?Es necesario atar o sedar a la fuerza?
Todos los implicados coinciden en el objetivo de eliminar las contenciones de las personas con problemas de salud mental. Lo complicado es ponerlo en pr¨¢ctica.
Todos est¨¢n de acuerdo, pero no se hace. Iniciativas como #0contenciones han dado visibilidad al problema del uso de sujeciones en la pr¨¢ctica m¨¦dica con personas que tienen alguna enfermedad mental. Y cero es cero. No se refiere solo a las correas que a¨²n a veces se usan para atar a un paciente a la cama. Tambi¨¦n incluyen las contenciones farmacol¨®gicas ¨Csedar al afectado hasta dejarlo inconsciente- e incluso, las afectivas, como los chantajes ¨C¡°si te levantas, no dejo que vengan a verte¡±-, dice Nel Anxielu Gonz¨¢lez Zapico, presidente de Salud Mental Espa?a. ¡°Tenemos un posicionamiento claro: las contenciones son una grave violaci¨®n de los derechos humanos¡±.
La campa?a Cero Contenciones ha dado visibilidad al dolor de v¨ªctimas, familiares y cuidadores
Gonz¨¢lez Zapico representa la voz de los afectados y sus familias, pero, en este asunto, los profesionales coinciden. ¡°El objetivo tiene que ser el de cero contenciones¡±, respalda Ana Gonz¨¢lez-Pinto, presidenta de la Sociedad Espa?ola de Psiquiatr¨ªa Biol¨®gica.
No se trata de un acuerdo solamente desde la teor¨ªa, desde la perspectiva de los derechos. Es que ¡°se ha demostrado que las contenciones no sirven terap¨¦uticamente para nada m¨¢s que para causar sufrimiento, tanto al que las sufre como al que las hace¡±, se?ala Gonz¨¢lez Zapico.
Un dolor como el que recogen algunos testimonios de la campa?a de cero contenciones del grupo Locom¨²n. ¡°Soy un ser sufriente que necesita ayuda, compresi¨®n; no violencia, ni contenci¨®n, ni anulaci¨®n. Este tipo de pr¨¢cticas psiqui¨¢tricas deben desaparecer, denigran, humillan y en algunos casos incluso han muerto personas sin recibir la asistencia que requer¨ªan¡±, dice en la web Rebeca, una paciente. ¡°Me han quedado secuelas en forma de fobias que limitan mi vida. Espero que esto se acabe para siempre¡±, a?ade A. R. G.
La unanimidad, sin embargo, muestra fisuras cuando se pasa a los casos concretos. ¡°Lo de contenciones cero es como lo de accidentes de tr¨¢fico cero; est¨¢ muy bien como objetivo¡±, matiza Gonz¨¢lez-Pinto. Ana Lancho, gerente del hospital de d¨ªa Lajman para personas con enfermedad mental, se disculpa de antemano por ser pol¨ªticamente incorrecta, pero expresa:? ¡°Est¨¢ constatado que si en los momentos de agitaci¨®n un profesional intenta calmar al enfermo hasta que la medicaci¨®n le haga efecto, se puede prescindir de la contenci¨®n, pero no hay personal suficiente en los hospitales para esta labor". Lancho pone como ejemplos de estos casos extremos que ¡°actualmente, ante la falta de medios humanos y profesionales para atender a personas en brotes psic¨®ticos, se las contiene mec¨¢nicamente para evitar que se puedan lesionar ellos mismos o a sus cuidadores. En este caso el mayor riesgo es que no existen a nivel estatal protocolos de actuaci¨®n y se deja en manos de cada establecimiento o profesional la forma de contenci¨®n¡±.
Sin embargo, Gonz¨¢lez Zapico tiene claro que ¡°siempre hay alternativas¡±. Pero no son baratas. Hacen falta formaci¨®n y recursos. ¡°Si se hace un seguimiento correcto de la persona se puede intervenir antes del brote¡±, dice. Y ¡°hay protocolos cuando, por ejemplo, la agitaci¨®n se debe al consumo de sustancias y sucede en la calle¡±, apunta la psiquiatra. En estos casos, lo primero es intentar calmar a la persona, y, si no se consigue, se acude con ella a urgencias.
No se trata, por tanto, de un proyecto ut¨®pico. ¡°Acabo de volver de Trieste, donde se han reducido much¨ªsimo las contenciones¡±, remata el representante de los afectados. ¡°Es cuesti¨®n de voluntad¡±. Gonz¨¢lez-Pinto cierra: ¡°No s¨¦ si las Administraciones est¨¢n en ello, pero desde luego tienen sobre la mesa nuestra petici¨®n¡±.
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