Un juez pide investigar al director del CIE de Madrid por desobediencia
El magistrado ha ordenado durante meses al jefe policial que ponga en marcha un registro de peticiones de asilo
El juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 6 de Madrid ha dado el primer paso para abrir una investigaci¨®n judicial contra el director del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid por un presunto delito de desobediencia. El magistrado Ramiro Garc¨ªa de Dios ha deducido testimonio contra el jefe policial por "incumplir sistem¨¢ticamente" las ordenes dictadas para garantizar la adecuada estancia de los inmigrantes en la instalaci¨®n y poner en marcha un registro de solicitudes de asilo, seg¨²n consta en un auto del pasado 11 de enero, al que ha tenido acceso EL PA?S.
En este escrito, Garc¨ªa de Dios insta al director del CIE a que "cumpla literalmente e ¨ªntegramente" las medidas dictadas en varios autos de octubre de 2016 y julio de 2017. Entre ellas, crear un sistema de registro para presentar solicitudes de asilo con un horario que, "como m¨ªnimo", se prolongue todos los d¨ªas h¨¢biles de las nueve de la ma?ana a las dos de la tarde; fijar un lugar para este registro y dotarlo de personal; y dar las "¨®rdenes oportunas" para que se fichen todas las solicitudes de protecci¨®n internacional.
El magistrado traslada, adem¨¢s, el caso a otros juzgados de instrucci¨®n de Madrid para deducir testimonio contra el director "por si la desobediencia reiterada pudiera ser constitutiva de un delito". Una decisi¨®n que adopta despu¨¦s de pedir durante meses al responsable del complejo que ponga en marcha este registro y despu¨¦s de recibir una denuncia de cinco extranjeras, encerradas en la instalaci¨®n madrile?a, que "pone de manifiesto que el director del CIE est¨¢ incumpliendo intencionadamente los autos dictados". Seg¨²n se argumenta en el escrito, las medidas que se ordenaron ten¨ªan por objetivo "garantizar que las peticiones de asilo fuesen urgentemente y eficazmente atendidas".
El Servicio Jesuita de Migrantes explica que, hasta ahora, los internos solo pod¨ªan pedir asilo depositando un papel en el buz¨®n del director, quien deb¨ªa ponerlo en conocimiento de las autoridades. "Pero han sido muchas las quejas recibidas donde se afirmaban haber depositado la solicitud sin que luego se hubiera iniciado el correspondiente procedimiento", recalca la ONG en su ¨²ltimo informe, donde incide en que han detectado un fen¨®meno "incipiente y muy preocupante": el encierro en los CIE de solicitantes de protecci¨®n internacional. "Una aberraci¨®n", sentencia el colectivo, ya que la ley proh¨ªbe recluir a estas personas.
El nuevo auto de Garc¨ªa de Dios se produce tambi¨¦n despu¨¦s de que los tres magistrados encargados del control del CIE de Madrid, por donde pasaron 1.526 extranjeros en 2016, anulasen dos ¨®rdenes del director por querer imponer unos controles previos de entrada a las ONG que "vulneran los derechos" de los inmigrantes encerrados y de los colectivos sociales que los atienden. Seg¨²n los jueces, el responsable del centro "restring¨ªa sin causa que lo justifique" el derecho de los internos y "contraven¨ªa el sentido de las normas" que regulan las visitas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.