Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa pierde la batalla ideol¨®gica
El poder acumulado por la exvicepresidenta en sus a?os junto a Rajoy le granje¨® una legi¨®n de adversarios dentro del partido
Hasta sus rivales, tanto dentro del PP como en otros partidos, admiten el amplio abanico de cualidades de?Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa (Valladolid 1971): organizada, persistente, ambiciosa, preparada y trabajadora. Pero esos reconocimientos han pesado menos que la multitud de adversarios que se fue granjeando en el partido en los a?os en que acumul¨® un enorme poder bajo la sombra de Mariano Rajoy.?Eran esos adversarios que?le atribu¨ªan toda clase de maquinaciones para dar al traste con varias carreras pol¨ªticas. O los que no la identificaban con m¨¢s ideolog¨ªa que la necesaria para alcanzar sus particulares aspiraciones. A ella nunca le entusiasm¨® limitarse a una definici¨®n ideol¨®gica cl¨¢sica. Durante a?os fue al¨¦rgica tambi¨¦n a las rutinas y tribulaciones del aparato del partido, y jam¨¢s tuvo un territorio propio. Tampoco una especial conexi¨®n con la gente de la calle, algo que intent¨® corregir durante la reciente campa?a interna. Todo eso parece haberse juntado al final para explicar la derrota en el Congreso del partido, tras haber sido la m¨¢s votada en la primera vuelta de las primarias entre los militantes.?
En su primera reacci¨®n tras la derrota, Santamar¨ªa ha aprovechado para recordar que fue la m¨¢s votada entre los militantes en la primera l¨ªnea de las primarias. "Esas son las reglas y yo las respeto", ha dicho. "Siempre estar¨¦ muy orgullosa de ser la persona que eligieron los militantes".
Santamar¨ªa lleg¨® tarde al PP. Mariano Rajoy la contrat¨® cuando era vicepresidente del Gobierno para aprovechar su formaci¨®n como abogada del Estado. Por esa raz¨®n, muchos nunca la vieron como una aut¨¦ntica pata negra del partido, en el que debut¨® en 2004 en el puesto 17? de la lista electoral por Madrid. Fue en el congreso de Valencia, en 2008, con el PP ya en la oposici¨®n, cuando Rajoy la aup¨® como portavoz parlamentaria y n¨²mero tres?de la organizaci¨®n. Hasta entonces, se hab¨ªa centrado en preparar documentos que pretend¨ªan desideologizar a un l¨ªder a¨²n muy atrapado en los estertores del aznarismo. Una d¨¦cada despu¨¦s, ha sido precisamente el sector que todav¨ªa a?oraba a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar el que ha propiciado la derrota de Santamar¨ªa.
Tras el regreso al Gobierno y su nombramiento como vicepresidenta, la creciente influencia de Santamar¨ªa y sus seguidores en el Consejo de Ministros y en el Centro Nacional de Inteligencia levantaron m¨¢s que suspicacias en un grupo amplio de amigos y colaboradores hist¨®ricos de Rajoy. Ese grupo contrario a la ex vicepresidenta fue etiquetado primero como el G-8, y luego como el G-5, a medida que fue perdiendo miembros por la aparici¨®n de distintos esc¨¢ndalos. En los ¨²ltimos meses pareci¨® diluirse, en parte presionado por el propio Rajoy. Ese club de agraviados reprochaba a la entonces vicepresidenta su alejamiento del partido y la acusaba de?desvincularse de las tramas de corrupci¨®n heredadas de la ¨¦poca de Aznar solo por su propio beneficio, y hasta ser demasiado joven y, en su opini¨®n, excesivamente autoritaria.
De todas sus rivalidades internas, ninguna alcanz¨® el grado de su pugna con la secretaria general Dolores de Cospedal, alimentada a lo largo de los a?os y en la que Rajoy nunca quiso intervenir. Santamar¨ªa se cobr¨® la revancha dejando a su rival fuera de combate en la primera vuelta de estas primarias. Pero Cospedal a¨²n jug¨® sus bazas: se volc¨® en apoyar a Casado y ese respaldo acab¨® siendo decisivo.?
"Tengo ideolog¨ªa: la del PP"
La recriminaci¨®n m¨¢s seria de esos amigos veteranos de Rajoy, sin embargo, ten¨ªa que ver con la difusa ideolog¨ªa de Santamar¨ªa y con los frutos de su gesti¨®n de problemas tan serios como el desaf¨ªo separatista en Catalu?a y su di¨¢logo con algunos nacionalistas.?Durante su estancia en La Moncloa algunos compa?eros de partido le recriminaban que pod¨ªa llegar a sustentar teor¨ªas socialdem¨®cratas, que favoreci¨® el impulso de cadenas privadas de televisi¨®n muy cr¨ªticas con el PP y favorables a Podemos para perjudicar ¡ªen teor¨ªa¡ª al PSOE y que conect¨® demasiado bien con el exvicepresidente catal¨¢n Oriol Junqueras para atribuirse el m¨¦rito de un hipot¨¦tico apaciguamiento del conflicto.?
La discusi¨®n sobre las verdaderas ideas de Santamar¨ªa es tal que en la campa?a de las primarias, en una entrevista en Onda Cero, el periodista Carlos Alsina le lleg¨® a preguntar si realmente ten¨ªa ideolog¨ªa. Ella replic¨®: "Por supuesto que la tengo, la del PP". Luego a?adi¨® que en el partido caben muchas formas de centro derecha pero que a todos les une la libertad, la defensa de Espa?a en un proyecto reformista, constitucional y con igualdad de oportunidades para los ciudadanos. Y finalmente se etiquet¨® un poco: ¡°No soy socialdem¨®crata, lo digo con claridad. Liberal combinando con algunos principios de la tradici¨®n democristiana". El propio Casado utiliz¨® esa carta durante la campa?a, en la que desliz¨® en varias ocasiones que su rival estaba rehuyendo la discusi¨®n de ideas, sobre todo cuando ella rehus¨® celebrar un debate p¨²blico entre ambos candidatos.
Sus opiniones moderadas sobre el sistema auton¨®mico, el aborto, el matrimonio homosexual o la relaci¨®n con Catalu?a han enervado especialmente al votante popular m¨¢s de derechas y a organizaciones ultraconservadoras como Hazte O¨ªr. Su gesti¨®n de la crisis catalana la llev¨® a instalar un despacho en Barcelona, por orden de Rajoy, para recuperar la presencia del Estado en esa comunidad y escuchar m¨¢s voces de la sociedad civil catalana sobre posibles soluciones. No logr¨® grandes resultados. En 2006 hab¨ªa presentado junto a Federico Trillo un recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Catalu?a. Diez a?os m¨¢s tarde, acab¨® lamentando que el PP promoviera una campa?a de recogida de firmas contra aquel texto, un cambio de criterio que soliviant¨® a Aznar.
En sus m¨ªtines y entrevistas, Santamar¨ªa us¨® los datos de las encuestas para remarcar que era la aspirante que mejor podr¨ªa competir con el socialista Pedro S¨¢nchez para ganar las pr¨®ximas elecciones. Los datos del CIS siempre la situaron como la dirigente del Gobierno de Rajoy que obten¨ªa mejor nota entre el conjunto de los ciudadanos. Pero al final se ha comprobado que una cosa es la imagen fuera del partido y otro el aprecio de los sectores de m¨¢s raigambre en la derecha espa?ola, los mismos que este s¨¢bado han preferido a un joven de inequ¨ªvoco perfil conservador que a la mujer que durante los ¨²ltimos a?os fue la pol¨ªtica m¨¢s poderosa de Espa?a.
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