?Qu¨¦ porcentaje de espa?oles dir¨ªas que son felices? (Seguramente son m¨¢s de lo que crees)
Los ciudadanos valoran su propia felicidad con un 8 casi, pero la de los dem¨¢s la estiman en un 6. Esta sesgo pesimista ocurre en todos los pa¨ªses del mundo
La mayor¨ªa de espa?oles piensa que el resto de la gente es menos feliz que ellos. Lo sabemos gracias a la ¨²ltima encuesta de CIS, que inclu¨ªa dos preguntas curiosas. En la primera se ped¨ªa a los entrevistados que valorasen del 0 al 10 su propia felicidad. Despu¨¦s deb¨ªan responder sobre los dem¨¢s: ??crees que en Espa?a la gente es feliz o infeliz?? La diferencia entre las dos respuestas es abismal: la gente valora su propia felicidad con un 7,8 de media, mientras que la del resto la deja en un 6,1.
Pensamos que felicidad de los espa?oles merece un aprobado justo, pero en realidad los espa?oles declaran unos niveles de felicidad de notable alto. Esta brecha la encontramos entre hombres y mujeres de cualquier edad. Tampoco importa mucho la clase social, tu ideolog¨ªa o el partido que votas. Todos subestimamos?la felicidad de los dem¨¢s.
En el gr¨¢fico anterior podemos ver qu¨¦ el grupo que se declaran m¨¢s feliz son los j¨®venes. A partir de los 34 a?os las cosas empeoran, tocan fondo entre los 55 y los 64 a?os, y entonces la jubilaci¨®n ¡ªy quiz¨¢s la marcha de los hijos¡ª trae un peque?o repunte. Tambi¨¦n vemos que las clases altas y medias-altas son m¨¢s felices (8,1) que la clase obrera (7,7).
La ideolog¨ªa en general importa poco, pero nos deja dos casos llamativos. En un extremo tenemos a los votantes muy de izquierdas, que resultan ser los m¨¢s pesimistas de todos: creen que la felicidad de los espa?oles merece solo 5,7 puntos de media. En el extremo opuesto est¨¢n los votantes de Ciudadanos ¡ªrelativamente j¨®venes y de clases medias y altas¡ª, que son los menos pesimistas.
Un error que se reproduce en todos los pa¨ªses
La paradoja que acabamos de ver no ocurre solo en Espa?a. Al contrario: es global. En todos los pa¨ªses ocurre que las personas nos quedamos cortas al tratar de adivinar qu¨¦ porcentaje de gente se considera feliz. El gr¨¢fico siguiente muestra datos de Ipsos para 30 pa¨ªses y en todos sin excepci¨®n ocurre lo mismo.
La conjetura media de los 40 pa¨ªses es que el 44% de la gente se declarar¨¢ feliz o muy feliz, pero la cifra real es el doble (86%). Hay casos asombrosos. Los coreanos creen que solo un 25% de sus compatriotas dir¨¢ que es feliz, pero luego el 90% de ellos afirman serlo. En Europa, los m¨¢s errados son los serbios y los h¨²ngaros. Los noruegos y los neerlandeses se acercan m¨¢s a la cifra real, aunque sin dejar nunca de ser pesimistas sociales.
Las personas somos pesimistas con la felicidad de los dem¨¢s. ?Pero por qu¨¦? La explicaci¨®n seguramente est¨¢ en nuestra naturaleza. En los atajos cognitivos que utilizamos al razonar, emitir juicios y hacer predicciones.
Influye, por ejemplo, que tengamos un sesgo optimista. Las personas tendemos a ponernos en los mejor cuando pensamos sobre nosotros y nuestros amigos, pero no con los desconocidos. Esta tendencia al optimismo se hace evidente otras veces. Cuando el CIS nos pide que pronostiquemos el futuro de la econom¨ªa, mucha gente cree que las cosas le ir¨¢n bien a s¨ª mismo, pero no al pa¨ªs. Otro ejemplo cl¨¢sico son los divorcios: los reci¨¦n casados aseguran confiados que su matrimonio durar¨¢ para siempre, como si las tasas de divorcio solo representasen a los dem¨¢s.
Otra explicaci¨®n es menos noble. Quiz¨¢s las personas nos declaramos m¨¢s felices que los dem¨¢s porque queremos, conscientes o no, quedar bien delante del entrevistador.
Tambi¨¦n hay investigaciones que apuntan una relaci¨®n entre control y optimismo. Cuando las personas sienten que controlan un aspecto de su vida son m¨¢s optimistas. Por eso la mayor¨ªa nos sentimos m¨¢s seguros cuando conducimos nosotros el coche. Este sesgo puede explicar que seamos positivos al evaluar nuestra felicidad ¡ªque controlamos¡ª y no tanto con la del resto de la gente.
Pero quiz¨¢s nuestro mayor error consiste en juzgar con demasiada dureza el mundo que nos rodea. Existe tambi¨¦n un sesgo declinista. El arquetipo lo representan el 81% votantes de Trump que dicen convencidos que hace 50 a?os ¡ª?en 1967!¡ª se viv¨ªa mejor que ahora. En Our World in Data se?alan que detr¨¢s de este sesgo hay un problema de informaci¨®n y culpan en parte a los medios. En la prensa hablamos sobre todo de problemas, porque nuestro papel es denunciarlos, pero eso quiz¨¢s alimenta una visi¨®n negativa del mundo.
Fuentes. Los datos del primer gr¨¢fico provienen del bar¨®metro de septiembre de CIS. Las cifras del segundo gr¨¢fico, con informaci¨®n de distintos pa¨ªses, provienen de esta recopilaci¨®n de Ipsos MORI y The World Values Survey.
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