El jurado decide si Pablo Ibar debe morir o ir a la c¨¢rcel de por vida
Preguntas y respuestas sobre la fase de sentencia del juicio, que concluye esta semana, contra el espa?ol hallado culpable en Florida de un triple asesinato cometido hace 25 a?os
La suerte de Pablo Ibar, el espa?ol de 47 a?os hallado culpable de asesinar en 1994 a tres personas en Florida, se decidir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas, cuando el jurado reunido de nuevo en los juzgados de Fort Lauderdale, localidad a 40 kil¨®metros al norte de Miami, decida si los cr¨ªmenes por los que le hallaron culpable el pasado 19 de enero merecen la inyecci¨®n letal o la cadena perpetua. Si deciden que debe morir, decisi¨®n que han de tomar por unanimidad, el juez Dennis Bailey podr¨ªa rebajar la pena a cadena perpetua. Pero la actitud del juez, desde que comenzara la repetici¨®n del juicio ordenada por el Tribunal Superior de Justicia de Florida por considerar que las pruebas que le llevaron al corredor de la muerte en el a?o 2000 eran ¡°escasas y endebles¡±, ofrece pocas esperanzas al entorno de Ibar. Solo un voto discordante de alg¨²n miembro del jurado, lamentan, podr¨ªa salvar a Ibar de regreso al corredor de la muerte, donde ya pas¨® 16 a?os. Esa es la fr¨¢gil esperanza de la defensa.
En cualquier caso, la decisi¨®n del jurado no ser¨¢ el fin de este proceso extraordinario que se prolonga ya 25 a?os. Sea cual sea la decisi¨®n del jurado, la defensa recurrir¨¢ de nuevo, con la esperanza de que se vuelva a repetir un juicio que consideran plagado de irregularidades. Este no es el final, explica Andr¨¦s Krakemberger, presidente de la Asociaci¨®n contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, sino ¡°el principio de otra carrera de fondo que nosotros no quer¨ªamos¡±. Una carrera, calcula Krakemberger, que se prolongar¨¢ otros seis u ocho a?os. Este es un resumen de c¨®mo est¨¢n las cosas en la sala 6900 de los juzgados de Fort Lauderdale.
?Qu¨¦ ha pasado desde que el jurado emiti¨® su veredicto de culpabilidad en enero?
Los cuatro meses desde que el veredicto de culpabilidad volvi¨® a caer como un mazazo sobre Pablo Ibar, hijo del pelotari vasco C¨¢ndido Ibar, hermano del fallecido campe¨®n de boxeo Jos¨¦ Manuel Urtain, no han estado exentos de los sobresaltos que han salpicado reiteradamente las dos d¨¦cadas y media de agon¨ªa de esta familia.
La primera parte del cuarto juicio que se celebra contra el procesado comenz¨® el 26 de noviembre de 2018. El 19 de enero el jurado hall¨® culpable por unanimidad a Pablo Ibar. Tres d¨ªas despu¨¦s, el primer d¨ªa h¨¢bil tras la lectura del veredicto, uno de los miembros del jurado se puso en contacto con el juzgado para retractarse de su decisi¨®n. Cabe recordar que, en caso de que el jurado no hubiera alcanzado un veredicto por unanimidad, el juicio habr¨ªa sido declarado nulo. El miembro arrepentido, Kurt Collins, denunci¨® fuertes presiones durante las deliberaciones del jurado. El juez lo resolvi¨® apart¨¢ndolo del jurado sin investigar sus denuncias. Otro miembro del jurado, identificado como Black, esta vez un suplente (el juicio empieza con un jurado de 18 personas, de los cuales seis son suplentes), denunci¨® haber sido contaminado. Es decir, que conoci¨® un dato sobre el caso que no estaba autorizado a conocer, ya que a los miembros del jurado les est¨¢ prohibido informarse por su cuenta del caso cuando abandonan el juzgado. Tambi¨¦n en este caso, el juez Dennis Bailey se limit¨® a relevar a Black de sus obligaciones como jurado suplente.
?Qu¨¦ ha hecho la defensa en esta fase?
¡°Es una vida que merece la pena salvar¡±, declar¨® este lunes a EFE el embajador de Espa?a en Estados Unidos, Santiago Cabanas, antes de testificar en el juicio. Cabanas y el c¨®nsul general de Espa?a en Miami, C¨¢ndido Creis, han comparecido como testigos de la defensa para hablar de Pablo Ibar y de las relaciones del hispano-estadounidense con su familia. El embajador ha seguido el caso muy de cerca, especialmente en la segunda mitad de la d¨¦cada pasada, en que ocup¨® el consulado de Miami. Su testimonio ten¨ªa por objeto, explic¨®, transmitir que "la vida de Pablo es importante para su familia y la familia es importante para Pablo". El padre de Ibar, sus hermanos y su esposa, Tanya, tambi¨¦n est¨¢n llamados a testificar en esta fase del juicio, buscando despertar la compasi¨®n en al menos alg¨²n miembro del jurado, y evitar as¨ª que Ibar vuelva al corredor de la muerte.
La defensa alega como factores "atenuantes" para preservar la vida de Ibar el amor de su familia y el peso de Pablo como uno de los pilares de la misma, y especialmente de los dos hijos de su esposa Tanya, con la que lleva casado 21 a?os (la defensa pidi¨® al jurado respetar "el derecho a la privacidad" sobre la paternidad de Ibar). Solicit¨® la defensa en una moci¨®n descartar la condena a muerte en base a los "derechos humanos internacionales de sus dos hijos menores". La moci¨®n se?alaba que Tanya, la esposa de Ibar, tiene dos hijos menores, de 7 y 12 a?os, "que lo reconocen a ¨¦l como su padre". El recurso se acog¨ªa a la Convenci¨®n Internacional del Ni?o y la Convenci¨®n sobre Derechos Civiles y Pol¨ªticos, pero el juez ha considerado que el planteamiento no es un argumento legal aceptable. La defensa tambi¨¦n presenta como factor atenuante su "impresionante" en la c¨¢rcel.
?Y la fiscal¨ªa?
Los fiscales han demostrado que no lo pondr¨¢n f¨¢cil: cada vez que un condenado a muerte sale libre recibe un fuerte golpe el Estado de Florida, al que la fiscal¨ªa representa. Tambi¨¦n ellos buscaron apelar al coraz¨®n de los miembros del jurado para tratar de lograr que Ibar pague con la inyecci¨®n letal. Llamaron a declarar a cuatro familiares de Casimir Sucharski, Marie Rogers y Sharon Anderson, las tres v¨ªctimas mortales del crimen de Miramar del 27 de junio de 1994.
Logr¨® la fiscal¨ªa otro golpe de efecto con uno de los "seis factores agravantes" que plantean para que el jurado se decida por la pena capital. Consiguieron que el juez aceptara, en la primera jornada de esta fase de sentencia del juicio, el testimonio de Natalia L¨®pez Montoya, una mujer que viv¨ªa en la casa de Miami Dade en cuyas inmediaciones fue detenido Ibar en 1994, tras un asalto con violencia en el domicilio. Ibar ya fue juzgado y condenado a ocho a?os por esos hechos. Fue en la comisar¨ªa en la que estuvo detenido por ese asalto donde los agentes vieron la fotograf¨ªa que se hab¨ªa distribuido de uno de los sospechosos de los cr¨ªmenes de Miramar, capturada de una grabaci¨®n de escasa calidad, y consideraron que se parec¨ªa a Ibar.
La testigo, que en aquel entonces estaba embarazada de ocho meses, declar¨® que Ibar la amenaz¨® con un cuchillo en el vientre para que se callara. La defensa protest¨® en diversas ocasiones durante el testimonio de L¨®pez Montoya, no solo porque se trataba de hechos ya juzgados, sino porque Ibar fue hallado culpable en su momento de allanamiento de morada y robo de joyas, pero no de amenazas con arma blanca. El juez Bailey rechaz¨® todas las protestas de la defensa.
Bailey no hab¨ªa permitido que ese episodio saliera a relucir en la primera fase del juicio, como tampoco permiti¨® que se mencionaran otros hechos que podr¨ªan haber favorecido a Ibar. Entre otros, la circunstancia de que el otro acusado por los cr¨ªmenes de Miramar, Seth Pe?alver, que tambi¨¦n fue condenado a muerte, sali¨® libre despu¨¦s de la repetici¨®n de su juicio. La defensa, que trat¨® de recusar al juez en su momento alegando su falta de parcialidad (entre otras cosas, su exmujer trabaj¨® con la fiscal¨ªa durante el primer juicio), considera que Bailey les ha perjudicado.
?C¨®mo afecta al futuro del caso una condena a muerte o a cadena perpetua?
C¨¢ndido Ibar, padre del acusado, declar¨® a Efe que las dos alternativas son "malas", aunque "donde hay vida, hay esperanza". Tanto si vuelve a ser condenado a muerte como si lo es a cadena perpetua, la Asociaci¨®n contra la Pena de Muerte Pablo Ibar ha asegurado que recurrir¨¢ la sentencia. La v¨ªa de apelaci¨®n, sin embargo, difiere de un escenario a otro. Si es condenado a muerte, se apela directamente al Tribunal Superior de Justicia de Florida, mientras que recurrir una cadena perpetua requiere una instancia intermedia ante el Tribunal de Apelaci¨®n del Cuarto Distrito de Florida. La vista, seg¨²n expertos juristas, no tendr¨ªa lugar antes de cinco a?os.
El recurso buscar¨¢, de nuevo, la repetici¨®n del juicio. Se basar¨¢, seg¨²n la Asociaci¨®n contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, en ¡°una serie de decisiones del juez Dennis Bailey que sin duda han tenido su peso en el resultado¡± y en ¡°la inobservancia de una serie de testimonios, peritajes y pruebas por parte del jurado¡±.
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