelvan a dejarnos pasar. Viene la Fiesta del Cordero (fiesta del Islam que se celebra a primeros de septiembre), los ni?os empiezan los colegios y nos hace falta el dinero. Tenemos que aguantar¡±, reconoce Aziza con los ojos vidriosos. Como puede, se pone de pie. Va a volver a intentar pasar revestida con los camisones: ¡°A ver si esta vez hay suerte¡±.
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