El independentismo entra en la playa y se quema
Las protestas con cruces de los CDR en la costa despiertan las primeras reacciones ciudadanas y el sector tur¨ªstico espera que los incidentes no se repitan
Algo pasa en las playas catalanas. Esta semana han circulado v¨ªdeos de incidentes en tres lugares entre quienes pon¨ªan cruces amarillas, en protesta por los pol¨ªticos presos, y otros que las quitaban, y la pregunta es qu¨¦ ocurrir¨¢ en verano. Entre hosteleros y hoteleros del sector tur¨ªstico admiten que si esto se convierte en habitual ser¨¢ un problema, si bien todos creen, o quieren creer, que parar¨¢ aqu¨ª. Son episodios puntuales, pero nuevos, significativos: gente corriente discutiendo y llegando a las manos. Muchos catalanes han pensado: por fin alguien se harta y hace algo, es que ni en la playa te dejan en paz. Otros muchos, en la mitad independentista, creen que se ha tratado de un ataque a la libertad de expresi¨®n y tildan directamente de ¡°fascista¡± al grupo organizado que quit¨® las cruces en Canet de Mar el lunes.
Seg¨²n con qui¨¦n se habla, ha sido sintom¨¢tico de un grado m¨¢s de tensi¨®n o, por el contrario, algo anecd¨®tico. Generalmente, le quitan importancia ante el periodista quienes le consideran proclive a engrandecer lo ocurrido, para crear una imagen interesada de enfrentamiento social en Catalu?a. En varias oficinas de turismo del litoral alucinan con que alguien vaya desde Madrid a hacer un reportaje de esto. Pero s¨ª que pasan cosas llamativas. Por ejemplo, grupos organizados como el que actu¨® el lunes en Canet de Mar, a una hora de Barcelona hacia el norte. ¡°No somos fascistas, aunque ya estamos acostumbrados a que nos lo digan¡±, dice Jos¨¦ Casado, 38 a?os, uno de los que aparece en el v¨ªdeo. Lidera el grupo Els Segadors del Maresme, formado en enero, 2.600 seguidores en Twitter, medio centenar de personas que se dedican a retirar lazos de las calles. Lo hac¨ªan por la noche, pero desde ahora, tambi¨¦n quitan cruces de las playas y a la luz del d¨ªa.
Cuenta que en Canet llevaron las cruces a comisar¨ªa, no tocaron a nadie, aunque del otro lado mantienen que dejaron tres heridos, y tienen la consigna de ¡°no hablar con ellos¡±. ¡°Porque no nos vamos a entender, est¨¢n metidos en su bucle¡±, explica. Un concejal de la CUP del pueblo que particip¨® en el enfrentamiento, y asegura que result¨® herido, no ha respondido a este peri¨®dico.
"Que unos y otros repiensen si vale la pena"
Hoy, domingo d¨ªa 27, hay una primera prueba de si el conflicto de las cruces puede ir a m¨¢s. Se ha convocado otra acci¨®n de protesta de este tipo en una playa de Matar¨®, pero tiene elementos novedosos: el hecho de que por primera vez se haya anunciado y no sea por sorpresa; que ya es un municipio grande (126.000 habitantes); y, sobre todo, que el alcalde, el socialista David Bote, ha sido el primero que se ha preocupado de aclarar las dudas legales ante la Generalitat, ha advertido que no tienen permiso y la Polic¨ªa actuar¨¢ si es necesario. ¡°Lo afrontamos con preocupaci¨®n, Matar¨® es una ciudad muy plural. Viendo lo que ha pasado y que en redes sociales se convocaban protestas enfrentadas, pensamos que podr¨ªa haber conflicto. He hecho un llamamiento para que unos y otros repiensen si vale la pena, si es lo que quiere la gente, que Matar¨® sea conocida por un conflicto¡±, explica.
Matar¨® es el ayuntamiento m¨¢s fraccionado de Catalu?a y quiz¨¢ de Espa?a: nueve grupos municipales y una concejal no adscrita. Las decisiones son muy medidas y se hacen continuos equilibrios. Un posible enfrentamiento por las cruces rompe con a?os de trabajo. Ante este riesgo, Bote se dirigi¨® al Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, que es quien da los permisos para actos "con uso intensivo del espacio p¨²blico", esa es la clave. Un cumplea?os no necesita permiso. Una actuaci¨®n musical, una competici¨®n deportiva, s¨ª. La Generalitat finalmente explic¨® a EL PA?S que a partir de ahora quien quiera poner cruces tendr¨¢ que pedir un permiso donde detalle lugar, hora y espacio. El acto de Matar¨®, que nadie convoca oficialmente, est¨¢ previsto de 8.00 a 19.00 horas. Adem¨¢s coincide con una prueba de triatl¨®n. Sin permiso, la Polic¨ªa local intervendr¨¢. Si hay problemas de orden, les ayudar¨¢n los Mossos, que "entienden que es una situaci¨®n seria y compleja", apunta el alcalde. ?Esto ir¨¢ a m¨¢s? "Tocar¨¢ seguir haciendo un llamamiento a la buena vecindad. Creo que la sensaci¨®n mayoritaria es de normalizar la situaci¨®n. Quiero creer que en verano no seguir¨¢ pasando".
Tanto el grupo de los Segadors del Maresme, que quit¨® las cruces en Canet de Mar, como los denominados GDR, han asegurado que no acudir¨¢n a Matar¨®, porque ya est¨¢ garantizada la intervenci¨®n de las autoridades. Los GDR han convocado una manifestaci¨®n a mediod¨ªa en Barcelona y luego tienen previsto acudir a la playa de la Barceloneta a repartir 300 toallas con la bandera de Espa?a, "como respuesta a la protesta de las cruces y para reividicar que la playa es de todos".
Casado argumenta que algunos de su grupo se tapan la cara porque luego trae problemas, les se?alan en redes sociales y dicen d¨®nde viven y trabajan. Aquel d¨ªa, por ejemplo, le pintaron el coche con lazos amarillos a uno del grupo. ?Esto puede degenerar? ¡°Yo creo que s¨ª. Va a pasar algo, y no muy a largo plazo¡±. Casado ha trabajado en seguridad y es monitor de boxeo en gimnasios de Matar¨®. Cuenta que pasaba de pol¨ªtica, ni votaba, pero despu¨¦s del refer¨¦ndum ilegal pens¨® que deb¨ªa hacer algo. Admite que tiene cercan¨ªa con M¨®nica Lora, secretaria general del partido de extrema derecha Plataforma por Catalu?a y concejal en Matar¨®, pero que en su grupo hay de todo y les une estar contra el independentismo.
Forman parte de un grupo de WhatsApp que se llama CBL (Coordinadora de Brigadas de Limpieza), con unas ocho asociaciones de este tipo en distintos puntos de Catalu?a. Hay otros grupos as¨ª, aunque los Segadors se desvinculan de ellos porque, considera Casado, buscan m¨¢s la confrontaci¨®n. Nacieron en abril y se llaman GDR (Grupos de Defensa y Resistencia), una respuesta a los CDR (Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica, 94.500 seguidores en Twitter), los piquetes independentistas que se dieron a conocer con el refer¨¦ndum y, sobre todo, con los cortes de carreteras de la huelga general en noviembre y en Semana Santa. Jaime Vizern, fundador de los GDR, dice que son unos 15 grupos, unas 600 personas, y confirma que ¡°no solo limpiamos la calle de lazos, tambi¨¦n vamos a oponemos a los CDR cuando hacen algo, pero sin buscar el contacto¡±. Vizern, conocido por presentarse en la casa de Waterloo de Puigdemont disfrazado de guardia civil, no cree que la situaci¨®n se vuelva violenta: "Es m¨¢s, hemos pensado dejar de actuar de noche y a cara descubierta, para que se vea que no hacemos nada malo y somos personas normales".
El pasado 8 de mayo ya coincidieron ambas facciones, CDR y GDR, en Barcelona, con la Polic¨ªa en medio, y aunque hubo tensi¨®n no se registraron enfrentamientos. La jerga que usan ambos grupos ya es indicativa de una progresiva polarizaci¨®n. En los v¨ªdeos, adem¨¢s de los insultos, se llama ¡°tabarnianos¡± o ¡°tabern¨ªcolas¡± a los que quitan cruces. Por su lado, los grupos que retiran lazos hablan de ¡°noche de caza¡± cuando salen a quitarlos y de ¡°bot¨ªn¡±. El t¨¦rmino ¡°unionista¡±, tomado del caso irland¨¦s, ya es corriente entre los independentistas.
Pero fue otro episodio, en la playa de Llafranc, en Calella de Palafrugell, el que tuvo mayor impacto, porque en ese caso fueron ba?istas quienes espont¨¢neamente reaccionaron ante las cruces, de forma individual. Es curioso que todos se graban mutuamente en v¨ªdeo con los m¨®viles. Ciudadanos an¨®nimos se significan y ya les da igual. Saben que son grabados y, en el caso de quienes quitan cruces, ser¨¢n tachados de fascistas.¡°Mi mujer apareci¨® en todas partes, nos llamaron amigos de medio mundo para decirnos que nos hab¨ªan visto¡±, cuenta el marido de la se?ora que se ve en el v¨ªdeo de Llafranc discutiendo con quienes pon¨ªan cruces. Pide que no se citen ni sus nombres. Ella no quiere hablar m¨¢s con la prensa, desbordada por la atenci¨®n medi¨¢tica. ¡°Es una persona normal, con ninguna relaci¨®n pol¨ªtica, que reaccion¨® a algo impresentable. El espacio p¨²blico es de todos, y en una playa esperas estar tranquilo, sin que nadie proclame que piensa A, B o C. Te dicen que no quites las cruces y expreses tu opini¨®n con otro s¨ªmbolo o una bandera, pero es una locura, ?en qu¨¦ convertimos la playa? Un alcalde no puede permitirlo¡±. Reprocha a la Polic¨ªa local y los Mossos que no hicieran nada, pese a que les llam¨®.
La pasividad institucional es otro de los aspectos interesantes de lo ocurrido. Los ayuntamientos no saben c¨®mo gestionarlo, supone tomar partido, o est¨¢n de una parte de la pelea, a favor de las cruces y en contra de quienes las quitan. En Canet de Mar, por ejemplo. Arenys de Munt ha sido esta semana el primer municipio catal¨¢n en prohibir la retirada de lazos de la v¨ªa p¨²blica. La mayor¨ªa de los municipios de Girona y la Costa Brava son independentistas. Y es revelador que estas acciones hayan tenido lugar en esta parte del litoral, donde el turismo del resto de Espa?a solo alcanza el 8 % del total, seg¨²n datos de la patronal. El primero, un 20 %, es catal¨¢n, y la mayor¨ªa es extranjero. Franc¨¦s, brit¨¢nico y de otros pa¨ªses europeos. Es decir, el coste potencial de ofender a turistas nacionales es bajo, y se busca la publicidad internacional. Pero es entre catalanes entre quienes han estallado las disputas. En las playas de Tarragona, con un alto ¨ªndice de turismo de otras comunidades, sobre todo aragoneses, no se ven lazos y no ha aparecido una sola cruz. Aunque hay zonas muy independentistas.
¡°Me pareci¨® mal, unos y otros, que discutieran. Fue como el patio de un colegio, la verdad. Conozco a las dos personas, una es de aqu¨ª y la otra tiene casa de siempre, y son muy razonables, cultas, pero perdieron los nervios¡±, cuenta la propietaria de un restaurante de la playa de Llafranc. Hubo gente que se levant¨® enfadada de la terraza, diciendo: ¡°?C¨®mo permit¨ªs esto?¡±. Aunque ella tambi¨¦n se queja de que los medios lo han sacado de quicio. Juan Carlos Bisb¨¦, due?o de otro restaurante, cree que fue un incidente puntual, aunque reconoce que est¨¢ preocupado por si se convierte en una costumbre. ¡°Vi las cruces y bueno, ya estamos acostumbrados a los lazos y pens¨¦ que la playa era un sitio m¨¢s. Pero fue solo un poco de jaleo. Nadie quiere esto. Hombre, si se hiciera cada d¨ªa, si pasa en agosto, s¨ª ser¨ªa un problema, pero no creo. Estoy un poco preocupado porque se est¨¢ presentando una Catalu?a que no es, aqu¨ª no nos estamos pegando, cada uno piensa lo que quiere, no hay ninguna violencia y se est¨¢ asustando a la gente¡±.
Entre semana en Llafranc todo eran extranjeros, y la mayor¨ªa no se han enterado de nada, o les da igual o les parece bien siempre que les dejen en paz. ¡°Si no es todos los d¨ªas y puedo poner la toalla respeto cualquier protesta¡±, dice Max Hendricks, holand¨¦s. En general los alemanes est¨¢n m¨¢s informados, por el arresto de Puigdemont, y tambi¨¦n los ingleses. Los partidarios del Brexit se identifican m¨¢s con la causa independentista. Los franceses suelen estar menos enterados.
¡°No creo que nadie en Espa?a sepa si en una playa de Croacia hay en este momento una discusi¨®n por una cuesti¨®n pol¨ªtica. En la prensa francesa esto ni ha salido. No estamos en absoluto preocupados¡±, opina Mart¨ª Sabri¨¤, gerente de Costa Brava Centre, la asociaci¨®n de empresarios de hosteler¨ªa y turismo de la zona, que agrupa a 400 empresas. ¡°Lo ¨²nico que le preocupa al visitante es que no le estropeen las vacaciones. Si esto fuera permanente, consecutivo, y todo el verano, quiz¨¢ tendr¨ªa repercusi¨®n. Igual que cortes de carreteras o trenes por protestas. Esperemos que no sea as¨ª. Pero si es anecd¨®tico, cada domingo en una playa, unas horas, no creo que le afecte a un se?or de Liverpool. Necesitamos tranquilidad, vivimos de esto. Esperamos una temporada tan buena como la del a?o pasado, que fue la mejor desde 2008¡±. ?l, en todo caso, ve ¡°mayor violencia¡± en quien quita cruces.
Lo cierto es que se percibe una l¨ªnea n¨ªtida entre el negocio y la ideolog¨ªa. Los pueblos del interior son microcosmos de hegemon¨ªa independentista llenos de lazos y colores amarillos. Cerca de la costa, Torroella de Montgr¨ª, que es el pueblo de Dolors Bassa, una de las exconsellers que se encuentran en prisi¨®n, est¨¢ lleno. Hay folletos en los hoteles donde explican en cuatro idiomas qu¨¦ son los lazos amarillos: ¡°En Catalu?a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n pedimos poder decidir libre y democr¨¢ticamente nuestro futuro. El Gobierno de Espa?a solo responde a este anhelo con la acci¨®n judicial y represiva (¡). Por este motivo colgamos los lazos, para pedir la libertad de los presos de conciencia¡±. Pero a seis kil¨®metros, en su extensi¨®n de turismo playero, L¡¯Estartit, no hay ni rastro de lazos. En un viaje de tres d¨ªas por la Costa Brava la verdad es que no se ven muchos en el litoral. De hecho, cuesta encontrar una playa donde los haya para hacer una foto.
Es verdad que en la rotonda de entrada a cada pueblo hay un estelada. Lazos en algunos balcones y ventanas, en ¨¢rboles y barandillas, pero es muy raro verlos en tiendas y negocios. Si se recorre la costa desfilan hoteles y campings de Lloret, pizzer¨ªas, minigolfs y pistas de karts de Platja d'Aro, inmobiliarias y tiendas de yates en Roses, helader¨ªas y masajes ayurv¨¦dicos en Cadaqu¨¦s¡ y ni un lazo. Es a¨²n m¨¢s ins¨®lito verlo en la solapa de alg¨²n dependiente. Todos son muy conscientes de que es un asunto que divide y crea conflicto, y en el caso del trabajo es evidente: puede hacer perder clientes. Por eso mismo se buscan los espacios p¨²blicos y por eso es dif¨ªcil de creer que introducirlo en la playa se vea como algo inocuo.
Uno de los pocos empleados tur¨ªsticos que lleva el lazo puesto, en tres d¨ªas por la costa, es Elisa, la vendedora de los billetes del trenecito tur¨ªstico de Cadaqu¨¦s. ¡°Me lo pens¨¦, no te creas, ten¨ªa dudas, pero estoy tan indignada con lo que est¨¢ pasando que me lo puse. A veces los turistas me preguntan y les echo el mitin. No ver¨¢s muchas tiendas o bares donde lo tengan, no, dicen que la pela es la pela¡±. En ese momento se paran dos franceses y le preguntan precisamente donde se pueden comprar lazos. Les indica una tienda de recuerdos. No ha tenido ning¨²n problema con turistas espa?oles, que sobre todo, afirma, son vascos y valencianos. En Cadaqu¨¦s y otros puntos cercanos aparecieron las primeras cruces en la playa en Semana Santa, aunque pasaron inadvertidas, no hac¨ªa tiempo para ba?arse.
En el hist¨®rico y entra?able Casino de Cadaqu¨¦s confirman que los extranjeros preguntan mucho por los lazos y a veces hasta quitan uno de la calle y se lo llevan de recuerdo. ¡°Pero esto de las cruces es ahora, una cosa puntual antes de la temporada, en agosto las playas est¨¢n a rebosar, no puedes hacer eso. No creo que se les ocurra¡±, dice uno de los camareros. ¡°Adem¨¢s es que nuestras playas son peque?as, a cuatro cruces que pongan no cabe nadie¡±, coinciden en la oficina de turismo. All¨ª tampoco creen en problemas de convivencia. En la propia oficina cada una de las chicas piensa una cosa y son tan amigas. Josep Pla, en un viaje por estas playas y escuchando a dos personas discutir, escribi¨®: ¡°Todo es in¨²til: sospechar que en nuestro pa¨ªs puedan existir dos personas destinadas a convivir que consigan entenderse, es absolutamente imposible. (¡) Los esfuerzos que hace la gente de nuestro pa¨ªs para no entenderse son impresionantes. Es la tenacidad m¨¢s viva del pa¨ªs¡±. Lo dec¨ªa como algo asumido.
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