La condici¨®n humana desembarca en el juicio del ¡®proc¨¦s¡¯
Una secretaria judicial que tiene miedo, un marino mercante que quiere evitar una injusticia, peque?os empresarios a la sombra sospechosa de la Generalitat
Hace un a?o y medio, una mujer tuvo miedo. Estaba practicando un registro judicial en unas oficinas de la Generalitat en Barcelona y, cuando termin¨®, se dio cuenta de que no pod¨ªa salir si no era entre los miles de manifestantes que rodeaban el edificio. Tal era su agobio que, despu¨¦s de llamar al juez para suplicarle que la sacara de all¨ª, termin¨® huyendo por una azotea. Mientras cuenta eso y otros detalles delante del tribunal ¡ªque le ha permitido que su rostro no sea difundido por las c¨¢maras¡ª por las redes circula un v¨ªdeo sarc¨¢stico donde se cuestiona la proeza de saltar un muro de un metro de altura. Es la condici¨®n humana. La del miedo y la de quienes lo ridiculizan en nombre de la causa.
La jornada 12 del juicio no tiene a priori un gran cartel. Ya han hablado todas las primeras figuras. Los fiscales, las abogadas del Estado, los pol¨ªticos acusados, los pol¨ªticos que acusan y hasta un coronel de la Guardia Civil que aprovecha el final de su declaraci¨®n para ajustar viejas rencillas con el antiguo jefe de los Mossos, el major Josep Llu¨ªs Trapero. Tambi¨¦n se han pronunciado las grandes palabras que sostienen las acusaciones ¡ªrebeli¨®n, sedici¨®n¡ª y las que se alegan desde las defensa ¡ªdemocracia, autodeterminaci¨®n-¡ª. Todas las piezas principales est¨¢n, por tanto, colocadas para que empiece la funci¨®n. La siguiente escena se parece al drama en cinco cuadros que escribi¨® Federico Garc¨ªa Lorca en 1933.
¡ªSe?or.
¡ª?Qu¨¦?
¡ªAh¨ª est¨¢ el p¨²blico.
¡ªQue pase.
Y, por delante del tribunal que preside Manuel Marchena, empieza a circular la gente corriente. La secretaria judicial que aquel 20 de septiembre sinti¨® miedo y lleg¨® a pedir incluso un helic¨®ptero para que la sacaran de all¨ª. El pr¨¢ctico del puerto de Palam¨®s que un d¨ªa, leyendo unas declaraciones de Josep Rull en relaci¨®n con el atraque del barco destinado a albergar polic¨ªas, se indign¨® con ciertas falsedades y escribi¨® una carta al Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a para poner la verdad en su sitio. Ahora est¨¢ aqu¨ª, en una guerra que no es la suya, intentando evitar que las declaraciones de Rull puedan perjudicar injustamente a funcionarios del Estado. El fiscal pregunta:
¡ª?Era t¨¦cnicamente viable atracar el barco en el puerto de Palam¨®s?
¡ªAfirmativo, se?or.
¡ªD¨ªgame por qu¨¦.
¡ªEl barco estaba en buen estado, el mar en calma y los muelles desocupados.
La sesi¨®n de la tarde tambi¨¦n trae al Sal¨®n de Plenos una n¨®mina de personajes aparentemente anodinos. Pero conforme avanza la tarde, y para sorpresa del p¨²blico, empieza a conformarse un puzle muy revelador. Uno tras otro, empiezan a sentarse en la silla de los testigos diversos profesionales ¡ªprogramadores inform¨¢ticos, dise?adores gr¨¢ficos, expertos en comunicaci¨®n¡ª con un curioso denominador com¨²n. Todos fueron requeridos por los m¨¢s altos dirigentes de la Generalitat, incluidos Carles Puidemont y Oriol Junqueras, para que realizaran diferentes trabajos relacionados con el refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre ¡ªun sistema de votaci¨®n electr¨®nica, una p¨¢gina web, una campa?a de publicidad¡ª que nunca llegaron a ser cobrados. Una de las interrogadas, Olga Solanas, directiva de Focus Media, explica un modus operandi que se repite en el resto de los casos. La Generalitat encarga un trabajo, se pacta un precio ¡ªen este caso una campa?a de publicidad de 130.000 euros¡ª, la empresa factura, pero nunca cobra, y curiosamente no pasa nada. Ante la incredulidad del fiscal, algunos testigos se bloquean. La dise?adora Teresa Guix da la misma respuesta de forma consecutiva a cuatro preguntas distintas: ¡°No recuerdo. No recuerdo. No recuerdo. No recuerdo¡±. Despu¨¦s de que el juez Marchena le llame la atenci¨®n ante lo extra?o de su desmemoria, la testigo acaba reconociendo:
¡ªHice una factura negativa en julio de 2017 para no cobrar ese trabajo porque me citaron en la Guardia Civil y pens¨¦ que era mejor anular este trabajo.
Un fiscal que observa la sesi¨®n ve muy clara la sombra de la malversaci¨®n: ¡°Si una empresa realiza un servicio a la administraci¨®n, la administraci¨®n est¨¢ obligada al pago, aunque sea una contrataci¨®n fuera de la ley. De lo contrario habr¨ªa un enriquecimiento injusto por su parte. Luego la deuda existe, y si te la reclaman hay que pagarla¡±.
Por la ma?ana, antes de la declaraci¨®n de la secretaria judicial Monserrat del Toro, el fiscal Javier Zaragoza pide al tribunal que su imagen no sea reproducida por las c¨¢maras en directo. Las dem¨¢s acusaciones est¨¢n de acuerdo. El juez formula entonces la petici¨®n a los abogados defensores y tambi¨¦n todos, menos uno, admiten que el rostro de la funcionaria, ridiculizada en las redes sociales desde que se conoci¨® su huida por los tejados, no sea difundido. El ¨²nico que se opone es Andreu Van den Eyden, el letrado de Oriol Junqueras, que incluso formula una protesta.
Hace unos d¨ªas pas¨® algo parecido. Juan Ignacio Zoido, un p¨¦simo ministro del Interior, tuvo la oportunidad de rehabilitarse al menos personalmente asumiendo la actuaci¨®n de polic¨ªas y guardias civiles, pero prefiri¨® escurrir el bulto. El letrado Van den Eyden, que todav¨ªa no ha demostrado ninguna habilidad en la defensa de Junqueras, puede tener ahora un gesto de cercan¨ªa con una mujer que tiene miedo, pero prefiere no hacerlo. La condici¨®n humana, al fin y al cabo.
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