La nueva extrema derecha irrumpe en escena
¡°Casado legitima nuestro discurso¡±, asegura el l¨ªder de Vox, a quien el CIS otorga un esca?o en el Congreso
Son las siete de la tarde del viernes 28 de septiembre. Cuando termina de hablar por el tel¨¦fono con el periodista, el l¨ªder de Vox, Santiago Abascal ¡ªque est¨¢ a punto de entrar en un acto en Valladolid¡ª coge de nuevo el m¨®vil y adjunta varios documentos a su interlocutor: fotograf¨ªas de un auditorio atestado y un v¨ªdeo en el que se ve a toda la gente que, tras hacer cola 40 minutos, se ha quedado fuera (¡°Vengo a pediros disculpas, pero esto es un s¨ªntoma excelente. ?Viva Espa?a!¡±, les dice). Env¨ªa tambi¨¦n im¨¢genes de una charla que est¨¢ dando a la misma hora Javier Ortega Smith en Zaragoza en una sala repleta. Ortega Smith, n¨²mero 2 de su formaci¨®n, fue militar de operaciones especiales de Ej¨¦rcito; hace dos a?os, con varios cargos m¨¢s, entr¨® en Gibraltar para desplegar en un monte una bandera espa?ola: mientras el jefe de Vox en Madrid era detenido, ¨¦l dijo haber escapado del Pe?¨®n nadando. El partido difundi¨® la acci¨®n con un himno de fondo y el texto: ¡°Imag¨ªnate a un pu?ado de espa?oles as¨ª en el Congreso¡±.
De este modo, con charlas abarrotadas, acababa una semana hist¨®rica para el partido extraparlamentario al que el CIS ha separado de la categor¨ªa?"otros" para darle entidad propia y vaticinarle un 1,5% de los votos, que se traducir¨ªan en un esca?o en el Congreso.
Pregunta. Presumen de pol¨ªticas sociales y de robar votantes a Podemos, ?podr¨ªan votar algunas propuestas suyas en el Parlamento?
Respuesta. Hablamos de un partido de ultraizquierda fuera de la realidad. En materia social s¨ª podr¨ªamos coincidir alguna vez. Pero votar con ellos¡
P. Si es el partido m¨¢s alejado de ustedes y le llaman ultraizquierda, ?son ustedes ultraderecha?
R. Visto de esa forma¡ Pero no me identifico con esa etiqueta, ni con la xenofobia, ni con el racismo. Y no pierdo el tiempo en justificarme ni en buscar otra etiqueta.
P. No cree en el mestizaje, en la fusi¨®n de culturas.
R. Me identifico con la identidad cultural europea y me gustar¨ªa que se preservase. No creo en el multiculturalismo ni en esas ensaladas con las que es imposible vivir. No tengo ning¨²n problema con el color de las personas sino con lo que tienen dentro de la cabeza. Ese es mi problema con cierta inmigraci¨®n y, sobre todo, con las necesidades de la econom¨ªa nacional.
En Vox manejan todo tipo de encuestas. Han llegado a difundir una de ¡°una popular web¡± que los pon¨ªa como cuarto partido de Espa?a: la web result¨® ser Forocoches. Vox, creado en mayo de 2014, se mantuvo hasta septiembre de 2017 entre los 3.000 y los 3.500 afiliados. A partir de entonces empieza a subir hasta llegar a los 10.681 que tiene hoy. Todos, asegura el partido, pagan una cuota de nueve euros. ?Por qu¨¦? Ver¨®nica Fumanal, asesora en comunicaci¨®n, cree que el cambio de eje propicia la fortaleza de la derecha. ¡°El conflicto catal¨¢n, la exhumaci¨®n de Franco, la migraci¨®n o la seguridad son el marco perfecto. Para Vox la unidad de Espa?a y la migraci¨®n son terrenos abonados para su auge. PP y Ciudadanos, m¨¢s institucionales, no sugestionan a ese electorado; un discurso antisistema como el de Vox, s¨ª¡±. Fumanal apunta al estilo que mantiene el partido ultra en redes sociales: ¡°Se mueve como pez en el agua y hace discursos que conectan con una parte de la sociedad que ve la pol¨ªtica tradicional como un problema, y no como parte de la soluci¨®n¡±. Abascal coincide sobre las causas de su ascenso: ¡°Nuestra posici¨®n beligerante en redes sobre el sector p¨²blico y la inmigraci¨®n¡±.
Pero hay un tercer pilar que explica su ascenso, dice el l¨ªder de Vox. En pleno debate sobre el aumento de la violencia de g¨¦nero, Abascal cree que hay una batalla que librar en Espa?a: contra el feminismo. Catalu?a, inmigraci¨®n y mujeres son los ¡°tres elementos con los que percibimos con claridad que nos metemos en el terreno de la izquierda¡±.
Pregunta. ?Por qu¨¦ el feminismo?
Respuesta. Hay un feminismo asociado a una ley que convierte a los hombres en culpables por el hecho de ser hombres.
P. Ustedes dan conferencias tituladas Los hombres, v¨ªctimas del Estado. ?C¨®mo pueden los hombres ser v¨ªctimas de algo ocupado mayoritariamente por hombres?
R. Tiene que ver con la Ley de Violencia de G¨¦nero. Muchas denuncias se producen los viernes porque hay instrucciones de abogados y abogadas: eso lleva al hombre de manera preventiva a una detenci¨®n de todo el fin de semana y sale el lunes dispuesto a firmar lo que sea en un proceso de divorcio.
La Fiscal¨ªa General del Estado record¨® hace un a?o que el 0,01% de las denuncias por violencia machista, entre 2009 y 2016, fueron falsas. Poniendo el foco sobre ellas y apart¨¢ndolo del 99,99% que son ciertas y cuestan vidas, Vox se siente ¡ªtambi¨¦n ah¨ª¡ª en un terreno a la contra, el suyo. Lo pol¨ªticamente incorrecto, como dicen de forma incansable.
¡°Comulgan con una parte del electorado que ve a la derecha espa?ola, sobre todo la de Rajoy, timorata, con falta de determinaci¨®n, frente a discursos que hablan de recentralizar competencias o de expulsar a todos los migrantes, al m¨¢s puro estilo Salvini o Trump¡±, explica Fumanal. ¡°Son pocos, siguen siendo pocos¡±, dice el polit¨®logo Pepe Fern¨¢ndez de Albertos. ¡°La intenci¨®n directa es 0,9% de los encuestados. Las encuestas privadas sabemos que les dan posibilidades de tener esca?o. Est¨¢n por encima del 3% en Madrid, algo que le viene muy bien al partido porque Madrid es una circunscripci¨®n en la que es m¨¢s barato tener esca?o, pero, al mismo tiempo, limita su capacidad para que tenga representaci¨®n m¨¢s all¨¢ de eso¡±.
Es in¨²til mirar para otro lado: ¡°El fen¨®meno de Vox existe¡±, dice Fern¨¢ndez de Albertos. Ver¨®nica Fumanal recuerda el efecto Vox en las primarias del PP: ¡°Cada vez que Casado nombraba a VOX los elevaba de fuerza marginal sin posibilidades a rival pol¨ªtico. El principal problema de estos partidos es su grado de desconocimiento; cuanto m¨¢s se hable de ellos, aunque sea para criticarlos, m¨¢s aumentar¨¢ su intenci¨®n de voto. Pensar que no existe en Espa?a una parte de la sociedad que conecta con un discurso populista, xen¨®fobo, antimigratorio y antieuropeo es negar que la crisis pol¨ªtica propiciada por los propios partidos no ha dado un espacio natural a aquellos que hacen de la antipol¨ªtica su modo de vida¡±.
Vox ofrece datos. Tras su repunte en oto?o de 2017 se ha mantenido en 15 afiliados diarios. Eso, antes de que llegara Pablo Casado a la presidencia del PP. Desde entonces, la afiliaci¨®n se ha acelerado hasta alcanzar los 50, 60 o 70 afiliados al d¨ªa. ¡°Gente que se apunta para sostener el partido, afiliados de cuota¡±, dice Abascal. ¡°Pablo Casado irrumpi¨® con una menci¨®n espec¨ªfica a Vox diciendo que hab¨ªa recuperado votantes que se hab¨ªan venido a nuestro partido. Lo que ha hecho Casado es legitimar nuestro discurso ante una parte muy importante del electorado, y luego se ha retirado de las posiciones que iba a defender¡±.
¡°Lo curioso es que esta din¨¢mica de derechizaci¨®n que vemos entre PP y Ciudadanos se podr¨ªa dar en ausencia de Vox¡±, dice Fern¨¢ndez de Albertos. ¡°La estrategia del PP, que tiene relativo sentido, es empujar a la izquierda a Ciudadanos, y eso fuerza a Ciudadanos a tirar hacia la derecha. Entre los dos lo hacen solos, pero bien es cierto que la aparici¨®n de Vox los obliga a endurecer sus posiciones a¨²n m¨¢s¡±.
El domingo, este hombre que vivi¨®, como su padre, media vida amenazado por ETA, y dijo en El Espa?ol que iba ¡°siempre¡± armado (¡°no habitualmente¡±, dice ahora, ¡°pero si lo estoy, cuando nos encontremos no tienes por qu¨¦ preocuparte¡±) recibir¨¢ su bautizo de fuego en Vistalegre, en un acto en el que dice tener ya vendidas 9.000 entradas. Recuper¨® la fe religiosa hace pocos a?os debido a un acontecimiento que mantiene en secreto (¡°si no se lo dije al semanario cat¨®lico Alba, no se lo voy a decir a EL PA?S¡±) y anuncia su disposici¨®n ¡°total¡± para entrar en el Parlamento. Con ¨¦l dentro, Espa?a tendr¨ªa un ejecutor de las pol¨ªticas que ya amenazan los valores democr¨¢ticos en pa¨ªses como Hungr¨ªa, Francia o Italia.
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