Borrell advierte a B¨¦lgica por el apoyo de un ministro a los presos en huelga de hambre

El Gobierno espa?ol amenaza con abrir una nueva crisis diplom¨¢tica con B¨¦lgica. El ministro de Exteriores, Josep Borrell, ha expresado este martes el malestar del Ejecutivo por las palabras del titular de Defensa belga, Sander Loones, en apoyo a los pol¨ªticos independentistas presos en huelga de hambre. "Ha hecho unas declaraciones que consideramos inaceptables y que recibir¨¢n, seguramente, una respuesta por nuestra parte", ha advertido Borrell a su llegada a una reuni¨®n de la OTAN en Bruselas.

El pasado s¨¢bado, Loones escribi¨® en su cuenta de Twitter el siguiente mensaje: "Encerrados durante m¨¢s de un a?o sin ser condenados. El tribunal espa?ol ni siquiera ha juzgado su caso para evitar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos pueda pronunciarse. Ahora se ven obligados a hacer una huelga de hambre. Ning¨²n dem¨®crata deber¨ªa guardar silencio sobre esto". Los diputados de Junts per Catalunya Jordi S¨¤nchez y Jordi Turull, actualmente en prisi¨®n preventiva, iniciaron ese d¨ªa una huelga de hambre a la que se sumaron el lunes los exconsellers Josep Rull y Joaquim Forn, tambi¨¦n presos.

Miembro del partido nacionalista flamenco N-VA, el m¨¢s votado del pa¨ªs, Loones fue nombrado ministro de Defensa hace menos de un mes procedente del Parlamento Europeo, donde ejerc¨ªa como eurodiputado. Desde su anterior cargo ya mostr¨® en numerosas ocasiones su simpat¨ªa por el movimiento independentista catal¨¢n. Particip¨® en la manifestaci¨®n celebrada en Bruselas hace un a?o, firm¨® una carta pidiendo la mediaci¨®n de la UE en la crisis catalana, y en septiembre invit¨® a una paella al expresident Carles Puigdemont, con el que se ha fotografiado varias veces.

Su reciente ascenso al puesto de ministro fue recibido con inquietud por la diplomacia espa?ola, que ahora ve materializarse esa preocupaci¨®n al rechazar Loones el pragmatismo y proseguir con mensajes similares, con la notable diferencia de que esta vez los emite desde un cargo de m¨¢xima representaci¨®n del Gobierno de un pa¨ªs aliado en la Uni¨®n Europea.

Los choques entre Espa?a y B¨¦lgica a cuenta de Catalu?a han sido recurrentes en fechas recientes. El ¨²ltimo de ellos se produjo hace poco m¨¢s de dos meses, cuando Espa?a protest¨® por una carta oficial del presidente del Parlamento flamenco, Jan Peumans, en apoyo a la expresidenta de la C¨¢mara catalana, Carme Forcadell, actualmente en prisi¨®n provisional. En la misiva, Peumans cuestionaba el pedigr¨ª democr¨¢tico de Espa?a e incluso defend¨ªa que no cumple con las condiciones para ser miembro de una Uni¨®n Europea moderna y democr¨¢tica. El conflicto se sald¨® con la retirada del estatus diplom¨¢tico al delegado flamenco destinado en la embajada belga en Madrid.

El primer ministro, Charles Michel, se desentendi¨® del rifirrafe alegando que se trataba de un asunto entre Flandes y Espa?a en el que su Gobierno no ten¨ªa por qu¨¦ tomar partido. Y mantuvo una breve conversaci¨®n al respecto con el presidente espa?ol, Pedro S¨¢nchez, durante una cumbre en la que coincidieron. La diferencia, en esta ocasi¨®n, reside en que Loones, pese a su origen flamenco, representa al Gobierno belga.

Puigdemont y el separatismo flamenco han exhibido su buena sinton¨ªa con frecuencia. Este mismo martes, el expresident ha acudido al Parlamento federal belga, donde ha desayunado con miembros de la N-VA y ha realizado una visita guiada a la instituci¨®n.

El aviso de Borrell llega en un momento especialmente delicado para el Gobierno belga. Los aliados flamencos de Puigdemont, firmes defensores de una pol¨ªtica m¨¢s dura contra la inmigraci¨®n, han amenazado en las ¨²ltimas horas con hacer caer la coalici¨®n que dirige el pa¨ªs ¡ªde la que forma parte junto a otros tres partidos¡ª si esta apoyaba el pacto de la ONU sobre migraci¨®n.

Desde el inicio de la crisis catalana, B¨¦lgica, el pa¨ªs al que huyeron hace poco m¨¢s de un a?o Puigdemont y varios de sus exconsejeros, ha mantenido una actitud en ocasiones ambigua al respecto, que contrasta con el respaldo sin paliativos al Gobierno espa?ol del resto de socios de la UE.