La radicalizaci¨®n del conservador europeo
El desencanto con la UE favore la consolidaci¨®n o nacimiento de partidos que ejercen una notable influencia en la derecha de Hungr¨ªa, Polonia, Italia, Francia, Alemania o Austria
Tradicionalmente, ocupar el centro pol¨ªtico ha sido garant¨ªa de ¨¦xito electoral en Espa?a. El giro a la derecha de Pablo Casado ser¨ªa, seg¨²n ese principio, un suicidio pol¨ªtico, salvo¡ Salvo que el instinto pol¨ªtico del nuevo l¨ªder de la derecha espa?ola sea el acertado y considere que la derechizaci¨®n que vive el continente europeo tambi¨¦n est¨¢ llegando a este pa¨ªs como un contagio inevitable.
La gran recesi¨®n y la crisis migratoria han favorecido el ¨¦xito de la ultraderecha. El m¨¢s sintom¨¢tico es el caso alem¨¢n, con la entrada de Alternativa por Alemania (AfD) en el Bundestag, lo que ha significado el regreso de la ultraderecha al Parlamento por primera vez desde el final de la II Guerra Mundial. Ahora, la AfD amenaza la hegemon¨ªa de los democristianos b¨¢varos en las elecciones regionales del pr¨®ximo oto?o.
El Frente Nacional (rebautizado como Reagrupamiento Nacional, RN), ganador en Francia de las elecciones europeas de 2014, entr¨® en la fase final de las presidenciales francesas por segunda vez en su historia el pasado a?o y La Liga italiana, aliada con el Movimiento 5 Estrellas, ha tomado el poder en Italia.
El giro europeo a la derecha m¨¢s dura se inici¨® en los pa¨ªses del Este, con Polonia a la cabeza, que recuper¨® en 2015 el Gobierno de Ley y Justicia (PiS), el partido de Jaroslaw Kaczynski, seguida de Hungr¨ªa, donde Viktor Orb¨¢n sigue los mismos pasos hacia una nueva democracia iliberal.
El desencanto europeo est¨¢ favoreciendo la consolidaci¨®n o el nacimiento de partidos nacionalistas, xen¨®fobos y eur¨®fobos que est¨¢n ejerciendo, adem¨¢s, una notable influencia en las formaciones conservadoras que anta?o coqueteaban con el centro pol¨ªtico. Hoy, al contrario, han radicalizado su ret¨®rica para intentar recuperar esos votos que se les escapan por la derecha. Ha ocurrido en Alemania, donde el ministro del Interior, Horst Seehofer, l¨ªder democristiano b¨¢varo, ha desafiado a la canciller, Angela Merkel, por la crisis migratoria y ha conseguido, finalmente, que se establezca un f¨¦rreo control fronterizo en el sur del pa¨ªs.
En Francia, Marine Le Pen lleva a?os intentando despojar al RN de su mala fama en una estrategia bautizada como ¡°desdiabolizaci¨®n¡±. Los electorados europeos y las formaciones conservadoras est¨¢n en el mismo proceso por la v¨ªa de los votos y de los hechos. El Partido Popular Europeo mantiene entre sus filas a la Uni¨®n C¨ªvica H¨²ngara (Fidesz) de Orb¨¢n, a pesar de su deriva autoritaria.
El campo parece abonado para aceptar los postulados de una ultraderecha que defiende sus principios sin complejos. Hace 20 a?os, la Uni¨®n Europea sufri¨® una grave crisis por culpa de Austria. El Gobierno conservador se plante¨® coaligarse con el ultraderechista Partido de la Libertad (FP?) de J?rg Haider y ello motiv¨®, por primera vez en su historia, sanciones diplom¨¢ticas contra un pa¨ªs miembro.
Hoy, tras las elecciones del pasado a?o, el nuevo y joven canciller Sebastian Kurz gobierna en Austria con ese mismo partido y nadie en Europa se ha escandalizado por ello.
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