?Qu¨¦ hacen (algunos) periodistas catalanes de ahora?
Estamos en tiempos de paciencia y bilis, no siempre a partes iguales, y se puede observar que algunos periodistas aprovechan este oscuro Pisuerga para abrir brechas insalvables
Gran periodismo catal¨¢n. Quien se cri¨® leyendo el TeleXpr¨¦s de Ib¨¢?ez Escofet y de Joan de Sagarra, la escritura de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, al Pla de Destino, al Martin Girard de Dicen¡ ya no puede despegarse de esa prosa entre burlona y rabiosamente literaria, callejera y cosmopolita. Gran periodismo catal¨¢n.
Ahora estamos en tiempos de paciencia y bilis, no siempre a partes iguales, y se puede observar, sobre todo en las redes, que algunos periodistas, que vienen de aquellas grandes plumas, aprovechan este oscuro Pisuerga para abrir brechas insalvables. A un lado de esas brechas hay, aunque no lo sean ni de ra¨ªz ni de coraz¨®n ni de ideas, franquistas, mon¨¢rquicos, fachas, a los que as¨ª se llama para crear un rancho aparte. En el otro lado, los buenos, los que defienden la naturaleza del proc¨¨s, los que no se desv¨ªan ni un mil¨ªmetro de la santa iglesia de la independencia. A los dem¨¢s, ni agua. Quien lo prob¨® lo sabe. Apestados somos y en el camino andamos.
Esos periodistas han abrazado las redes (y las tertulias, y la prensa, y la radio, y la televisi¨®n) para defender como el santo grial de Catalu?a la naturaleza del proc¨¨s. En su derecho est¨¢n, como estar¨ªan en su derecho aquellos que hayan visto fisuras en el santoral. Nada de lo que hace el hombre de Bruselas, nada de lo que hace la alcaldesa, nada de lo que hace Roger Torrent, parece alertar su pluma, descorrer el tel¨®n de bilis con la que reacciona ante los desviacionistas. Ni nada de lo que se hace para montar, con cualquier mimbre, los muebles del Govern, que es como el m¨¦dico de Moli¨¨re, un Govern a palos, les solivianta.
De columnistas de labia tan repentina y tan altisonante se hubiera esperado extra?eza al menos de lo que pretende ese Govern hacer con la televisi¨®n del Estado en Catalu?a, TV3. Un d¨ªa faro de las mejores televisiones, hoy rendida a los pies de los restos humeantes de Converg¨¨ncia, nido afectuoso de todo el proc¨¨s y ahora, en la nueva era postMas y postPujol, puesta en manos, parece, de Esquerra Republicana de Catalunya y del PdeCAT, para que el poder pol¨ªtico tenga f¨¢cil el autorretrato.
La televisi¨®n del Estado opresor, Televisi¨®n Espa?ola, recibe en todos los cachetes por su dependencia manifiesta del Gobierno de turno, con las excepciones que ha habido en la historia. Y por eso se la persigue y se hace burla de ella, en las redes sociales y en cualquier parte, y esas burlas vienen tambi¨¦n de los que ahora guardan silencio ante la perspectiva de que sea Tv3 la que se lleve el gato de la televisi¨®n a la zona de su influencia en el Govern.
Periodismo dependiente se llamar¨ªa esa figura. No es ofensa, es la expresi¨®n triste de una percepci¨®n que ya tiene demasiado recorrido, pues el camino ya es demasiado empinado como para que no tengamos memoria de los accidentes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.