El repliegue de los brit¨¢nicos de Espa?a

La tienda que Michelle Ball atiende en La Xara, Alicante, no es un Todo a 100, aunque lo parece. Vende vestidos a un euro, platos, vasos, l¨¢mparas, flores de pl¨¢stico y otros objetos de decoraci¨®n. Pero sus productos no proceden de f¨¢bricas chinas, sino de las cocinas, comedores y armarios de viviendas brit¨¢nicas, que los donan con fines ben¨¦ficos. Ball y el resto de voluntarios que trabajan aqu¨ª destinan despu¨¦s los beneficios a ayudar a compatriotas enfermos y con pocos recursos que residen en la provincia. Su charity shop vive una edad dorada, porque un creciente n¨²mero de brit¨¢nicos est¨¢ vendiendo sus casas en la zona y regresando a su pa¨ªs. Antes de marcharse, pasan por la tienda de Ball y le entregan todo lo que no les vale la pena llevarse a Reino Unido.

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¡°Muchos est¨¢n volviendo porque la vida aqu¨ª se ha vuelto supercara. Mi madre ha perdido 160 euros al mes en su pensi¨®n desde el refer¨¦ndum del Brexit por la devaluaci¨®n de la libra. Su pensi¨®n es ahora de 690 euros. Y desde el cambio que hizo hace unos a?os el Gobierno espa?ol, tambi¨¦n tiene que pagar parte de sus medicamentos, no es mucho, pero tampoco ayuda¡±, resume Ball, que tiene 44 a?os y lleg¨® a la Comunidad Valenciana con 14.

El n¨²mero de residentes brit¨¢nicos en Espa?a que refleja el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) ha pasado de 397.892 a 240.785 en cinco a?os. Hay 157.107 menos. En ese descenso influye la nueva regulaci¨®n del padr¨®n municipal para los ciudadanos comunitarios. Pero mientras la ca¨ªda registrada en el mismo periodo entre los residentes en Espa?a del resto de pa¨ªses del n¨²cleo hist¨®rico de la UE, los 15 que compon¨ªan la Uni¨®n antes de la ampliaci¨®n hacia el Este, ha sido del 25%, la reducci¨®n de los residentes brit¨¢nicos se eleva al 40%, seg¨²n los datos oficiales.

La estad¨ªstica de migraciones, una informaci¨®n paralela que ofrece el INE, muestra que 102.367 residentes brit¨¢nicos abandonaron Espa?a entre el primer semestre de 2012 y el primer semestre de 2017. Cada a?o siguen instal¨¢ndose ciudadanos de Reino Unido en Espa?a: 88.799 en el mismo periodo. Pero ahora el n¨²mero de quienes se marchan es mayor, lo que le ha dado la vuelta a la tendencia anterior: de 2008 a 2012, llegaron 40.454 m¨¢s de los que se fueron.

Tanto el n¨²mero de residentes como el saldo migratorio reflejan una evoluci¨®n negativa, pero sus vol¨²menes son diferentes. Los expertos se?alan que ello se debe principalmente a que en la reducci¨®n de residentes influyen dos factores. El primero es que el cambio en la forma de actualizar el padr¨®n ha sacado a luz que decenas de miles de brit¨¢nicos ya no viv¨ªan en Espa?a, bien porque hab¨ªan regresado tiempo antes a su pa¨ªs o bien porque hab¨ªan fallecido, sin que nadie lo hubiera notificado a un registro que es voluntario. Los Ayuntamientos ten¨ªan un incentivo para que se empadronaran ¨Cm¨¢s residentes implica m¨¢s financiaci¨®n del Estado- y ninguno para darlos de baja.

Hasta principios de esta d¨¦cada la presencia de un comunitario en un municipio se manten¨ªa a?o tras a?o, a no ser que hubiera una petici¨®n expresa de baja. Los Consistorios est¨¢n ahora obligados a confirmar que el comunitario sigue viviendo en el municipio cada dos a?os, o de cinco si se halla inscrito en el Registro Central de Extranjeros. Esto provoca el segundo factor que los expertos se?alan para explicar la disparidad de los datos oficiales, y que consiste en que el padr¨®n deja ahora fuera a comunitarios que siguen viviendo en Espa?a y no han realizado el tr¨¢mite de confirmar la residencia. Es la tesis defendida por muchos alcaldes, como el de Torrevieja, Jos¨¦ Manuel Dol¨®n.

En este caso, los Ayuntamientos s¨ª tienen inter¨¦s en clarificar el error. Y los que cuentan con grandes poblaciones de comunitarios mantienen campa?as informativas que incluyen llamadas telef¨®nicas, como la que recibi¨® en diciembre en su casa Linda Hall, vecina de Altea y corresponsal en Alicante del diario Euro Weekly, o comprobaciones f¨ªsicas por parte de la polic¨ªa local.

La reducci¨®n del n¨²mero oficial de brit¨¢nicos ha resultado especialmente intensa en la Comunidad Valenciana, que fue su primer destino residencial masivo en Espa?a, y donde el efecto limpieza del padr¨®n ha sido mayor. En cinco a?os, se han reducido casi a la mitad: de 145.652 a 75.045. Andaluc¨ªa tambi¨¦n ha perdido brit¨¢nicos, pero menos, y es ahora la comunidad donde m¨¢s residen, 74.252.

La marcha de brit¨¢nicos puede agravarse en funci¨®n de c¨®mo concluyan las negociaciones del Brexit, ya que muchos piensan como Patricia Mary Sawers, de 69 a?os, antigua administrativa de la Universidad de Cambridge, que vive en Pedreguer, Alicante, desde que se jubil¨®. ¡°No s¨¦ si regresar¨¦. Depender¨¢ de c¨®mo quede nuestra cobertura sanitaria. La atenci¨®n ahora es estupenda, pero no sabemos si tras la salida de Reino Unido de la UE seguiremos teniendo sanidad p¨²blica aqu¨ª. Esa es la gran cuesti¨®n¡±, afirma Sawers despu¨¦s de dar un sorbo a su taza de t¨¦.

Aunque el presidente valenciano, Ximo Puig, ha afirmado que los brit¨¢nicos seguir¨¢n recibiendo atenci¨®n sanitaria en la Comunidad Valenciana tras el Brexit, la realidad es que la reciprocidad se decidir¨¢ en el marco de la negociaci¨®n entre Bruselas y Londres o, en todo caso, a escala bilateral, entre Espa?a y Reino Unido.

La salida de muchos de los que se han ido est¨¢ vinculada a la p¨¦rdida de poder adquisitivo. La pertenencia a una comunidad cerrada que tiende a beber en sus propios bares, comer en sus restaurantes, comprar en sus tiendas y alternar en sus clubes los protegi¨® relativamente de la crisis. Pero esa endogamia ha agravado el impacto en sus negocios de la reducci¨®n de ingresos de los pensionistas como consecuencia de la devaluaci¨®n de la libra, se?ala Carmen R¨®denas, catedr¨¢tica de la Universidad de Alicante.

El hecho de enviudar y la extrema vejez de quienes llegaron con m¨¢s de 65 a?os a la costa mediterr¨¢nea en la gran oleada migratoria de principios de siglo, coincidiendo con el boom residencial, tambi¨¦n fomentan el regreso, se?ala el profesor de la Universidad de Valencia, Jordi Giner, autor de una tesis doctoral sobre su salida de Espa?a.