De alcalde fusilado en el 36 a ¡®santo rojo¡¯ de Ceuta
Antonio S¨¢nchez-Prado, ejecutado por ¡°republicano y mas¨®n¡± cuando gobernaba la ciudad aut¨®noma, es venerado a¨²n como una deidad profana
La condena a muerte de Antonio L¨®pez S¨¢nchez Prado deb¨ªa terminar con algo m¨¢s que su vida. Cuando el pelot¨®n de fusilamiento lo asesin¨® en la playa de El Tarajal el 5 de septiembre de 1936, la figura de este m¨¦dico y alcalde de Ceuta deb¨ªa olvidarse para siempre. Incluso el juez militar que firm¨® su condena ¡ªpor una supuesta ¡°rebeli¨®n militar¡±¡ª dej¨® claro que su entierro no pod¨ªa ¡°hacerse con pompa¡±. Dif¨ªcilmente pod¨ªan imaginar los golpistas que provocar¨ªan justo lo contrario: mataron al m¨¦dico comunista y mas¨®n e hicieron nacer la leyenda. Nadie sabe c¨®mo S¨¢nchez-Prado pas¨® de ser un hombre querido e injustamente asesinado en la Guerra Civil a protagonizar supuestos milagros, estampas y grabados en l¨¢pidas con su rostro. Lo cierto es que la devoci¨®n por este santo profano sigue viva m¨¢s de 80 a?os despu¨¦s de su muerte, pese a que dif¨ªcilmente llegue nunca a los altares de la Iglesia.
¡°La gente tiene estampas suyas en su mesa de noche, junto a las que pueda tener de la Virgen o un santo¡±, destaca su bi¨®grafo Francisco S¨¢nchez Montoya. ¡°Se tiene verdadera fe en ¨¦l¡±, a?ade su bisnieto Antonio P¨¦rez Rub¨ªn. Aunque ahora su descendiente vive en M¨¢laga, mantiene contacto asiduo con Ceuta. All¨ª, le cuentan todo tipo de historias de supuestas intercesiones o milagros: ¡°En la familia somos incr¨¦dulos, aunque las respetamos porque, con ellas, la gente demuestra un enorme cari?o hacia ¨¦l¡±. El bisnieto recuerda c¨®mo, en un periodo de cuatro a?os en el que vivi¨® en la ciudad, se sent¨ªa abrumado: ¡°No pod¨ªa ir por la calle Real (la principal de la ciudad) porque la gente ven¨ªa a darme un abrazo o a pedirme cosas¡±.
Aunque las versiones populares sobre su historia se adornen y alteren, todas resaltan su entereza como alcalde justo en el momento del golpe de Estado de 1936. S¨¢nchez Montoya cree que ese es uno de los aspectos clave que ha llevado a esta suerte de devoci¨®n profana: ¡°Si ponemos en una balanza su vida, en el imaginario colectivo gana la memoria como m¨¦dico que ayudaba al que no ten¨ªa y la valent¨ªa que demostr¨® en los ¨²ltimos momentos¡±. S¨¢nchez-Prado tuvo conocimiento de la sublevaci¨®n de Melilla el 17 de julio. En lugar de huir a T¨¢nger, volvi¨® al Consistorio y celebr¨® un Pleno que ¨¦l mismo concluy¨®: ¡°Se aproximan d¨ªas terribles para la Rep¨²blica y es preciso que nos unamos y nos preparemos para defenderla¡±.
Fueron esas sus ¨²ltimas palabras en p¨²blico, la madrugada del 18 de julio fue detenido en su casa por las tropas de la Legi¨®n, comandadas por el teniente Juan Yag¨¹e. Su juicio sumar¨ªsimo se celebr¨® el 31 de agosto y la sentencia se public¨® un d¨ªa despu¨¦s. Cuatro d¨ªas despu¨¦s fue fusilado en la playa de El Tarajal. Ceuta perd¨ªa a una figura que ya era idolatrada en vida. El propio informe presentado ante el Consejo de Guerra reconoci¨® que ¡°asist¨ªa gratuitamente o incluso regalaba medicinas a gente humilde¡±. ¡°Sin duda, persiguiendo un fin pol¨ªtico¡±, le intentaba afear la Comisar¨ªa de Investigaci¨®n y Vigilancia.
S¨¢nchez Prado lleg¨® a Ceuta en 1923 desde Herrera, la localidad de Sevilla en la que naci¨® en 1888. Su reconocimiento social creci¨® r¨¢pido, gracias a su labor como m¨¦dico toc¨®logo de la beneficencia. Su carrera pol¨ªtica no se qued¨® a la zaga. En 1930 se afili¨® a la Uni¨®n Republicana e ingres¨® en la logia mas¨®nica bajo el seud¨®nimo de Grecia. En abril de 1931, se convirti¨® en el primer alcalde republicano de la ciudad aut¨®noma, al presentarse por la candidatura de la Conjunci¨®n Republicano-Socialista. 57 d¨ªas despu¨¦s dimiti¨® y se le nombr¨® hijo adoptivo. Lleg¨® a ser diputado en las Cortes espa?olas desde ese a?o hasta 1933 y particip¨® en la asociaci¨®n ¡®Amigos de los S¨®viets¡¯. En febrero de 1936 regres¨® a la Alcald¨ªa, para entonces estaba en el c¨¦nit de su popularidad.
Su asesinato supuso una conmoci¨®n en la ciudad, aunque oculta por el miedo a represalias. Fue entonces, como detalla S¨¢nchez Montoya, cuando la gente ¡°llevaba flores a escondidas¡± a su nicho n¨²mero 45 en el cementerio de Santa Catalina. Con el inicio de la democracia, lejos de apagarse, su recuerdo se aviv¨® m¨¢s. En 2006, el alcalde-presidente de Ceuta, Juan Jes¨²s Vivas (PP), inaugur¨® una estatua suya en bronce, justo enfrente del Ayuntamiento. Cuatro a?os despu¨¦s, trasladaron sus restos a un mausoleo. Da nombre a un congreso nacional de periodismo y, en el 80 aniversario de su fallecimiento, celebrado en noviembre de 2016, se institucionaliz¨® un acto en su memoria que est¨¢ previsto que se repita este a?o.
M¨¢s dif¨ªcil es determinar el origen exacto de la devoci¨®n por ¨¦l, aunque casi todos los ceut¨ªes le conocen alg¨²n supuesto milagro. P¨¦rez Rub¨ªn rememora el caso que le contaron de ¡°un hombre que se encomend¨® a ¨¦l cuando sufr¨ªa neumon¨ªa y se cur¨® sin explicaci¨®n m¨¦dica¡±. Hay tiendas que venden recuerdos con su imagen. Las estampas circulan por la ciudad, recomendadas por el boca a boca. Miguel Tenorio, sacerdote y capell¨¢n del Hospital Universitario de Ceuta, ya est¨¢ acostumbrado a verlas en las mesas de algunos pacientes. ¡°Nunca me hab¨ªa encontrado con algo as¨ª en destinos anteriores. Hay quien le invoca cuando est¨¢ enferma y su tumba est¨¢ llena de flores¡±, reconoce el sacerdote.
El rostro del alcalde en la l¨¢pida de los vecinos
Incluso se ha popularizado que haya ceut¨ªes que se graben el rostro de S¨¢nchez Prado en su l¨¢pida funeraria. El marmolista Manuel B¨¢ez lo sabe bien. Hace a?os que tuvo que incorporar su imagen, extra¨ªda de una foto en la que aparece vestido de chaqueta, al cat¨¢logo de grabados cl¨¢sicos como la Cruz o la Virgen del Carmen. ¡°Las venimos haciendo desde que se tallaba a mano y ya est¨¢ hasta mecanizado. Su veneraci¨®n se mantiene y eso que estos son nuevos tiempos m¨¢s laicos¡±, recalca.
A su bisnieto hay quien incluso le ha pedido que apoye la petici¨®n para que se abra el proceso de su beatificaci¨®n, aunque ¨¦l prefiere ¡°no intervenir¡±. La pretensi¨®n religiosa tiene, de entrada, un camino tortuoso y dif¨ªcil. De hecho, seg¨²n matiza el Obispado de C¨¢diz y Ceuta, en estos momentos no existe proceso de beatificaci¨®n alguno para el m¨¦dico. Tenorio a?ade que "ser un hombre bueno no tiene nada que ver con la santidad¡±. De entrada, para que la Iglesia decida abrir un proceso de beatificaci¨®n tiene que ¡°haber un hecho real de alg¨²n tipo de curaci¨®n para el que la ciencia no encuentre explicaci¨®n¡±, como a?ade el capell¨¢n.
S¨¢nchez-Prado tiene complicada siquiera la apertura del proceso, dado que, como reconoce su bi¨®grafo, ¡°no era religioso, aunque respetaba la religi¨®n¡±. A eso se suma el hecho de que la Iglesia condena la pertenencia a la masoner¨ªa en su C¨®digo de Derecho Can¨®nico. Tampoco parece importar mucho a sus devotos que nunca acabe en los altares. A ellos les basta con que el ¡°santo rojo¡±, como es conocido por muchos, les siga ayudando de alguna forma inexplicable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.