Las dos caras de un hombre al borde de la expulsi¨®n
Mohamed Attaouil es un salafista radical para la Polic¨ªa y un trabajador por la paz social con seis hijos espa?oles en Salt
Mohamed Attaouil tiene 44 a?os y seis hijos nacidos en Espa?a, donde vive desde hace 25 y de donde la Polic¨ªa quiere ahora expulsarle ¡ªal menos durante diez a?os¡ª por suponer ¡°una amenaza para la seguridad nacional¡± de acuerdo con los art¨ªculos 54 y siguientes de la Ley de Extranjer¨ªa. Lleva a?os a vueltas con la Justicia espa?ola. Pero el resultado es que ha ganado dos procesos judiciales contra dos importantes medios de comunicaci¨®n, Telemadrid y ABC, a quienes denunci¨®, en 2011 y 2012 respectivamente, por acusarle de ser un predicador salafista y por atentar contra su honor al incluirle entre los doce imanes m¨¢s peligrosos de Espa?a. Gan¨® y fue indemnizado. Sali¨® tambi¨¦n airoso de una investigaci¨®n por blanqueo de capitales de la Fiscal¨ªa en 2013 por el origen presuntamente opaco de los fondos con los que logr¨® que se construyera la mezquita de Salt (Girona), presupuestada en cuatro millones de euros.
Attaouil trata ahora de esquivar un expediente preferente de expulsi¨®n que le comunicaron el pasado 8 de junio: ¡°Tendr¨¢n que sentarme ante el juez¡±, responde con parquedad al tel¨¦fono, a sabiendas de que se enfrenta a un procedimiento administrativo que no requiere pasar por un juzgado. Basta con que la orden sea firmada por un alto cargo de la Administraci¨®n, en este caso de la Secretaria de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior. Su abogado, el doctor en Derecho y Profesor de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona Iv¨¢n Jim¨¦nez Aybar dice que
¡°Sobre el papel, estamos ante un instrumento de autoprotecci¨®n del Estado para expulsar a los extranjeros que suponen un grave peligro para nuestra sociedad¡±. Pero, advierte: ¡°Cuidado, este instrumento queda al margen de todo control judicial¡±. La Comisi¨®n Isl¨¢mica de Espa?a (CIE) no tiene datos de las personas que han sido expulsadas de Espa?a por este motivo. En Interior aseguran que ¡°no se pueden facilitar ese dato¡± sin aportar raz¨®n alguna. Investigaci¨®n judicial no existe porque no existe procedimiento judicial en estos casos. Pero una somera indagaci¨®n en este asunto muestra las dos caras de Attaouil, un l¨ªder musulm¨¢n al borde de la expulsi¨®n.
Lleg¨® a Espa?a desde Ain Zohra, sur de Marruecos. ¡°Adora a sus ni?os y le adoran. Disfruta jugando con los peque?os. Con ellos comparte su afici¨®n al f¨²tbol. Uno de ellos me llama Iv¨¢n Rakitic, en referencia al jugador del Bar?a¡±, le describen en su entorno. Es empresario de la construcci¨®n y regenta una tienda de alimentaci¨®n en una populosa esquina de Salt. ¡°Bajo su aspecto r¨ªgido y serio se esconde una persona trabajadora, que cuando toma confianza es amistoso, fiel y leal¡±, aseguran.
En su af¨¢n por organizar a la comunidad musulmana, Attaouil se ha convertido en un referente. Impulsor y presidente de la Mezquita de Salt, y vicepresidente de la comunidad musulmana en Catalu?a. Y se ganado el respeto y la defensa de los pol¨ªticos locales, que este viernes acud¨ªan a una manifestaci¨®n en su favor. Es un dirigente isl¨¢mico cuya comunidad (Centro Isl¨¢mico Imam Malik) pertenece a la Uni¨®n de Comunidades Isl¨¢micas de Espa?a (UCIDE), que preside el hist¨®rico im¨¢n Riaj Tatary, tambi¨¦n presidente de la CIE.
El silencio que ha mantenido esa entidad que a¨²na a todas las comunidades musulmanas de Espa?a es inquietante. M¨¢s a¨²n si ¡ªcomo recuerda un representante musulm¨¢n¡ª la comunidad del im¨¢n Abdelbaki Es Satty, cerebro de los atentados de Barcelona y Cambrils, tambi¨¦n pertenec¨ªa a UCIDE. ¡°Es un tema muy delicado, me siento confuso, conozco a Attaouil de dos encuentros, no puedo decir que el Estado no est¨¦ actuando de acuerdo con la ley¡±, se limita a decir Tatary.
M¨¢s prolijo en palabras es el secretario de la Federaci¨®n Espa?ola de Entidades Religiosas Isl¨¢micas (FEERI), Francisco Jim¨¦nez: ¡°Desde la Comisi¨®n Isl¨¢mica no dicen nada de las expulsiones pero estamos alarmados: es un abuso, no hay acusaciones concretas y la indefensi¨®n es total; Attaouil nunca escondi¨® que sigue la tendencia salafista, es una corriente r¨ªgida pero eso no le convierte en un terrorista¡±.
La investigaci¨®n sobre Mohamed Attaouil ¡°comienza cuando ejerce como referente en la comunidad musulmana, actuando como l¨ªder del movimiento salaf¨ª [la vertiente m¨¢s radical del Islam]¡±, dicen los informes policiales de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional. ¡°Participa en congresos salaf¨ªes manteniendo relaciones con predicadores de esa corriente, y con miembros europeos de la ONG Revival of Islamic Heritage Society (RIHS), principal financiadora de los centros que expanden el salafismo. Muchos de sus partidarios justifican la lucha armada en nombre del Islam. Fue prohibida en 2002 en Pakist¨¢n y Afganist¨¢n por apoyar a los Talib¨¢n, y en 2008 Estados Unidos la incluy¨® entre las asociaciones que financiaban actividades de Al-Qaeda¡±.
Serio y carism¨¢tico
Sus amigos cuentan que ¡°su carisma, su seriedad, el aprecio de sus hermanos en la fe y su capacidad de liderazgo le permitieron promover la construcci¨®n de la gran mezquita¡±. La Polic¨ªa afirma que ese centro isl¨¢mico ¡°se pudo construir gracias a la financiaci¨®n de Arabia Saud¨ª y Kuwait, pa¨ªses que el se?or Attaouil visit¨® en varias ocasiones¡±. Estuvo tres veces en Arabia Saud¨ª, reconoce su abogado, para peregrinar a la Meca.
¡°Entre sus afines cabe destacar a Tarik Chadlioui, predicador salaf¨ª arrestado en Birminghan (Reino Unido) en 2017¡±, dicen los informes policiales. ¡°En abril de 2012, tras la detenci¨®n de un grupo salaf¨ª en Francia, calific¨® a las autoridades francesas de ¡°infieles enemigos de Dios¡±, aseguran. ¡°Y en 2010 hay informaciones que le vinculan con el intento de creaci¨®n de unidades de polic¨ªa religiosa isl¨¢mica en Salt¡±, a?aden. ¡°No permite que los musulmanes adquieran propiedades mediante pr¨¦stamos con intereses, porque el Cor¨¢n lo proh¨ªbe; defiende la discriminaci¨®n de la mujer, inculca a j¨®venes el victimismo musulm¨¢n frente a Occidente en defensa de la yihad¡±. Por todo ello, concluyen: ¡°Mohamed Attaouil supone una amenaza real, actual y suficientemente grave para la seguridad nacional, concurriendo motivos imperiosos de seguridad p¨²blica que justifican su expulsi¨®n preferente¡±.
Un goteo de imanes ¡®enviados¡¯ fuera de nuestro pa¨ªs
Esta misma semana era expulsado el im¨¢n de La R¨¢bita, en Granada. La polic¨ªa le hab¨ªa denunciado por considerar que transmit¨ªa un mensaje ¡°muy extremista¡±, arengando a su comunidad a guiarse exclusivamente por la Sharia y a no acatar las leyes espa?olas. Aseguran que ¡°consideraba la Constituci¨®n contraria a su interpretaci¨®n de la ¡°ley de Dios¡±. En sus discursos, ¡°cada vez m¨¢s violentos¡±, recriminaba a las mujeres el que no vistieran la vestimenta isl¨¢mica m¨¢s radical.
Antes del verano, era expulsado a Egipto tambi¨¦n el im¨¢n de Logro?o, detenido desde abril y recluido en el CIE de Madrid hasta entonces. En su caso, recurri¨® al Tribunal de Derechos Humanos Europeo por entender que el procedimiento no se ajustaba a derecho y perdi¨®. La Polic¨ªa sostiene que ¡°era uno de los m¨¢ximos precursores del wahabismo en Espa?a, base del yihadismo¡±.
¡°En los ¨²ltimos a?os se han activado las expulsiones de extranjeros que, tras ser condenados en sentencia firme a penas de prisi¨®n de m¨¢s de un a?o de duraci¨®n, son expulsados administrativamente. Pero la v¨ªa usada con Mohamed Attaouil, al igual que con se?alados imames, es la que la Ley de Extranjer¨ªa posibilita para los extranjeros que, a criterio del ¨®rgano policial, supongan una amenaza grave para la seguridad nacional¡±, dice Iv¨¢n J¨ªmenez Aybar. ¡°Quieren expulsar a Attaouil que lleva 25 a?os en Espa?a y tiene seis hijos y ha trabajado por la paz social porque afirman (sin dar pruebas) que es una amenaza terrorista pero no le sientan ante un juez. Y nadie se lleva las manos a la cabeza. ?Va en serio?¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.