Los vecinos mantienen el pulso al Ebro
Arag¨®n respira aliviado tras comprobar que la crecida del r¨ªo est¨¢ bajo control despu¨¦s de una larga noche de incertidumbres
Jes¨²s Aznar se ha venido de Zaragoza, donde trabaja como portero, a Boqui?eni, su pueblo, a comprobar por s¨ª mismo la crecida del Ebro. En la televisi¨®n parec¨ªa anunciarse una cat¨¢strofe, pero aqu¨ª los vecinos tienen un sencillo m¨¦todo para medir el estrago que causar¨¢ el agua en sus tierras. Como quien mide la altura de sus hijos cada a?o, en Boqui?eni, con unas l¨ªneas pintadas en la pared blanca de una torre, escriben su propia historia del r¨ªo. Y, a pesar de las previsiones, la marca de la corriente de esta crecida coincide con la de 1980, pero est¨¢ a m¨¢s de un metro de la raya que marca la ¨²ltima gran riada de 2015, que aneg¨® la cuenca del Ebro y oblig¨® a todos los vecinos a salir corriendo en mitad de la madrugada.
La escala de riadas de este pueblo es la fotograf¨ªa de una crecida anunciada que amenazaba con adentrarse en los n¨²cleos urbanos de las localidades ribere?as de Arag¨®n, pero que, al final, no ha tenido el impacto previsto. Tras decretar la alerta m¨¢xima el viernes, el presidente del Gobierno aragon¨¦s, Javier Lamb¨¢n, asegur¨® el s¨¢bado que la situaci¨®n estaba controlada. Lamb¨¢n aconsej¨® no bajar la guardia, pero descart¨® que haya que evacuar ning¨²n municipio. ¡°Ha pasado de forma m¨¢s escalonada, menos mal. Es muy fuerte dejar tu casa y no saber lo que te vas a encontrar a la vuelta¡±, cuenta Aznar conteniendo las l¨¢grimas. El hombre a¨²n tiene las paredes rajadas y el suelo abombado por la ¨²ltima riada.
A ocho kil¨®metros de Boqui?eni y a 38 kil¨®metros de Zaragoza, el alcalde de Alcal¨¢ de Ebro, Jos¨¦ Miguel Ach¨®n, ultima antes de la comida del s¨¢bado la expansi¨®n de un dique de contenci¨®n de tierra que protege las cosechas de alfalfa del pueblo. Aunque tras la riada de 2015 hab¨ªan tomado otras medidas de protecci¨®n, esta fue una obra ideada con urgencia: decidi¨® ponerla en marcha el viernes, cuando el Ebro comenzaba a desbordarse en Navarra y el r¨ªo alcanz¨® un pico de 7,7 metros de altura en el municipio de Castej¨®n.
Con el ¨²ltimo cami¨®n de tierra saliendo de Alcal¨¢ de Ebro, el alcalde relajaba los hombros tras dos d¨ªas con patrullas vecinales vigilando d¨ªa y noche las zonas vulnerables de su territorio. Este dique ha sido el gran ¨²ltimo y caro proyecto de este municipio de 260 habitantes, que aparece gobernado por Sancho Panza en El Quijote. En su obra, Miguel de Cervantes llama al pueblo ?nsula Barataria por la forma de isla que toma cada vez que crece el Ebro.
En Novillas, el primer municipio aragon¨¦s por el que baja el r¨ªo, los vecinos ya han podido desmontar los castillos de muebles construidos ante la riada. El jubilado Antonio Urzay, con un palillo en la boca y una gata sin nombre enred¨¢ndose en sus piernas, refunfu?aba ante el dique de arena que la Unidad Militar de Emergencias (UME) mont¨® el viernes frente a su casa. ¡°Dicen que no llegar¨¢, pero no me fio un pelo. Ahora, preparados estamos¡±. Tras una noche de vigilia y de comprobar que el nivel del r¨ªo hab¨ªa aumentado 10 cent¨ªmetros sin trasvasar, algunos de los vecinos se fueron a celebrar con unos vinos.
Tras su curso por los pueblos de la provincia de Zaragoza, se espera que el pico de la crecida llegue este domingo a la capital, donde una parte del barrio rural de Alfocea ya tuvo que ser evacuada el viernes por su proximidad con el r¨ªo. Por precauci¨®n, hace d¨ªas que se han cancelado bodas, un espect¨¢culo que iba a celebrarse en la ribera y se ha suspendido el marat¨®n que recorr¨ªa 10 kil¨®metros de la ciudad. La ministra de Medio Ambiente, Isabel Garc¨ªa Tejerina, ha prometido actuar con urgencia en las zonas afectadas por la crecida, una vez evaluados los da?os. Tambi¨¦n ha recordado que a¨²n se debe extremar la precauci¨®n, porque las previsiones meteorol¨®gicas indican que llover¨¢ moderadamente a finales de la pr¨®xima semana y porque todav¨ªa queda mucha nieve acumulada en las monta?as. Hasta entonces, el Ebro parece ofrecer una tregua
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.