Agentes espa?oles colaboran en Siria en una operaci¨®n de EE UU para identificar yihadistas europeos
Interior recibe a trav¨¦s de ellos informaci¨®n de la Operaci¨®n Gallant Phoenix, en la que participan Europol y servicios secretos de pa¨ªses europeos
Agentes espa?oles colaboran en Siria en la Operaci¨®n Gallant Phoenix, un dispositivo de EE?UU para identificar a ciudadanos de pa¨ªses occidentales desplazados para combatir en las filas del Estado Isl¨¢mico (ISIS en sus siglas en ingl¨¦s) y de grupos afines a Al Qaeda, seg¨²n confirman a EL PA?S fuentes de la lucha antiterrorista. Interior cifra en 130 los yihadistas espa?oles o residentes en Espa?a que a¨²n permanecen en zonas de conflicto de los 237 que se han desplazado.
La participaci¨®n de agentes espa?oles en la Operaci¨®n Gallant Phoenix no es nueva, pero su importancia se ha multiplicado despu¨¦s de que, tras lanzarse la ofensiva militar contra la ciudad siria de Baguz, uno de los ¨²ltimos feudos del ISIS, el presidente estadounidense Donald Trump lanzase v¨ªa Twitter un ultim¨¢tum a los pa¨ªses europeos para que se hicieran cargo de los m¨¢s de 800 yihadistas extranjeros actualmente bajo custodia de las fuerzas kurdas. En la operaci¨®n, puesta en marcha por EE UU a trav¨¦s del FBI y del Departamento de Defensa para identificar a los yihadistas que abandonan las zonas de los combates para retornar a sus pa¨ªses de origen, colabora Europol, como ya admiti¨® en mayo de 2018 la UE a trav¨¦s del comisario europeo de Migraci¨®n Dimitris Avramopoulos, pero tambi¨¦n los servicios secretos de varios pa¨ªses europeos. Hasta ahora, sin embargo, ninguno lo ha reconocido formalmente.
El objetivo del operativo es acumular todo tipo de indicios ¡ªdesde muestras de ADN a huellas dactilares, pasando por fotograf¨ªas, documentos e informaci¨®n contenida en dispositivos electr¨®nicos¡ª recuperados en los territorios que ocupaba el autodenominado Califato del Estado Isl¨¢mico para identificar a los terroristas que han conseguido regresar a Europa y EE UU, pero tambi¨¦n a los que permanecen detenidos en Siria e Irak. Seg¨²n Europol, al menos 5.000 ciudadanos europeos han viajado desde 2014 a ambos pa¨ªses y, aunque muchos han fallecido en combate o en atentados, los que han sobrevivido suelen regresar a¨²n m¨¢s radicalizados: ¡°Por un lado, tienen experiencia en el manejo de armas y explosivos; por otro, son vistos como h¨¦roes, lo que les convierte en poderosos instrumentos de radicalizaci¨®n¡±, alertan desde hace tiempo expertos antiterroristas espa?oles.
Estrategia antiterrorista
Por ello, los retornados son una de las principales preocupaciones de los Gobiernos europeos, incluido el espa?ol, que en la reci¨¦n aprobada Estrategia Nacional contra el Terrorismo, elaborada por el Ministerio del Interior, pone el foco en este colectivo. Uno de los objetivos de este documento es que el posible retorno de estos yihadistas se vea acompa?ado de su encarcelamiento para minimizar el riesgo que suponen. Algo que, como reconocen fuentes de la lucha antiterrorista, no es f¨¢cil ya que hasta ahora solo se les puede acusar de integraci¨®n en organizaci¨®n terrorista.
De hecho, la nueva Estrategia Nacional propone ¡°establecer mecanismos que permitan incorporar al procedimiento judicial las evidencias obtenidas en zonas de conflicto, con las correspondientes garant¨ªas procesales y salvaguardando la reserva de las investigaciones en curso¡±, en clara referencia a esos vestigios que se est¨¢n recopilando en la Operaci¨®n Gallant Phoenix. Estos, adem¨¢s de para identificar, deben servir para extender las acusaciones a su participaci¨®n en actos concretos de terrorismo en aquellos territorios, algo previsto en la legislaci¨®n para nacionales espa?oles, pero que hasta ahora no se ha podido aplicar, precisamente, por la falta de pruebas, admiten fuentes de Interior. Para ello, la informaci¨®n que los agentes recaban en Siria es transmitida al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), un ¨®rgano dependiente de Interior en el que est¨¢n integrados la Polic¨ªa Nacional, la Guardia Civil, el CNI y las polic¨ªas auton¨®micas.
Aunque la cifra de los terroristas desplazados desde Espa?a a zonas de conflicto es sensiblemente inferior a la de otros pa¨ªses de nuestro entorno, las ¨²ltimas estad¨ªsticas hablan de un goteo continuo. Seg¨²n el ¨²ltimo recuento realizado por el CITCO, a mediados del pasado mes de enero eran 237 los yihadistas espa?oles o residentes en Espa?a que se hab¨ªan desplazado a zonas de conflicto, principalmente Siria e Irak, aunque tambi¨¦n Mal¨ª y Filipinas. De ellos, 130 a¨²n permanecen all¨ª, mientras que a 61 se les da por fallecidos, muchos de ellos en ataques suicidas. Del resto, 21 han retornado a Espa?a, aunque 12 de ellos han sido encarcelados. Otros 24 lo han hecho a otros pa¨ªses, donde ocho de ellos tambi¨¦n han ingresado en prisi¨®n. Hay un caso del que no hay pistas sobre su posible paradero.
La mayor¨ªa son hombres, aunque tambi¨¦n hay mujeres y menores de edad, y el 80% son individuos de otras nacionalidades ¡ªprincipalmente marroqu¨ªes¡ª que resid¨ªan en Espa?a antes de ir a engrosar las filas del Estado Isl¨¢mico y los grupos afines de Al Qaeda. Altos cargos de Interior aseguran que, hasta el momento, entre los combatientes bajo custodia de las tropas kurdas no se ha detectado a ninguno con nacionalidad espa?ola, aunque s¨ª algunos que hablan espa?ol.
La amenaza de los 269 radicales en prisi¨®n
Un segundo foco de preocupaci¨®n para Interior son los yihadistas encarcelados. Seg¨²n datos de Instituciones Penitenciarias, hay 139 presos por terrorismo yihadista. Una cifra que triplica la que hab¨ªa en 2012, cuando eran 41. Sin embargo, el control no se reduce a ellos sino que se extiende a otro grupo de internos: aquellos que, pese a ingresar por delitos comunes, se han radicalizado entre rejas. Interior ha detectado 130, a los que divide en dos grupos. En el primero, formado por 49 presos, sit¨²a a los que no solo se han radicalizado, sino que realizan labores de captaci¨®n. Los otros 81 son aquellos que han empezado a mostrar signos de radicalizaci¨®n. En total, 269, una cifra que supera al colectivo de presos de ETA, compuesto por 230 internos.
En el ¨²ltimo medio a?o, Guardia Civil y Polic¨ªa Nacional han desarticulado sendas redes dentro de las c¨¢rceles que se dedicaban, precisamente, a radicalizar presos comunes musulmanes. En octubre de 2018, la Operaci¨®n Escribano permit¨ªa desmantelar una formado por 26 presos islamistas ¡ªentre ellos Jamal Zougam y Hassan El Haski, dos de los condenados por el 11-M¡ª repartidos en 17 c¨¢rceles y que se comunicaban a trav¨¦s de cartas. En febrero, ca¨ªa otro grupo, este asentado en la prisi¨®n de la localidad madrile?a de Valdemoro, cuyo presunto cabecilla, Suleim¨¢n E. M., ofrec¨ªa entre medio mill¨®n y un mill¨®n de euros a los reclusos que se comprometieran a cometer atentados suicidas cuando salieran de prisi¨®n. Es la misma cifra que el ISIS entrega a los allegados de los terroristas que se inmolan en Siria. Los fondos proven¨ªan del narcotr¨¢fico internacional, seg¨²n detallaron entonces fuentes de la investigaci¨®n.
Adem¨¢s, los expertos alerta ¡ªy as¨ª lo hace tambi¨¦n la nueva Estrategia Nacional contra el Terrorismo¡ª de que la mayor¨ªa de los atentados de los ¨²ltimos a?os en Europa han sido perpetrados por personas radicalizadas en sus propios entornos, como fue el caso de la c¨¦lula de los ataques de Barcelona y Cambrils de agosto de 2017. En este sentido, la nueva Estrategia Nacional recalca que, hasta ahora, la mayor amenaza para Espa?a ha sido, precisamente, ¡°la actividad de actores solitarios y c¨¦lulas autorradicalizadas en territorio espa?ol¡±.
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