Catalu?a y Euskadi, en las ant¨ªpodas
Tres expertos descartan el riesgo de ¡®contagio¡¯ del proceso secesionista al Pa¨ªs Vasco
El proceso secesionista catal¨¢n se encuentra en las ant¨ªpodas del proceso de autogobierno vasco y no existe posibilidad de contagio.Es la conclusi¨®n de tres expertos vascos ¡ªAnder Gurrutxaga, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV); Antonio Rivera, catedr¨¢tico de Historia de la UPV, y Jon Urreizti, director de la empresa de sondeos Focus¡ª tras analizar las trayectorias y actitudes de los nacionalismos catal¨¢n y vasco. Urreizti afirma que ¡°en Euskadi no se envidia el proceso catal¨¢n¡±. Gurrutxaga se?ala que ¡°el PNV podr¨¢ tener gestos afectivos hacia el nacionalismo catal¨¢n, pero no pasar¨¢ de ah¨ª¡±. Rivera, m¨¢s rotundo, zanja: ¡°Euskadi y Catalu?a se parecen lo que un huevo a una casta?a¡±.
Urreizti confirma que, encuesta a encuesta, se percibe que la prioridad de los vascos es superar la crisis y crear empleo. ¡°Adem¨¢s, existe en Euskadi una percepci¨®n general de buena gesti¨®n de la econom¨ªa y del Concierto [el sistema de financiaci¨®n] por parte del Gobierno vasco, y pesa mucho la sombra de ETA, que contamina el discurso soberanista pues la banda mataba por ese objetivo. Esta pesada herencia durar¨¢ d¨¦cadas y es un freno brutal al soberanismo. Nada que ver con Catalu?a¡±, se?ala.
Gurrutxaga concede una importancia decisiva al final de ETA como elemento diferencial de Euskadi y Catalu?a: ¡°Cuando [el por entonces lehendakari Juan Jos¨¦] Ibarretxe prioriz¨® el derecho a decidir, ETA estaba activa y con ello quiso resolver el problema. ETA ha marcado a dos generaciones y su final arrastra consecuencias de enorme calado¡±, sostiene el catedr¨¢tico. Una, muy importante en su opini¨®n, es el replanteamiento de las se?as de identidad del PNV que, en sinton¨ªa con la demanda de la sociedad vasca tras ETA, prioriza un modelo de bienestar social; pierde as¨ª virulencia la reivindicaci¨®n identitaria. ¡°Su replanteamiento se apoya en el ¨¦xito de la gesti¨®n de la autonom¨ªa que ha generado bienestar. Euskadi ha interiorizado y verificado el ¨¦xito de esa gesti¨®n pragm¨¢tica¡±.
Ibarretxe no corrompi¨® el proceso legal. La Generalitat, s¨ª¡±
En 2003, el entonces lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, plante¨® su reforma del Estatuto vasco, en el que proclamaba el derecho de autodeterminaci¨®n del "pueblo vasco" y propon¨ªa un estatus de "libre asociaci¨®n con el Estado espa?ol". El llamado plan Ibarretxe, que fue tumbado por el Congreso de los Diputados en 2005.
El catedr¨¢tico Antonio Rivera cree que "Ibarretxe pretendi¨®, con el derecho a decidir, impulsar la agenda nacionalista que el PNV consideraba agotada, y la activ¨®, tras la movilizaci¨®n de Ermua, para protagonizar el final de ETA". "Pero en su bondad estaba su maldad", a?ade: "Ofreci¨® tal rampa a ETA que gener¨® una reacci¨®n ciudadana [en contra]. Pero hay que decir a favor de Ibarretxe que no corrompi¨® el proceso legal, como est¨¢ sucediendo con la Generalitat".
Ibarretxe asumi¨® el no del Congreso a su plan. Tres a?os despu¨¦s lo intent¨® con una consulta sobre el "derecho a decidir". El Tribunal Constitucional la anul¨® y el Gobierno vasco no lleg¨® a celebrarla.
Antonio Rivera no ve posible el ¡°contagio¡± con el proceso catal¨¢n porque ¡°el PNV no quiere correr riesgos¡±. ¡°En Euskadi se vive muy bien y la gente recuerda la divisi¨®n de la sociedad vasca con el plan Ibarretxe. Euskadi es una sociedad no nacionalista que deja gobernar a los nacionalistas, y cuando estos quieren convertir a los ciudadanos en nacionalistas la sociedad pone pie en pared¡±, sostiene. ¡°El PNV ha conseguido mandar, hacer caja en Euskadi y ser jaleado en Madrid. Nunca ha tenido tanto poder y la situaci¨®n catalana le beneficia¡±.
Urreizti tampoco ve ¡°riesgo de contagio¡± del proceso catal¨¢n a Euskadi. Lo argumenta as¨ª: ¡°No vemos con envidia el proceso catal¨¢n. En ese proceso han desaparecido partidos hist¨®ricos, como Uni¨® y la coalici¨®n CiU. Han propuesto un refer¨¦ndum sin mayor¨ªa suficiente, con lo que pierden credibilidad. Las imposiciones de la CUP presentan un proceso nada amable. Y hay una falta absoluta de di¨¢logo. No s¨®lo por parte del Gobierno central sino tambi¨¦n de la Generalitat¡±.
Gurrutxaga admite que ¡°el PNV podr¨¢ tener gestos afectivos hacia el catal¨¢n, pero no pasar¨¢ de ah¨ª¡±. ¡°El proceso catal¨¢n es incierto. Han desaparecido referentes como CiU. Jordi Pujol est¨¢ en precario por la corrupci¨®n. Aparece la CUP con su estilo. ERC tiene un protagonismo que nunca tuvo y Podemos es una fuerza ascendente. Son incertidumbres inexistentes en Euskadi, donde, adem¨¢s, existe una visi¨®n ilusionante de Europa¡±.
Rivera considera que Catalu?a y Euskadi ¡°se parecen como un huevo a una casta?a¡±. ¡°Catalu?a tiene unas dimensiones factibles para ser Estado que no tiene Euskadi: m¨¢s de ocho millones de habitantes y una institucionalizaci¨®n se?era¡±, remarca. Para ¨¦l, ¡°la crisis econ¨®mica de 2008 se uni¨® a una profunda crisis pol¨ªtica, al agotamiento del modelo auton¨®mico¡±. ¡°El Gobierno tripartito fue su ¨²ltima expresi¨®n y hoy asistimos a la lucha por la hegemon¨ªa del nacionalismo en la que ERC lleva la delantera. La crisis catalana me recuerda mucho a la italiana¡±, apunta el historiador.
Urreizti estima que la crisis catalana deriva de ¡°una situaci¨®n econ¨®mica complicada y de un Estatuto que no se cumpli¨®¡±. ?l ve como opci¨®n m¨¢s probable que ¡°no se celebrar¨¢ el refer¨¦ndum y habr¨¢ nuevas elecciones al Parlamento catal¨¢n¡±. Y apuesta por el di¨¢logo entre Catalu?a y el resto del Estado como ¨²nica soluci¨®n.
Lo local y lo principal
?En el mismo sentido, el soci¨®logo Ander Gurrutxaga enfatiza que, ¡°al quebrarse la vinculaci¨®n entre el Estado y Catalu?a, con lo que todos pierden, el tiempo ser¨¢ fundamental para cerrar heridas¡±. Reprocha a la Generalitat ¡°haber permitido que el proceso se haga aut¨®nomo y se aleje de la racionalidad pol¨ªtica¡±. Y al Gobierno de Rajoy, ¡°seguir la t¨¢ctica del avestruz¡±. ¡°S¨®lo con la ley en la mano no puede abordarse el problema; se necesita pol¨ªtica¡±, subraya. Y a?ade: ¡°El Gobierno central tiene que replantearse su relaci¨®n no s¨®lo con Catalu?a sino con toda la periferia espa?ola¡±.
Rivera, tras considerar que ¡°todo son incertidumbres en torno al refer¨¦ndum del 1-O¡±, cree que ¡°la Generalitat, en el fondo, no da los pasos para la secesi¨®n¡±. Como historiador, sostiene que en el Estado de las autonom¨ªas ¡°no funcionan las relaciones de lealtad ni sus protocolos de actuaci¨®n¡±. ¡°Esto no pasa en Baviera, pero puede pasar en Catalu?a, Euskadi y otras comunidades porque sus estructuras burocr¨¢ticas han generado tensiones centr¨ªfugas en las que lo local es prioritario sobre lo principal. As¨ª, cuando hay discrepancia entre ambas, los ciudadanos se ponen a favor de lo local¡±.
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