Qui¨¦nes son los ¡®kikos¡¯, el movimiento cat¨®lico que saca m¨²sculo ante el Papa
Francisco ha celebrado los 50 a?os de Camino Neocatecumenal ante 150.000 de sus seguidores y gran n¨²mero de prelados
Ignacio de Loyola (jesuitas), Josemar¨ªa Escriv¨¢ (Opus Dei), Jos¨¦ de Calasanz (escolapios)... En la lista de los fundadores espa?oles que triunfaron en el Vaticano de manera muchas veces apabullante figura ya, sin duda, Francisco Jos¨¦ G¨®mez de Arg¨¹ello y Wirtz, o Kiko Arg¨¹ello, creador del Camino Neocatecumenal, el movimiento conocido como el de los kikos.
Arg¨¹ello fund¨® en 1964 el Camino en Madrid, junto a Carmen Hern¨¢ndez. Lleg¨® a Roma hace 50 a?os y all¨ª tuvo que superar incontables obst¨¢culos para hacerse respetar, y, pese a consolidarse como el movimiento m¨¢s numeroso y bullicioso entre los nuevos modos de organizarse despu¨¦s de la crisis de las congregaciones cl¨¢sicas, el Vaticano le neg¨® el pl¨¢cet durante d¨¦cadas. Eso s¨ª, Juan Pablo II les reconoci¨® en 2002 "un particular don del Esp¨ªritu Santo para los hombres de nuestro tiempo".
Su comportamiento ante los obispos diocesanos, muchos abiertamente hostiles, y la originalidad o extravagancia de sus liturgias fueron retrasando la aprobaci¨®n de sus estatutos d¨¦cada tras d¨¦cada. En 2012 lo hizo por fin Benedicto XVI, en una ceremonia a la asistieron 7.000 neocatecumenales y cinco cardenales. Se les impusieron muchas exigencias para el reconocimiento, como la de acudir al menos una vez al mes a las misas de sus parroquias, aunque sin abandonar las de su organizaci¨®n. "Buscad siempre la comuni¨®n con los obispos de las iglesias particulares de las que form¨¢is parte", les reclam¨® el Papa alem¨¢n, ahora em¨¦rito.
Kiko Arg¨¹ello hace caso a su manera, convencido de su carisma, entusiasmado con sus ¨¦xitos. Numerosos prelados siguen quej¨¢ndose de que algunas comunidades de kikos funcionan de manera paralela a la di¨®cesis, como si fueran independientes. Ni caso. El papa Francisco ha cerrado el debate el pasado d¨ªa 5 de mayo asistiendo a la celebraci¨®n de los 50 a?os de Camino Neocatecumenal en Roma, en un largo espect¨¢culo desarrollado en el campus de la universidad Tor Vergata ante 150.000 seguidores.
"Sois un gran don de Dios para una Iglesia libre de poder, dinero, triunfalismos y clericalismos", les dijo el Papa al bendecirlos. Junto a Kiko Arg¨¹ello, que habl¨® y cant¨® con su guitarra cuanto quiso, arroparon al pont¨ªfice argentino una veintena de cardenales, entre ellos los espa?oles Ricardo Bl¨¢zquez (arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola), Carlos Osoro (Madrid) y Antonio Mar¨ªa Rouco (em¨¦rito de Madrid).
Kiko, nuevo Ignacio de Loyola
Dicen de Kiko Arg¨¹ello (Le¨®n, 1939) que es el nuevo Ignacio de Loyola en el catolicismo romano. La Compa?¨ªa de Jes¨²s, ahora en crisis profunda y m¨¢s que diezmada, naci¨® en la d¨¦cada de 1530 pareci¨¦ndose poco a las congregaciones reinantes. El Camino Neocatecumenal lo hizo en 1964 rompiendo con lo habitual en la Iglesia del postconcilio Vaticano II. Para empezar, Kiko no fund¨® una congregaci¨®n de religiosos, sino un movimiento de laicos. No quer¨ªa una organizaci¨®n de sotanas. ?l mismo se ha negado a ordenarse sacerdote, aunque viste de riguroso negro y le gusta sermonear.
Muchos jerarcas de la Iglesia execran de la presencia de guitarristas y folkloristas en bodas, bautizos y hasta en entierros
Tambi¨¦n ha roto con muchas de las parafernalias ceremoniales, frente a corrientes internas de muchos jerarcas, entre otros el papa Ratzinger o el cardenal Antonio Ca?izares, que querr¨ªan volver al lat¨ªn e, incluso, a celebrar misas de espaldas a los fieles, y que execran de la presencia de guitarristas y folkloristas en las misas de domingo, en las bodas, bautizos y hasta en los entierros.
As¨ª, en la ceremonia de Roma, mientras la multitud esperaba la llegada de Francisco, Kiko Arg¨¹ello calent¨® el ambiente como un telonero de lujo: cant¨®, toc¨® la guitarra, hizo una largu¨ªsima "predicaci¨®n del kerigma" (as¨ª dijo, y tambi¨¦n: "El Esp¨ªritu Santo es el esperma de Dios", "el embri¨®n necesita el ¨²tero de la comunidad", "tenemos m¨¢s de 1.600 familias en misi¨®n"). Si call¨®, lo hizo cuando ya estaba encima el papam¨®vil con un Pont¨ªfice que parec¨ªa levitar ante tanta papolatr¨ªa, mientras Kiko, qui¨¦n si no ¨¦l, le cantaba nuevas piezas compuestas por ¨¦l, y ronco perdido gritaba "vivas" al Papa, que coreaban regocijados todos los presentes.
Su ¨¦xito ante congregaciones en crisis, nuevos movimientos en recesi¨®n (entre otros, el Opus), conventos y monasterios en venta, o prelados que ven, desconsolados, sin saber qu¨¦ hacer, c¨®mo se les vac¨ªan las iglesias y los seminarios, y se quedan sin pastores, se define en cifras, siempre aproximadas, pues Kiko ni concede entrevistas, ni se distingue por hablar de s¨ª mismo o de su fundaci¨®n: Con datos de hace cinco a?os, tiene un mill¨®n largo de fieles en 105 pa¨ªses, varios obispos, 17.000 comunidades y 4.900 parroquias. Tambi¨¦n cuenta con 52 seminarios y algunas universidades. En Espa?a, la San Antonio de Murcia.
No se lleva ser monje
Lamentaba Erasmo hace 500 a?os que no bastase el nombre de cristiano, en una ¨¦poca en la que jesuitas, dominicos, franciscanos, bernardos, brigitinos, agustinos y tantos otros monjes compet¨ªan por lucir en la Iglesia romana. "Su ambici¨®n no estriba en parecerse a Cristo, sino en no parecerse entre ellos", les arre¨®. No han cambiado las cosas, pero s¨ª los protagonistas. Hoy no luce ser monje (o no tanto: monje quiere decir solitario), sino que se lleva m¨¢s pertenecer a alguno de los nuevos movimientos: Opus, Legionarios de Cristo, Camino Neocatecumenal, Focolares, Comuni¨®n y Liberaci¨®n...
"Dif¨ªcilmente se entender¨¢ a la Iglesia y al catolicismo contempor¨¢neo sin los nuevos movimientos", les pirope¨® Juan Pablo II en 1999. El papa polaco los admiraba porque le llenaban estadios, aunque sembraran ciza?a en parroquias e iglesias de base, adonde llegaron con sus nuevos aires, con sus nuevas liturgias, formando capilla propia, como queriendo comer aparte.
El tiempo ha limado los conflictos, pero no el discurso de Kiko Arg¨¹ello, ni el personal¨ªsimo entusiasmo de sus fieles. Ni siquiera quiere que se les llame movimiento. Es famosa la disputa de la cofundadora Carmen Hern¨¢ndez con Juan Pablo II, cuando el Papa, en un discurso, no par¨® de llamarles movimiento. "Santo Padre, no somos un movimiento". Wojtyla acept¨® la interrupci¨®n de su amiga y prosigui¨®. Pero volvi¨® con lo del movimiento. Y Carmen: "Que no, Santo Padre, que no somos un movimiento". Y el Papa: "A ver, Carmen, en el Camino and¨¢is, ?verdad? Pues si and¨¢is, os mov¨¦is; y si os mov¨¦is, sois un movimiento".
Ante prelados que ven, desconsolados, c¨®mo se les vac¨ªan las iglesias y los seminarios, Kiko tiene un mill¨®n largo de fieles en 105 pa¨ªses
Laico, burgu¨¦s ¡ªhijo de abogado, nieto de ingl¨¦s y con un segundo apellido suizo-alem¨¢n, Wirtz¡ª, pintor premiado, m¨²sico vocacional, Kiko era un se?orito que estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de Madrid cuando se cay¨® del caballo y dej¨® de pecar y de leer textos marxistas. As¨ª lo ha contado, euf¨®rico de sus abandonados vicios, como san Agust¨ªn en Las Confesiones: "Perdido, sin rumbo, adicto a Sartre y rodeado de comunistas entre los amigos. Narcisista. Pensando en quitarme la vida por el absurdo", concluy¨® cuando ten¨ªa 25 a?os. Y as¨ª lo cont¨® en 2003 en intervenci¨®n memorable ante el Congreso de Cat¨®licos y Vida P¨²blica que la Asociaci¨®n Cat¨®lica de Propagandistas (ACdP), propietaria del CEU San Pablo, organiza cada a?o en Madrid. "?Ay de m¨ª si no predicase!", empez¨® diciendo ante un auditorio perplejo.
Una Iglesia "llena de viejos"
Tachado de conservador, pero rompedor en las formas, aquel d¨ªa expuso su idea sombr¨ªa del catolicismo, que no ha abandonado. "Toda la cultura, de izquierdas, y Dios abandonado por los artistas, con una Iglesia que se ha quedado solo con las ancianas, llena de viejos, y con los pobres. No tiene ninguna est¨¦tica. El islam sabe hacer mezquitas, doradas, hermosas. La est¨¦tica es fundamental. Evita los suicidios. Hay que replantearse la est¨¦tica de las iglesias".
Es una de sus obsesiones, la est¨¦tica. En realidad, era un pintor de ¨¦xito entre la burgues¨ªa madrile?a cuando en 1964 se fue a vivir a una chabola de los barrios m¨¢s pobres de la capital, Palomeras Altas. En unos meses ya hab¨ªa creado el Camino Neocatecumenal, acompa?ado por Carmen Hern¨¢ndez, que acababa de llegar de misiones en Bolivia y recal¨® en otra barraca.
Es en aquel Madrid sombr¨ªo donde el fundador basa un discurso apocal¨ªptico del mundo y del hombre, que nunca ha abandonado. "Matan a los ancianos con eutanasias y hay homosexuales por todas partes, los j¨®venes se suicidan, hay 300 millones de abortos en China y los padres tienen dos hijos, cuando por la paternidad responsable que dicen los curas deber¨ªa tener 11 o 12, los que Dios mande", clama.
En Espa?a ha tenido buenos padrinos, desde el arzobispo Casimiro Morcillo, en la d¨¦cada de los sesenta, hasta el cardenal Rouco en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Fue Rouco quien encarg¨® a Kiko?las pinturas murales en la catedral de la Almudena. Pint¨® a su manera, como en otros muchos templos italianos: mezclando tradici¨®n y modernidad. As¨ª es en su vida ordinaria: antiguo y moderno, laico y eclesi¨¢stico, reaccionario y rompedor, ca¨®tico y disciplinado, en definitiva, el l¨ªder m¨¢s jaleado y carism¨¢tico en el catolicismo de comienzos del siglo XXI.
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