¡°Caos, desorden y anarqu¨ªa¡± en la frontera de Melilla
Sindicatos constatan en un informe situaciones ¡°penosas" en las que cinco polic¨ªas llegan a controlar la identificaci¨®n de 13.000 personas
Arranca una jornada cualquiera en el paso fronterizo de Beni Ensar, en Melilla. Son las 7.30 y a su puesto se incorporan cinco polic¨ªas nacionales. Al otro lado de la frontera, en Marruecos, aguardan 13.000 personas desesperadas para poder pasar a la ciudad aut¨®noma por uno de los cuatro puestos de control de la ciudad. Caben a 2.600 caras por agente para cotejar identidades con documentos oficiales. Esta es una de las situaciones habituales a las que, seg¨²n los sindicatos policiales, se enfrentan las fuerzas de seguridad melillenses. Y la deducci¨®n parece evidente, pero Ram¨®n Coss¨ªo, portavoz del Sindicato Unificado de la Polic¨ªa (SUP), la despeja: ¡°Austeridad y seguridad son incompatibles. No hay control efectivo. Es el caos m¨¢s absoluto¡±.
Tanto Coss¨ªo, como los responsables nacionales de otros tres sindicatos policiales m¨¢s (UFP, CEP y SPP, adem¨¢s del SUP), se han trasladado esta semana hasta la ciudad aut¨®noma para diagnosticar su situaci¨®n fronteriza, denunciada hace meses por sindicalistas locales. ¡°En Melilla no existe frontera, o al menos, lo que desde un punto de vista policial podemos entender como tal. Impera el caos, el desorden, incluso la anarqu¨ªa donde personas se agolpan diariamente frente a una valla y escasos polic¨ªas intentan en penosas condiciones establecer sin recursos cierto criterio de entrada¡±. Es la primera -y m¨¢s destacada- de las conclusiones a las que han llegado los sindicatos de forma unificada presentadas este mi¨¦rcoles.?
Las organizaciones nacionales han revisado tanto la seguridad como los riesgos laborales a los que se enfrentan los polic¨ªas que se encargan del control de personas en las cuatro fronteras terrestres de la ciudad, adem¨¢s de una portuaria y otra aeroportuaria, seg¨²n explica Coss¨ªo tras la presentaci¨®n del informe. Las incidencias detectadas en las visitas han sido trasladadas a la Delegaci¨®n del Gobierno y a la Ciudad Aut¨®noma en una reuni¨®n. Hasta seis conclusiones han alcanzado en su visita que ¡°evidencian la situaci¨®n denigrante, de dejadez e insalubridad¡±, seg¨²n ha explicado Antonio Garc¨ªa Guill¨¦n, secretario general de UFP en Ceuta.
¡°No existen medidas de seguridad suficientes y hemos llegado a lamentar p¨¦rdidas de vidas humanas por avalanchas¡±, destacan los sindicatos. Todo ello, en una ciudad en la ¡°se estiman que entran diariamente unas 30.000 personas¡±, seg¨²n c¨¢lculos de Garc¨ªa Guill¨¦n. En ellas, los sindicatos dicen presenciar ¡°un modelo de esclavitud nada propio de pa¨ªses desarrollados, gente de todas edades, en muchos casos con problemas f¨ªsicos, cargando fardos en sus espaldas o en veh¨ªculos destartalados, sin ning¨²n tipo de control fiscal, realizando varias entradas y salidas durante el d¨ªa¡±.
Pasos como el de Farhana soportan ¡°cada d¨ªa unos 500 coches, cuando est¨¢ preparado para 100; 15.000 personas, cuando est¨¢ capacitado para 2.000¡±, ha detallado Jes¨²s Barranco, responsable sindical de SUP en Melilla. Esta elevada afluencia en pleno nivel cuatro de alerta antiterrorista ¡°convierte a esta actividad [en referencia al porteo] en extremadamente peligrosa para la seguridad de la ciudad, y del Estado¡±, concluyen los sindicatos. Mientras, aunque reconocen que la colaboraci¨®n de Marruecos ¡°ha mejorado¡±, creen que sigue siendo insuficiente: ¡°Resulta, en muchos casos, sospechoso c¨®mo se producen avalanchas de grupos organizados que, corriendo, asaltan la puerta y lo que encuentran a su paso, o se encaraman en la valla ante la pasividad de los agentes marroqu¨ªs¡±.
Esta presi¨®n ¡°de personas en situaci¨®n precaria¡±, como reconoce Coss¨ªo, se encuentra, en el lado espa?ol, una realidad no mucho m¨¢s halag¨¹e?a en los pasos fronterizos. ¡°El principal problema radica en la evidente falta de personal¡±, ha explicado Barranco. En la actualidad, en torno a un centenar de agentes se encargan de controlar los seis puntos fronterizos, cuando el delegado del SUP en Melilla estima que ¡°son necesarios otros 100 agentes m¨¢s¡±. Con esa cifra, creen que se solventar¨ªan unos problemas que se hacen especialmente delicados en los puestos terrestres que lindan con Marruecos. ¡°Es materialmente imposible realizar un m¨ªnimo control de entrada y salida con estas condiciones¡±, reconocen las cuatro organizaciones policiales.
Esta precariedad, se traduce, seg¨²n el informe sindical, ¡°en unas maratonianas jornadas de trabajo que, ante la imposibilidad de llevar a cabo descansos regulados, conllevan necesariamente una fatiga visual y ergon¨®mica que perjudica gravemente la salud f¨ªsica y mental de los compa?eros¡±. Ante ello, los sindicatos critican que solo se pongan ¡°parches y soluciones de emergencia¡±, como destinar a agentes de la Unidad de Intervenci¨®n Policial (UIP), destinados a la seguridad ciudadana, a ordenar las colas de salida en frontera. Adem¨¢s de los cinco polic¨ªas para controlar a 13.000 personas, las asociaciones ponen otros ejemplos de precariedad: ¡°La oficina de asilo ha tramitado 10.500 solicitudes en 2017, contando apenas con una decena funcionarios para desarrollar esta misi¨®n, en unas instalaciones sucias, y con goteras¡±.
Los cuatro sindicatos han puesto tambi¨¦n en solfa la situaci¨®n de las instalaciones en las que los agentes desarrollan su trabajo: ¡°Adolecen, arquitect¨®nica y estructuralmente, de aquellos elementos necesarios para proteger la seguridad y salud de los trabajadores que realizan su tarea¡±. Denuncian que no hay medidas de protecci¨®n ante elevados niveles de ruido y de gases t¨®xicos, producidos por los veh¨ªculos procedentes de Marruecos. ¡°Tenemos compa?eros de baja aquejados de los bronquios, otros con migra?as o dolores de cabeza¡±, ha reconocido Garc¨ªa Guill¨¦n.
El resultado del trabajo realizado por los sindicatos ser¨¢ reflejado en un informe de prevenci¨®n de riesgos laborales que, en los pr¨®ximos d¨ªas, van a elevar al Comit¨¦ de Seguridad y Salud de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Melilla as¨ª como a la Comisi¨®n Nacional de Salud y Riesgos laborales. Esperan que, con ¨¦l, se consiga arrancar un compromiso a las autoridades espa?olas ante la situaci¨®n. ¡°Aunque existe voluntad, apenas se nos han ofrecido soluciones pol¨ªticas (¡), lo que nos transmite la imagen de una ciudad que parece abandonada a su suerte, como si no hubiese inter¨¦s real en erradicar este mercado negro realizado por esclavos¡±, remachan con contundencia.
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