Josep Borrell: ¡°No va a haber mediaci¨®n ni debe haberla¡±
Las palabras del exministro el domingo se han recibido como una oraci¨®n providencial, aunque ¨¦l abjura del papel negociador y rechaza jugar cualquier otro papel pol¨ªtico en la crisis ajeno a sus opiniones
Se dir¨ªa que a Josep Borrell (La Pobla de Segur, 1947) le abruma o le sobrepasa el papel de caballo blanco que le sobrevino en la masiva manifestaci¨®n dominical. Tanto la causa constitucionalista carec¨ªa de un discurso emotivo, fervoroso e integrador, tanto las palabras del exministro socialista se han recibido como una oraci¨®n providencial, aunque Borrell abjura del papel negociador y rechaza jugar cualquier otro papel pol¨ªtico o institucional en la crisis ajeno a sus propias opiniones. No va a reaparecer, no, Borrell, pese a la expectativa de su discurso. Pero s¨ª urge a que se abran las puertas del Parlament y a que se retiren los mediadores.
Pregunta.- ?C¨®mo han sido la experiencia de la manifestaci¨®n y del discurso?
Respuesta.- No hab¨ªa vivido antes nada igual. Dirigirte a tanta gente, viendo en perspectiva todo el paseo, un mar de banderas catalanas, espa?olas y alguna europea. Es una experiencia sorprendente, porque se esperaba que hubiera gente, pero no tant¨ªsima. Nunca hab¨ªa hecho una intervenci¨®n pol¨ªtica en un momento tan dif¨ªcil, no quiero utilizar la palabra dram¨¢tico.
P.- ?El entusiasmo hacia su discurso prueba la ausencia de un relato en el ¡°frente¡± constitucionalista?
R.- Espa?a no tiene quien le escriba. Espa?a no tiene un relato de pa¨ªs. Tuvimos un gran relato, la transici¨®n democr¨¢tica, la superaci¨®n de la dictadura, la conversi¨®n de un Estado autoritario y centralista en un Estado m¨¢s descentralizado de la OCDE. Y ese es un relato que se ha ido agotando. Y ahora s¨®lo o¨ªmos el relato de las partes. Empezando por los presidentes de las comunidades reclamando m¨¢s autonom¨ªa. Me pregunto qu¨¦ es lo que los espa?oles quieren compartir, qu¨¦ es lo que nos mantiene unidos??Existe un inter¨¦s com¨²n? ?Qui¨¦n lo defiende? ?Qui¨¦n lo explica?
Estamos donde estamos por una abdicaci¨®n colectiva de la sociedad espa?ola, sus medios de comunicaci¨®n, sus intelectuales, sus universidades, su Gobierno, sus Gobiernos, que no han hecho frente al relato independentista. Han sido condescendientes con ¨¦l. En Catalu?a, cuando t¨² cuestionas los postulados y las tesis del independentismo, autom¨¢ticamente eres calificado de facha. Y frente a eso es muy dif¨ªcil luchar. El independentismo cuenta con medios ilimitados, un aparato de propaganda formidable, un Gobierno, los capitales de la burgues¨ªa puestos a su disposici¨®n, emisoras, televisiones destilando el Espa?a nos roba. Es una lucha muy desigual. O nos armamos intelectualmente o esta batalla la vamos a perder.
P.- ?Tiene la impresi¨®n de que este domingo se produjo un punto de inflexi¨®n?
R.- Nunca se hab¨ªa visto nada as¨ª. Lo del domingo demuestra que en la sociedad catalana hab¨ªa una especie de tap¨®n que conten¨ªa un silencio, una c¨¢mara de silencio, y ese tap¨®n ha saltado por una serie de circunstancias. Y a veces en la vida de los pueblos se producen esas explosiones. Una explosi¨®n pac¨ªfica de gente que tambi¨¦n ha querido hacer o¨ªr su voz. ?Y por qu¨¦ la gente estaba callada? Muy f¨¢cil, si los presidentes de las grandes empresas catalanas, con tanto poder y tanta influencia, se han callado, ?c¨®mo vamos a pedirle a un ciudadano de a pie fr¨¢gil y vulnerable que hable?
P.- Fue usted muy cr¨ªtico con la reacci¨®n tard¨ªa de las grandes empresas.
R.- Han reaccionado tarde, tan tarde que el Gobierno ha tenido que aprobar un decreto ley para facilitar que unas empresas pudieran acortar los tr¨¢mites para trasladar su sede. Eso quiere decir que las empresas no se hab¨ªan tomado la molestia ni de prepararse para tal eventualidad.
P.-?Y dir¨ªa que se ha roto la omert¨¤?
R.- No la llamar¨ªa yo omert¨¤, son palabras mayores. Se rompi¨® un poco la precauci¨®n en expresar los sentimientos y las emociones en p¨²blico de una forma colectiva. Pero hay que tener cuidado. Si un d¨ªa much¨ªsimos se manifiestan a favor de una cosa y al d¨ªa siguiente much¨ªsimo se manifiestan a favor de otra, alg¨²n d¨ªa los much¨ªsimos de un lado y los much¨ªsimos del otro se van a encontrar en la calle y vamos a tener un conflicto civil.
P.- ?Puede haber un conflicto civil realmente?
R.-?En Catalu?a ya hay una violencia verbal extraordinaria. La microconvivencia entre amigos, familiares, profesores, empleados, ya se ha roto en Catalu?a. Es imposible hablar en t¨¦rminos racionales del proc¨¦s. O alguien pone remedio, o esto se va a deteriorar irremediablemente. No, no hay un pueblo catal¨¢n homog¨¦neo, unido, como tratan de inculcarnos los independentistas. La sociedad est¨¢ rota.
P.- ?Y se siente obligado usted a intervenir, a perseverar, despu¨¦s del fervor que ha suscitado su discurso?
R.- No, no me siento obligado a desempe?ar un papel en absoluto. Y ya me pas¨® en la crisis del PSOE en octubre de hace un a?o. ?Por qu¨¦ el hecho de opinar implica la voluntad o el deseo de pretender jugar un papel institucional? No me creo el papel de caballo blanco. Lo que hay que hacer es abrir el Parlament de Catalu?a y que el Parlament haga su trabajo. Ya est¨¢ bien de buscar salvadores de la patria y voluntariosos mediadores. Hay tantos mediadores que pronto habr¨¢ que buscar un mediador entre los mediadores a ver qui¨¦n media. Es c¨®mico. El Parlament est¨¢ cerrado y proliferan los mediadores. Que abran el Parlamento. Y que los l¨ªderes debatan.
P.- ?Qu¨¦ opina de las mediaciones de la Iglesia y de Iglesias?
R.- El viejo carlismo siempre ha estado anidado en los conventos. Esta mezcla de religi¨®n y pol¨ªtica identitaria no es nueva. No deber¨ªa formar parte de la cultura pol¨ªtica de un cuerpo moderno. No va a haber mediaci¨®n ni debe haberla. La UE, desde luego que no. Porque no es un conflicto internacional. Espa?a no es un pa¨ªs dividido en guerras tribales. Cuando alguien pide mediaci¨®n es porque est¨¢ empezando a perder. Es un asunto interno de Espa?a. Y Espa?a tiene un Estado de derecho, una Constituci¨®n, una separaci¨®n de poderes... Iglesias y Colau quieren mediar. ?Pero, desde d¨®nde? ?D¨®nde est¨¢n? Me sorprende que tengamos el Parlamento cerrado y andemos buscando la Cruz Roja. Mire, no he visto nunca en Europa en que la mitad de un Parlamento abandone la sala de plenos porque la mayor¨ªa est¨¢ violando flagrantemente los procedimientos parlamentarios. Con plena conciencia. Se est¨¢ violando todo lo violable. Y no lo dice la Constituci¨®n espa?ola, sino las leyes que hemos votado los catalanes.
P.- Si el ¨¢mbito de discusi¨®n son los parlamentos, ?debe formalizarse un frente constitucionalista en el catal¨¢n o crearse en el espa?ol un Gobierno de concentraci¨®n nacional?
R.- No creo que estemos realmente ante una situaci¨®n que lo requiera. Hay un Gobierno minoritario con un apoyo parlamentario y no estamos en la situaci¨®n de Churchill en Dunkerque.
P.- Tampoco se muestra usted muy partidario de la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155.
R.- El art¨ªculo 155 no es una bomba at¨®mica, est¨¢ en la Constituci¨®n alemana en los mismos t¨¦rminos. Se trata de hacer que se cumpla la ley all¨ª donde no sucede. Pero comprendo que el Gobierno central resista a la provocaci¨®n de utilizar una norma que pueda aumentar la tensi¨®n. La estrategia del independentismo consiste en poner el Estado contra las cuerdas, obligarle a reaccionar. El independentismo provoca, el Estado interviene y la intervenci¨®n redunda en el relato del agravio. ?Hasta d¨®nde?
P.- ?Ser¨ªa el 155 un recurso completamente leg¨ªtimo pero un error estrat¨¦gico
R.- Me ense?aron en la mili que antes de dar una orden hay que medir si te van a obedecer.
P.- Los mossos no acataron las ¨®rdenes judiciales.
R.- Estaba claro que si los mossos no hac¨ªan su trabajo ¡ªy era ingenuo pensar que lo fueran a hacer¡ª, mandar a los antidisturbios de la Guardia Civil y de la Polic¨ªa Nacional era un error, y era una misi¨®n imposible. El golpe de autoridad le ha costado al Gobierno espa?ol y a la causa de antidependentismo un enorme coste en t¨¦rminos de imagen internacional.
Al Gobierno le hace falta urgentemente una pol¨ªtica de comunicaci¨®n. No se puede luchar en el mundo en que vivimos contra la imagen de una viejecita con la frente ensangrentada. Y oponer el argumento de la legalidad constitucional. Se ha perdido la batalla de la comunicaci¨®n. Y cuando se toma una decisi¨®n, hay que medir los efectos medi¨¢ticos. Fue un error. Le hemos regalado a Junqueras todas las fotos que andaba buscando.
P.- La mala gesti¨®n del 1-O no es el problema de esta crisis.
R.- El verdadero problema ahora son los movimientos del Govern catal¨¢n. Que yo creo que van a consisitir en chapotear en el barro. Ahora est¨¢n discutiendo si va a ser una declaraci¨®n de independencia o una proclamaci¨®n, diferida o pr¨¢ctica, por arriba o por abajo. Puigdemont y los independentistas van a evitar la tragedia, pero van a continuar con la comedia. Est¨¢ castigado en el C¨®digo Penal el delito de rebeli¨®n que supone declarar la independencia, pero es de suponer que exploren el lenguaje y la sem¨¢ntica para cubrirse.
P.- ?Que le parecieron las ausencias de S¨¢nchez y de Iceta el domingo?
R.- Me parece bien que no estuviera Pedro S¨¢nchez. Era un asunto entre catalanes. Y creo m¨¢s bien que hubo un exceso de presencia de cargos institucionales del PP. No hac¨ªan falta. Y va a ser utilizada mal¨¦volamente esa exageraci¨®n para desvirtuar la manifestaci¨®n ?La presencia del secretario general del PSC? ?l sabr¨¢ c¨®mo valora las razones. Hab¨ªa un cierto temor a que aquello se convirtiera en una manifestaci¨®n del nacionalismo espa?ol... No lo voy a valorar, pero en pol¨ªtica los vac¨ªos se llenan.
P.- ?Y comparte la gesti¨®n del PSOE en esta crisis? La clase senatorial de su partido ¡ªGonz¨¢lez, Guerra...¡ª pide el 155. Y discute la reprobaci¨®n parlamentaria de S¨¢enz de Santamar¨ªa.
R.- Cualquier cosa que diga va a ser malinterpretada. Cada uno tiene su responsabilidad y sabe c¨®mo la administra. Ha habido unas primarias, tenemos una direcci¨®n elegida por abrumadora mayor¨ªa y que hay que dejarla hacer su trabajo.
P.- El PSC flirte¨® con el derecho a decidir. Una reivindicaci¨®n que se ha hecho bastante un¨¢nime en la sociedad catalana. ?C¨®mo se enfr¨ªa ese sentimiento?
Entrevista | Rajoy: ¡°Un Gobierno de concentraci¨®n podr¨ªa ayudar pero bastar¨ªa con estar juntos¡±
R.- El derecho a decidir es un eslogan imbatible. ?Qui¨¦n no quiere decidir? Claro que el voto es la m¨¢xima expresi¨®n de la democracia. Es una estrategia de marketing. Pero ?estamos hablando de derecho a decidir o de derecho a la autodeterminaci¨®n? Si es esto ¨²ltimo, habr¨¢ que saber que no est¨¢ recogido en la Constituci¨®n espa?ola ni en muchas otras, ni en el derecho internacional. Bajo el velo de un argumento dif¨ªcil de debatir, se ha ido avanzando y creando un estado de opini¨®n dif¨ªcil de desmontar. Predomina la irracionalidad.
P.- ?Qu¨¦ papel le atribuye a Mariano Rajoy en la confusi¨®n?
R.- El Gobierno de Rajoy ha tenido una enorme responsabilidad por inacci¨®n, por omisi¨®n y ¨²ltimamente por decisiones equivocadas. ¡°Ya se les pasar¨¢¡±, pensaba Rajoy en la gesti¨®n de la crisis. Y sucede as¨ª desde 2011. Y se podr¨ªan buscar responsabilidades en los Gobiernos socialistas. Pero desde ah¨ª no avanzamos. Nos quedamos en el buenismo.
P.- ?Entonces?
R.-?Hay que hacer anatom¨ªa de los problemas. Los hay reales y los hay inexistentes. Los primeros normalmente no requieren cambios constitucionales. Responden a la gesti¨®n cotidiana. El problema son los problemas que no existen, que provienen de la percepci¨®n y que se han agitado propagand¨ªsticamente. Por eso hay que hacer una labor de pedagog¨ªa. ?C¨®mo se resuelve un problema que no existe? Explicando la paradoja con medios, dedicaci¨®n, perseverancia. Convencer de que en la pol¨ªtica una cosa es la realidad y otra es la percepci¨®n de la realidad. Catalu?a est¨¢ mal financiada, pero peor lo est¨¢ Andaluc¨ªa. Proliferan los bulos. Se crea un h¨¢bitat de intoxicaci¨®n. Y es ah¨ª donde un Gobierno tiene que dedicarse a contraprogamar. Sin olvidar las atenciones afectivas. Que no las ha habido nunca. Porque se ha preferido el camino del choque, del boicot de los productos catalanes. El independentismo ha ganado la batalla de la comunicaci¨®n a base de difundir hechos que no eran ciertos y que han servido para crear un sentimiento de agravio. Frente a la fuerza de la persuasi¨®n de un lado, en el otro ha estado el vac¨ªo.
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