29 a?os bajo una tumba de hielo
El hallazgo del cuerpo momificado del alpinista Mateo Parrilla, desaparecido en 1990 en los Andes argentinos, revive su olvidada historia
El 27 de enero de 1990, apareci¨® publicado en este peri¨®dico un breve, un suelto como se llamaba antes, firmado por la agencia EFE que informaba de la desaparici¨®n de un monta?ero espa?ol que escalaba el Aconcagua "tras 48 horas de b¨²squeda". 29 a?os despu¨¦s, se ha hallado un cuerpo momificado?que podr¨ªa ser el del espa?ol desaparecido el 18 de enero de 1990, seg¨²n apuntan todos los indicios. Su nombre es Mateo Parrilla y ten¨ªa 35 a?os cuando se perdi¨® su rastro, no en el Aconcagua, sino en el cerro El Rinc¨®n, de 5.365 metros de altura, situado en la localidad de Potrerillos, en la provincia argentina de Mendoza, lim¨ªtrofe con Chile.
No hay apenas pistas sobre la trayectoria monta?era de Parrilla. Su desaparici¨®n tuvo lugar en la era previa a la extensi¨®n de Internet. Entonces, las haza?as y las desgracias ten¨ªan una difusi¨®n mucho m¨¢s limitada y fungible. Pero las informaciones publicadas en la prensa local argentina estos d¨ªas aportaban el nombre de Pedro Mart¨ªnez Balga?¨®n, alpinista espa?ol que acompa?¨® a Parrilla en su aventura de hace casi 30 a?os.
Lo cuenta el comisario general Roberto Munives, responsable del reciente rescate del cuerpo, encontrado por un andinista el pasado domingo a 4.500 metros de altura, y que ya particip¨® en la b¨²squeda de 1990: "Yo llevaba cuatro a?os prestando servicios en la patrulla de rescate y se me convoc¨® para ir al rescate de esta persona que hab¨ªa estado en situaci¨®n de emergencia. Entrevistamos a su compa?ero, Pedro Mart¨ªnez Balga?¨®n, que dijo que not¨® que ven¨ªa un temporal y perdi¨® de vista a su compa?ero Mateo Parrilla. La b¨²squeda termin¨® siendo absolutamente infructuosa", explic¨® el m¨¢ximo jefe policial. "Mart¨ªnez Balga?¨®n estaba muy golpeado y shockeado. Lo contuve y lo aloj¨¦ en mi casa por una cuesti¨®n de solidaridad plena, porque es la cultura y la usanza del monta?ista, que (a un par) nunca se lo deja solo, y de eso naci¨® una amistad", relat¨® Munives en el portal MDZ on line (Mendoza on line). "Por eso este hallazgo para m¨ª es algo muy personal, siempre me hab¨ªa quedado pendiente lograr encontrar a ese hombre. Es una verdadera historia de vida", finaliz¨® el comisario.
Localizado a trav¨¦s de las redes sociales, este peri¨®dico se ha puesto en contacto con Pedro Mart¨ªnez Balga?¨®n, que se ha mostrado muy conmocionado por el hallazgo y por los recuerdos del aquel tr¨¢gico episodio. Reacio a pronunciarse, s¨ª que ha dedicado unas palabras para rendir homenaje a su antiguo compa?ero: ¡°Era un monta?ero apasionado. Amaba la monta?a¡±. ¡°Espero que sus familiares se sientan reconfortados con la noticia. Mi pensamiento siempre estuvo con ellos¡±, a?ade este aficionado al alpinismo que colabor¨® con los grupos de rescate en 1990. Hoy asegura que no tiene contacto con la familia de Mateo.
Desde el Ministerio de Seguridad de Mendoza explicaron que todo indica que se trata de Parrilla, originario de Valencia y residente en Catalu?a, ya que el cad¨¢ver hallado por un excursionista el pasado domingo conten¨ªa su documentaci¨®n. Sin embargo, otras informaciones apuntan la posibilidad de que fuera aragon¨¦s. En Valencia, alpinistas de contrastada experiencia como Joan Gr¨ªfols, que fue dirigente del Centre Excursionista e integrante de la expedici¨®n que coron¨® el Everest en 1991, ha asegurado este s¨¢bado que no conoc¨ªa a Mateo Parrilla ni le sonaba su nombre. La federaci¨®n de monta?ismo, as¨ª como el consulado de Espa?a en Mendoza, est¨¢n cerrados por ser s¨¢bado.
Seg¨²n la Unidad de Patrulla de Rescate y Auxilio en Monta?a, la desaparici¨®n del espa?ol es la ¨²nica de la que hay registro en la zona en los ¨²ltimos 30 a?os, aunque cabe esperar al informe forense para confirmar su identidad.
Con la mochila a la espalda
El cuerpo fue avistado el 12 de mayo por un excursionista, quien avis¨® a las autoridades locales. Cuando el cad¨¢ver fue rescatado de un glaciar inferior, se encontraba "totalmente momificado" y con una mochila a la espalda, lo cual hace pensar que la persona accidentada caminaba por el filo del sendero y cay¨®. Una vez lograron bajarlo de la monta?a, lo entregaron a la polic¨ªa cient¨ªfica, que ahora mismo trabaja en su identificaci¨®n.
El cerro El Rinc¨®n pertenece al parque provincial Cord¨®n del Plata, una zona protegida muy frecuentada para realizar trekking en la parte argentina de la cordillera de Los Andes.
Las autoridades argentinas se pusieron en contacto con el Consulado de Espa?a para informarles de la posible aparici¨®n del cuerpo de Mateo Parrilla. Consultadas por EFE, fuentes del organismo espa?ol declinaron dar m¨¢s informaci¨®n debido a la ley de protecci¨®n de datos.
Cuando los glaciares completan su digesti¨®n
Las monta?as piramidales, de laderas vertiginosas, como el K2 (8.611 m), se sacuden los cad¨¢veres de los alpinistas como si fuese un excedente intolerable. Otras monta?as tan majestuosas, pero de laderas menos pronunciadas, como las que ofrecen las rutas normales al Everest (8.848 m), permiten que los restos humanos sirvan de referencia para el resto de aspirantes. Como simples mojones. En cambio, a los pies del K2 se encuentra con frecuencia todo aquello que barren los aludes: restos de tiendas, de material, utensilios de cocina¡ y restos humanos. En 2004 una expedici¨®n catalana al K2 encontr¨® los restos del gran alpinista Renato Casarotto y decidi¨® darle sepultura. Los glaciares engullen los cuerpos, los digieren y acaban, a menudo, por devolverlos a la superficie. El cambio clim¨¢tico ha acelerado un proceso natural: en los Alpes, e incluso en el Pirineo, los glaciares devuelven sus muertos. En el a?o 2000 unos escaladores madrile?os encontraron en el glaciar de las tempestades (cerca del Aneto) material y el DNI del escalador Joaqu¨ªn L¨®pez Valls, desaparecido en 1954 cuando escalaba junto a su amigo Ignacio Mir¨®. La laja de roca a la que se sujetaba Valls cedi¨® y provoc¨® su ca¨ªda. La cuerda se cort¨® y el monta?ero cay¨® en la rimaya, una grieta que separa la roca del glaciar. Su cuerpo no pudo ser hallado¡ hasta casi medio siglo despu¨¦s.
Pero si existe un hallazgo c¨¦lebre para un cad¨¢ver, ¨¦ste es el del alpinista ingl¨¦s George Leigh Mallory, desaparecido junto a su amigo Andrew Irvine en 1924, en la cara norte del Everest. El alpinista estadounidense Conrad Anker encontr¨® en 1999 los restos momificados de Mallory no en un glaciar sino en una pedrera a 8.200 metros. El viento barri¨® el lugar dejando al descubierto el cad¨¢ver m¨¢s deseado de la historia del alpinismo: se esperaba hallar tambi¨¦n la c¨¢mara que la pareja llevaba para descubrir si antes de desaparecer ambos lograron alcanzar la cima. No se encontr¨® ni la c¨¢mara ni a Invine, aunque la fractura severa que presentaba la momia de Mallory en una pierna permiti¨® conjeturar con un accidente que acab¨® con sus vidas y con el asalto a una cima que no ser¨ªa conquistada hasta 1953.
En 2004, el gu¨ªa surtirol¨¦s Hanspeter Eisendle buscaba minerales a los pies del Nanga Parbat (8.125 m): deseaba regal¨¢rselos a su hijo, pero encontr¨® de rebote un peron¨¦. 34 a?os antes, el hermano de Reinhold Messner, G¨¹nther, hab¨ªa desparecido en el mismo glaciar, sepultado por un alud. Su desaparici¨®n caus¨® una enorme controversia: Reinhold y G¨¹nther se hab¨ªan convertido d¨ªas atr¨¢s en los primeros alpinistas en conquistar la vertiente Rupal de la monta?a, pero incapaces de deshacer sus pasos, se lanzaron por la vertiente opuesta, en una huida robada a la muerte. Cuando ya se sab¨ªan salvados, un alud se llev¨® a G¨¹nther, quien exhausto, viajaba por detr¨¢s de su hermano. Reinhold busc¨®, desesperado, el rastro de su hermano. Sin ¨¦xito. Sobrevivi¨®, pero a su regreso, varias voces no creyeron su explicaci¨®n y le acusaron de abandonar a su hermano a su suerte. Sobre ¨¦l pes¨® la sombra de la sospecha¡ hasta que el an¨¢lisis de ADN del peron¨¦ confirm¨® que se trataba de G¨¹nther. Un a?o despu¨¦s, en 2005, el glaciar entreg¨® casi todos sus restos: 35 a?os despu¨¦s, Reinhold reconoci¨® la ropa de su hermano.
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