Zaragoza, el reto de destacar cuando se es una ciudad normal
A medio camino entre Madrid y Barcelona, la capital de Arag¨®n registra la menor desigualdad social y una tasa de paro inferior a la media nacional
Ni grande ni peque?a, ni rica ni pobre, ni de derechas ni de izquierdas. ¡°Zaragoza es una ciudad bastante est¨¢ndar¡±, resume el escritor aragon¨¦s Sergio del Molino. El zaragozano compra como el espa?ol medio, por eso algunas empresas miden el ¨¦xito de sus productos en la ciudad antes de su lanzamiento, y vota como el espa?ol medio, por eso a Arag¨®n se le conoce como el Ohio espa?ol, el estado de EE UU cuyos resultados electorales son extrapolables al conjunto del pa¨ªs. Con un tama?o de 667.000 habitantes, la quinta ciudad de Espa?a por poblaci¨®n tiene la sociedad m¨¢s igualitaria del pa¨ªs, con la menor desigualdad de riqueza entre vecinos. Una ciudad ¡°normal¡± que lucha por dejar de ser una gran desconocida para el resto de Espa?a.
A medio camino entre Barcelona y Madrid, en el centro del cuadrante m¨¢s rico de Espa?a, Zaragoza trata de sacudirse los t¨®picos de ciudad de militares y religiosos. ¡°El mayor favor que se le puede hacer a Zaragoza es contar que [en AVE] est¨¢ a una hora y cuarto de Madrid¡±, dice Genoveva Crespo, periodista, acostumbrada a ir y venir en el d¨ªa de una capital a otra. Una realidad lejos ya de esa imagen que retrat¨® el cineasta David Trueba en una entrevista en El Heraldo de Arag¨®n, en la que contaba un largo viaje desde Madrid en la madrugada del 12 de octubre de 1975 con sus padres y sus siete hermanos en una furgoneta dos caballos para llegar a la misa en la Bas¨ªlica del Pilar.
Zaragoza vivi¨® su gran transformaci¨®n con la Expo de 2008. Las obras para acondicionar un espacio de 25 hect¨¢reas en el que albergar los pabellones dieron un vuelco a la periferia de la ciudad, sobre todo con la recuperaci¨®n de las riberas del Ebro. Once a?os despu¨¦s de aquel verano, que recibi¨® 5,5 millones de visitantes, la sociedad est¨¢ dividida. De la cr¨ªtica por el endeudamiento que supuso y el poco aprovechamiento de las obras levantadas al aplauso por un cambio en la fisionom¨ªa urbana que, sin el empuje de la exposici¨®n universal, es probable que nunca se hubiera hecho.
Los hoteles de cuatro estrellas, el verde de las riberas o el puente del Tercer Milenio a¨²n brillan una d¨¦cada despu¨¦s frente a las explanadas vac¨ªas de los aparcamientos de la Expo, que solo los mi¨¦rcoles y domingos se llenan para albergar al mercado ambulante de la ciudad. El Pabell¨®n Puente, dise?ado por la arquitecta Zaha Hadid y convertido en icono de la nueva Zaragoza, ha estado en desuso todo este tiempo. Cedido a la Fundaci¨®n Ibercaja durante 15 a?os, ahora se espera que albergue una de las pr¨®ximas apuestas empresariales de la ciudad: el proyecto Mobility City, que tiene como objetivo de establecer una mesa fija de debate a nivel europeo durante los pr¨®ximos diez a?os sobre movilidad sostenible. Una mirada al futuro que, de salir adelante, podr¨ªa saldar una cuenta siempre pendiente de Zaragoza: la de reducir la dependencia de la ciudad con la planta de Opel (General Motors de 1982 a 2017) en Figueruelas.
A casi 30 kil¨®metros de la capital se erige el gigante del motor sin el que ser¨ªa imposible entender la historia de la regi¨®n. Con m¨¢s de 6.000 empleos directos y subcontratas, la factor¨ªa ha sido desde hace 37 a?os el motor econ¨®mico de Zaragoza, que tiene una tasa de paro (10,6%) cuatro puntos por debajo de la media nacional. Una dependencia que ha llevado a los zaragozanos a vivir siempre pendientes de la salud del sector de la automoci¨®n. ¡°Es un fantasma que est¨¢ siempre rondando. Cualquier movimiento que se d¨¦ en la planta, hace temblar a la ciudad¡±, explica Del Molino.
La fuerza de la industria
Cinco minutos antes de la una y media del mediod¨ªa, Isabel Maltrana, de 58 a?os, llega con su hija a la planta de Figueruelas. Ella es tractorista y ficha en cinco minutos, su hija es picker (quien prepara el material y lo lleva a la l¨ªnea de producci¨®n). Cuando se le pregunta por el trabajo tuerce el gesto. ¡°Antes ibas al banco con una n¨®mina de General Motors y no te pon¨ªan ni un problema. Eso ya no existe¡±, resume tras 22 a?os en la empresa. Ella a¨²n tiene un sueldo ¡°de los de antes¡±, pero sus dos hijos han seguido sus pasos y ahora toda la familia depende de lo mismo. ¡°Quieren meter robots para transportar material, como hicieron con la pintura. Eso destruye empleo. A m¨ª si me dan la prejubilaci¨®n me voy, pero la cosa son los chicos¡¡±, dice ya pasando por el torno de la entrada a la una y media en punto.
A esa hora el sol cae a plomo en los terrenos de la Plataforma Log¨ªstica de Zaragoza (PLAZA), el mayor espacio de estas caracter¨ªsticas de Europa y cuyas obras de urbanizaci¨®n se vieron envueltas por la negra nube de la corrupci¨®n, despejada recientemente por la justicia con 22 condenados. En sus 13 millones de metros cuadrados hay un mar de naves industriales que esconden, por ejemplo, toda la log¨ªstica de Inditex hacia Europa en la segunda mayor planta del grupo textil gallego tras la de Arteixo (A Coru?a). Los zaragozanos est¨¢n orgullosos de un lugar sobre el que cada poco tiempo se activa el rumor de que Amazon podr¨ªa instalarse en breve, aunque a¨²n no ha llegado a materializarse. Por lo pronto, la Plataforma se ha quedado ya peque?a y est¨¢ en marcha una ampliaci¨®n.
Siempre pendientes de la poblaci¨®n de Sevilla (689.000), de la que solo un pu?ado de habitantes pone a Zaragoza a punto del sorpasso poblacional para ser la cuarta ciudad de Espa?a, la capital de Arag¨®n pelea por contar m¨¢s para el resto del pa¨ªs. Mientras, los zaragozanos viven como lo que el soci¨®logo y pol¨ªtico aragon¨¦s Ignacio Urquizu denomin¨® ¡°la gente corriente¡±. Aquellos de los que nadie se ocupa, pero determinan.
Ocho listas para 31 esca?os
El pr¨®ximo domingo los zaragozanos escoger¨¢n alcalde. Una vez superado el bipartidismo en toda Espa?a, el multipartidismo actual tiene en la ciudad aragonesa su mayor exponente.
Ni el m¨¢s enterado de los votantes puede aclararse con ocho partidos con opci¨®n a alguno de los 31 esca?os en juego: PP, PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, Chunta Aragonesista (CHA), Partido Aragon¨¦s (PAR), Vox y Zaragoza en Com¨²n (ZEC).
Zaragoza en Com¨²n ¡ªuna confluencia de izquierdas que inclu¨ªa a Podemos y a Izquierda Unida¡ª lleg¨® al poder en 2015 con apenas nueve esca?os gracias al apoyo del PSOE y CHA. El alcalde, Pedro Santisteve, no cuenta con el carisma de otros de los llamados alcaldes del cambio, como Ada Colau o Manuela Carmena. Su gesti¨®n estos cuatro a?os ha pasado un poco desapercibida, sin grandes inversiones, en una legislatura lastrada por los desencuentros entre partidos. La f¨®rmula no se reeditar¨¢ esta vez por la ruptura entre Santisteve y Unidas Podemos, que concurren el 26-M por separado. La encuesta de 40dB. para EL PA?S otorga al PSOE la victoria con el 26,1% de los votos y entre nueve y diez ediles. Los socialistas necesitar¨ªan el apoyo de Podemos y de la confluencia liderada por el actual alcalde, para recuperar el gobierno la ciudad. La suma del PP, Cs y Vox se quedar¨ªa lejos de la mayor¨ªa y aleja la posibilidad de un pacto similar al alcanzado en Andaluc¨ªa
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