Del guardia Pardines al polic¨ªa franc¨¦s Jean-Serge N¨¦rin
La banda reivindic¨® en junio de 1968 su primer atentado mortal. El ¨²ltimo se produjo en Francia en marzo de 2010
"Ni en casa, ni en el colegio, ni en mi barrio de las afueras de San Sebasti¨¢n, se habl¨® de aquel suceso. O quiz¨¢ s¨ª, pero a espaldas de los ni?os". Con estas palabras, el escritor Fernando Aramburu recuerda aquel 7 de junio de 1968, cuando dos etarras pararon el Seat 850 coup¨¦ que conduc¨ªan y asesinaron al guardia civil Jos¨¦ Pardines, de 25 a?os, que les hab¨ªa dado el alto. Primero le dispararon un tiro en la cabeza. Despu¨¦s, uno de los terroristas, Javier Etxebarrieta, alias Txabi, le remat¨® en el suelo con cuatro balazos en el pecho. Etxebarrieta muri¨® horas despu¨¦s en un tiroteo con la Guardia Civil en Tolosa. Fue el primero de los terroristas ca¨ªdos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, y se convirti¨® en un icono para la izquierda abertzale.
"No guardo un recuerdo de aquel lejano asesinato ocurrido en la Carretera N-1, a la altura de Aduna, a menos de 20 kil¨®metros de mi vivienda", contin¨²a el autor de Patria en el pr¨®logo del libro Pardines. Cuando ETA empez¨® a matar, coordinado por Gaizka Fern¨¢ndez y Florencio Dom¨ªnguez, y que rememora la muerte del veintea?ero coru?¨¦s, destinado en el destacamento de San Sebast¨ªan. Fue el primer asesinato "reivindicado" por la banda.
Con esos cincos disparos, ETA abr¨ªa el cap¨ªtulo m¨¢s cruento de su historia. Aunque distintas asociaciones de v¨ªctimas, como la AVT, se?alan otra fecha anterior en el calendario. El 28 de junio de 1960, cuando una bomba explotaba en las v¨ªas f¨¦rreas de San Sebasti¨¢n y acababa con la vida de Bego?a Urroz, una ni?a de 22 meses. Pero la banda nunca asumi¨® la autor¨ªa de ese atentando. Muchos investigadores tampoco se lo imputan. "No fue atribuido a dicha organizaci¨®n hasta 1992, 32 a?os despu¨¦s de cometido", se?ala un informe de 2014 de la Secretar¨ªa General para la Paz y la Convivencia del Gobierno de Euskadi, que a?ade: "Una reciente investigaci¨®n permiti¨® localizar en mayo de 2013 un informe policial de 1961 que atribuye la responsabilidad del mismo al Directorio Revolucionario Ib¨¦rico de Liberaci¨®n (DRIL)".
"Al poco tiempo, nosotros estuvimos convencidos de que la bomba la puso alguien de ETA. Y mucha gente tambi¨¦n lo pensaba. Pero era algo de lo que nadie hablaba. En aquellos a?os, nadie hablaba de esas cosas y nosotros decidimos llevar nuestro drama en la intimidad", aseguraba la familia Urroz en 2010, en una entrevista en EL PA?S. Pero el Gobierno lo descarta en la Unidad Did¨¢ctica sobre el Terrorismo en Espa?a, que se impartir¨¢ a alumnos de cuarto de la ESO dentro de la asignatura de Geograf¨ªa e Historia, seg¨²n anunci¨® el Ejecutivo este abril. Un documento elaborado por los ministerios de Interior y Educaci¨®n ¡ªjunto al Centro Memorial de las V¨ªctimas del Terrorismo y la Fundaci¨®n V¨ªctimas del Terrorismo¡ª, y que reza: "Urroz fue alcanzada por la explosi¨®n de una bomba que hab¨ªa colocado el DRIL".
Con el asesinato de Pardines, la banda emprendi¨® un camino que no cerr¨® hasta 15.258 d¨ªas despu¨¦s. Hasta el 16 de marzo de 2010. Aquella jornada, ETA se cobr¨® a su ¨²ltima v¨ªctima. Acab¨® con la vida de Jean-Serge N¨¦rin, un polic¨ªa franc¨¦s de 53 a?os. Los terroristas tirotearon a este padre de cuatro hijos despu¨¦s de que este, que hab¨ªa recibido el aviso de robo de un BMW, interceptase el coche donde viajaban, a 50 kil¨®metros al sur de Par¨ªs.
Se trataba del segundo asesinato de ETA en Francia, pa¨ªs que hab¨ªa convertido en su refugio en los durante el franquismo y hasta mediados de los a?os 80. En 2007, la banda hab¨ªa asesinado en Capbreton a los guardias civiles Ra¨²l Centeno y Fernando Trapero. Su asesino, Mikel Karrera Sarobe, Ata, ¨²ltimo jefe militar de la banda, fue condenado en 2013 a cadena perpetua y cumplir¨¢ un m¨ªnimo de 22 a?os de c¨¢rcel en Francia.
La organizaci¨®n acab¨® as¨ª como empez¨®: matando a un agente de a pie. De nuevo. Fue el punto final a un doloroso relato de sangre. De balas. De terror. De crueldad...
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