Francoland: ?de verdad la democracia espa?ola ha retrocedido a los a?os 70?
Estado fascista, presos pol¨ªticos, campo de concentraci¨®n... La crisis catalana ha resucitado una ret¨®rica que equipara la actual situaci¨®n con una dictadura encubierta. Los datos y testimonios apuntan lo contrario
Estos d¨ªas basta echar un vistazo a las redes sociales o darse una vuelta por algunos bares (en el caso de aquellos resistentes a la opini¨®n digital), para leer o escuchar posiciones que apuntan a un retroceso social, democr¨¢tico y de las libertades en Espa?a. La crisis en Catalu?a ha polarizado los argumentos y la ret¨®rica parece haber perdido toda su prudencia.
A los debates sobre la situaci¨®n en Catalu?a regresan t¨¦rminos como presos pol¨ªticos, censura, falta de libertades y hasta dictadura. En Twitter, estos d¨ªas, prolifera el hashtag Francoland, mediante el que se pueden encontrar opiniones que dibujan un paisaje, el espa?ol, cercano al totalitarismo.
¡°Prohibir manifestaciones, controlar medios de comunicaci¨®n, presos pol¨ªticos y corruptos gobernando. Est¨¢ quedando un fascismo de manual¡±, tuiteaba un usuario. ¡°En Francoland varios millones de personas siguen votando a los franquistas. Por eso pueden hacer lo que hacen. La cosa es bien simple¡±, dec¨ªa otro. Expresiones as¨ª se encuentran por miles en las redes sociales.
No son solo ciudadanos de a pie. El diputado Gabriel Rufi¨¢n, diputado de ERC, tuiteaba hace unos d¨ªas sobre la detenci¨®n de los l¨ªderes de ?mnium Cultural y la ANC: ¡°No se fue a Irak, la sede se pag¨® sola en negro, son casos aislados, no se apale¨® a nadie el 1O, no son presos pol¨ªticos y el toro no sufre¡±.
M¨¢s reciente han sido las declaraciones de Clara Ponsat¨ª, ex consellera de Ense?anza de la Generalitat y miembro de la ANC, quien ha tildado al Estado de "franquista". "Antes, al menos llegabas a Perpignan y estabas seguro, ahora no", ha dicho. M¨¢s lejos incluso ha ido el tertuliano independentista Bernat Ded¨¦u con su tuit de hace unos d¨ªas: "Recordad que vivimos en un campo de concentraci¨®n y tenemos todo el derecho a insultar y burlarnos de nuestros captores".?
?Qu¨¦ hay detr¨¢s de esta ret¨®rica? ?Se trata de una exageraci¨®n con objetivos pol¨ªticos e ideol¨®gicos? ?O de verdad Espa?a sigue siendo el mismo pa¨ªs que en 1970?
M¨¢s libres
Dice el Intelligence Unit Index de The Economist que Espa?a experimenta una democracia plena (full democracy). El Instituto de Calidad de Gobierno (QOG, seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s), califica con un 95 sobre 100 la democracia espa?ola, situ¨¢ndola entre las m¨¢s sanas del mundo (por encima de pa¨ªses como Francia o Italia).
A?ade Amnist¨ªa Internacional (AI) que en Espa?a no hay presos pol¨ªticos. En realidad, AI no utiliza este t¨¦rmino, sino el de presos de conciencia. ¡°Creemos que la figura de preso pol¨ªtico no est¨¢ definida por el Derecho Internacional y est¨¢ abierta a interpretaciones. Por eso usamos presos de conciencia, que son aquellos que est¨¢n encarcelados por sus ideas. En el caso de los pol¨ªticos y l¨ªderes catalanes no consideramos que sean presos de conciencia porque han sido encarcelados acusados de un delito de sedici¨®n. S¨ª creemos que los cargos son exagerados y pedimos su puesta en libertad, pero no los consideramos presos de conciencia¡±, explica ?ngel Gonzalo, portavoz de la organizaci¨®n.
Amnist¨ªa Internacional afirma que en Espa?a no hay presos pol¨ªticos y no considera a los pol¨ªticos catalanes presos de conciencia
Seg¨²n la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, un arrestado es preso pol¨ªtico cuando la detenci¨®n ha sido impuesta por razones puramente pol¨ªticas sin conexi¨®n con ning¨²n delito tipificado.
Con democracia y separaci¨®n de poderes reconocidos por los principales organismos internacionales cabe preguntarse: ?somos menos libres? No parece. En 1982, los espa?oles valoraban con 5,9 sobre 10 la libertad y el control en su vida; en 2011, con un 6,7 (World Values Survey). En 1978 solo hab¨ªa dos cadenas de televisi¨®n en Espa?a; en 1996 hab¨ªa 12 y ahora hay casi un centenar. Espa?a est¨¢ entre los 10 pa¨ªses de Europa donde m¨¢s personas han participado en manifestaciones. En 2014 fue el pa¨ªs donde m¨¢s, seg¨²n la ¨²ltima edici¨®n de la European Social Survey.
¡°?ramos invisibles. No exist¨ªamos¡±. Lo cuenta Javier Mazorra, periodista de viajes y vecino de Madrid. Se refiere a la comunidad gay y habla de 1980. ¡°En esos a?os, que no son hace tanto, la simple sospecha de ser gay era el ostracismo y el desprecio m¨¢s absolutos. Ten¨ªas que tener mucho cuidado con eso¡±.
Javier conversa con Antonio Miranda, 25 a?os y director de una agencia de comunicaci¨®n. Antonio tambi¨¦n es gay. ¡°A veces no somos conscientes de que hace s¨®lo 30 a?os no pod¨ªas ir por la calle de la mano con tu pareja. Y mucho menos darte un beso¡±, reflexiona.
En 1980, seg¨²n datos del World Values Survey, el 54% de los espa?oles cre¨ªa que la homosexualidad era injustificable. Un 28% cre¨ªan que lo era el divorcio. Hoy esas opiniones las sostienen apenas el 8% y el 5% de los espa?oles.
¡°Toda la progres¨ªa era hom¨®foba¡±, retoma Javier. ¡°El Partido Comunista e incluso el PSOE eran hom¨®fobos. No pod¨ªas contar con ellos. Nunca nos sentimos identificados en su lucha¡±. En 1990, y de nuevo seg¨²n datos de World Values Survey, todav¨ªa un 30% de espa?oles dec¨ªa que preferir¨ªa no tener homosexuales como vecinos.
¡°Queda camino por recorrer y existe todav¨ªa la homofobia -afirma Antonio, el joven de 25 a?os-, pero en Espa?a tenemos a d¨ªa de hoy una libertad que no tiene casi nadie en el mundo. Y a veces no somos conscientes de que hay gente que ha luchado mucho para que esto sea as¨ª¡±, dice mirando a Javier. ¡°Y creo que seguimos en el buen camino: mi hermana tiene 14 a?os y ya me gustar¨ªa tener la tolerancia que tiene ella¡±.
No s¨®lo hemos logrado avanzar contra la homofobia. En 1990, el 30% de los espa?oles pensaba que si faltaba empleo los hombres tienen m¨¢s derecho al trabajo que las mujeres. Tambi¨¦n ese a?o, las mujeres supon¨ªan s¨®lo el 15% de todos los diputados del parlamento espa?ol. Hoy son el 39%, lo que nos convierte en el quinto pa¨ªs de Europa con el mayor porcentaje de mujeres diputadas, solo por detr¨¢s de Islandia, Suecia, Finlandia, Noruega y B¨¦lgica.
M¨¢s ricos
Desde 1980 el PIB por habitante en Espa?a casi se ha casi triplicado: ha pasado de 14.500 d¨®lares a 34.000 en 2014, corrigiendo la inflaci¨®n (Penn World Table). La crisis nos sacudi¨® con fuerza. Pero no ha destruido todo lo logrado. El mejor valor se alcanz¨® en 2008 ¡ª35.000 d¨®lares por habitante¡ª y despu¨¦s la econom¨ªa se contrajo, pero nueve a?os despu¨¦s casi ha recuperado aquel m¨¢ximo hist¨®rico. La crisis nos ha hecho retroceder, s¨ª, pero de forma relativa.
Desde 1980 la renta media por adulto pas¨® de 19.000€ a los 29.000 actuales, seg¨²n la World Wealth and Income Database. En 2016 acabamos de recuperar el m¨¢ximo hist¨®rico de 2007, en plena burbuja. La huella de la crisis todav¨ªa se nota en la riqueza patrimonial: la media por adulto ha ca¨ªdo a 174.000€ desde los 232.000€ de 2007. No obstante, el valor es todav¨ªa el doble del de 1980 (86.000€).
El avance se ve en muchos otros indicadores econ¨®micos. Seg¨²n el INE, el salario medio ha pasado de 7 a 11 euros entre 1990 y 2014. El salario m¨ªnimo era de 370€ y ahora es de 655€, corrigiendo el efecto de la inflaci¨®n. La productividad de los trabajadores, seg¨²n datos de Our World in Data, ha pasado de 19 d¨®lares por hora a 51 desde 1978 a 2016.
En cuanto al desempleo, durante la crisis alcanzamos un m¨¢ximo hist¨®rico: una tasa de paro del 26%. Desde entonces el paro ha descendido hasta el 16%, una cifra terrible, pero ya inferior a la de las crisis de mediados los ochenta y los noventa.
Un aspecto donde no mejoramos es en la desigualdad de ingresos. El ¨ªndice Gini ¡ªla m¨¦trica m¨¢s habitual para medir la desigualdad¡ª es hoy peor que en 1985. Los m¨¢s ricos no son m¨¢s ricos, pero la desigualdad creci¨® por abajo. El porcentaje de espa?oles viviendo en pobreza relativa (es decir, que ganan menos del 40% de la renta mediana) ha pasado del 6% al 10%.
M¨¢s sanos, m¨¢s formados
Jacobo Caba?as tiene 43 a?os y es cirujano general en una cl¨ªnica privada de Madrid. Su padre, Luis Caba?as, lo fue. Ahora est¨¢ jubilado. Cuando Luis ejerc¨ªa, la esperanza de vida en Espa?a era de 62 a?os. Ahora que lo hace su hijo, es de 82. En 1978, la esperanza de vida en Espa?a era de 74 a?os, ocho menos que hoy.
Hace s¨®lo tres d¨¦cadas ¨¦ramos m¨¢s pobres, m¨¢s ignorantes y menos libres
Nos reciben ambos en el despacho de Jacobo, sentados frente a frente. ¡°?82 a?os? A eso s¨®lo llegaba el viejo del pueblo. En los a?os 70 e incluso 80, si yo intentaba operar una urgencia a un paciente de 70 a?os, no me lo permit¨ªan¡±, cuenta Luis. Su hijo, Jacobo, responde: ¡°Hoy, a un paciente de 70 a?os, se le trasplanta, se la da quimioterapia, se le hacen transfusiones¡ Hemos aumentado la vida de la poblaci¨®n. La edad ha dejado de ser un factor absoluto, ahora nos fijamos en la condici¨®n del paciente. Me da igual la edad¡±. Luis completa: ¡°Plantear ponerle una pr¨®tesis de cadera a un se?or de 75 a?os era estar loco. Hoy, lo loco es no hacerlo¡±.
En 1980 solo el 8% de los ni?os se vacunaban contra el Sarampi¨®n y hoy lo est¨¢n casi el 100%. Los avances, adem¨¢s, no fueron son en los ochenta. Entre 1995 y 2015 el gasto sanitario por persona pas¨® de 1.200€ a 3.000€, seg¨²n cifras de Our World in Data corregidas de inflaci¨®n.
Recuerda Luis, el cirujano jubilado, que en los a?os 80, en el hospital madrile?o de La Paz, se hac¨ªan guardias que califica de horribles. ¡°No hab¨ªa muchos m¨¢s sitios otro sitio donde ir. No hab¨ªa otra urgencia. Tra¨ªan a gente de pueblos que estaban a 200 kil¨®metros¡±, recuerda. Y no habla de hace un siglo: en 1975, en Espa?a, hab¨ªa tres veces menos m¨¦dicos que ahora, seg¨²n datos del INE. ¡°Hoy hay hospitales en n¨²cleos de poblaci¨®n de 80.000 habitantes que te dan un nivel tecnol¨®gico insuperable. Ya no es preciso irse a EEUU¡±, explica Luis. ¡°Hace 20 a?os la ¨²nica manera de tratarse ciertas cosas es irse fuera. Hoy en d¨ªa no hace falta¡±.
En un a?o tan reciente como 1985 Espa?a ten¨ªa un programa de lucha contra la lepra. Y hab¨ªa 3.600 enfermos.
Jacobo, hijo de Luis y cirujano en activo, afirma: ¡°Si me trasladasen a los a?os 80 de Espa?a y me obligaran a ejercer la medicina, ser¨ªa como si me soltaras en la selva y me dijeras que tengo que cazar la cena¡±.
Otro s¨ªntoma de progreso lo encontramos en la mortalidad infantil: el riesgo de muerte de los peque?os es treinta veces menor hoy que en 1950. Entonces un 12% de los ni?os mor¨ªa antes de cumplir cinco a?os. En 1978, esa cifra era ya del 2,1% y ha seguido reduci¨¦ndose hasta el 0,4% actual.
En el sal¨®n de su casa, Paquita (75 a?os), Nieves (54 a?os) y Fabiola (21 a?os) se re¨²nen para hablar de su experiencia como estudiantes. Son abuela, hija y nieta. Tres generaciones testigos de los cambios que ha experimentado el sistema educativo en Espa?a. El espa?ol medio de 1950 hab¨ªa pasado menos de cuatro a?os escolarizado. En 1980 esa cifra hab¨ªa mejorado hasta los siete a?os y en 2010 superaba ya los diez.
Explica Paquita que eran pocas las ni?as que lograban completar sus estudios b¨¢sicos y que sus tareas se basaban en dictados y cuentas matem¨¢ticas. Nieves, su hija, a?ade que las materias, en su ¨¦poca, eran m¨¢s complejas. Fabiola, que termin¨® bachiller hace dos a?os, aparece como la mejor preparada de las tres, con dominio de idiomas e inform¨¢tica.
Las mujeres, adem¨¢s, iban menos a la escuela y la universidad. En 1980 las mujeres espa?olas todav¨ªa hab¨ªan recibido menos de educaci¨®n reglada que los hombres: 5,5 a?os en lugar de los 7 de ellos. Desde hace unos a?os las mujeres en nuestro pa¨ªs han recibido tanta educaci¨®n como los hombres: ambos superan los 10 a?os de media entre colegio, instituto y universidad.
En 1960, Espa?a dedicaba el 1,3% del PIB a educaci¨®n. En 1978, el 2,2%. En 2009 y 2011 lleg¨® al 4,9%, y aunque ha bajado con la crisis, en 2013 el gasto fue del 4,3%. La cifra casi se ha duplicado, con el a?adido de que el PIB desde entonces se ha triplicado. En general, el gasto p¨²blico en Espa?a ha aumentado enormemente.
Dice Fabiola que nunca sinti¨® ning¨²n tipo de tab¨² o prohibici¨®n de hablar cualquier tema en clase. Su madre, Nieves, reconoce que ten¨ªa limitaciones. Cuando le toca hablar a Paquita, lo resume: ¡°Nada, nada. Nosotras no pod¨ªamos hablar de nada¡±.
Hace s¨®lo tres d¨¦cadas ¨¦ramos m¨¢s pobres, m¨¢s ignorantes y menos libres. Por m¨¢s que la crisis pol¨ªtica e institucional que estamos atravesando haya elevado la tensi¨®n, hablar de franquismo, presos pol¨ªticos o ausencia de libertad parece tener m¨¢s que ver con intenci¨®n ideol¨®gica que con la realidad.
Fuentes. Muchos datos se han tomado de la web Our World in Data. All¨ª pueden consultarse esas estad¨ªsticas, y otras, en comparaci¨®n con diferentes pa¨ªses. Tambi¨¦n se incluyen las fuentes originales y detalles sobre la metodolog¨ªa.
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