¡°La mejor vacuna contra las ¡®cloacas¡¯ de la Polic¨ªa es la legalidad y el control interno¡±

M¨®nica Gracia (Barcelona, 1971), secretaria general del mayoritario Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP), se enfrenta el pr¨®ximo 19 de junio a las elecciones m¨¢s inciertas de la historia del sindicalismo policial. Una nueva organizaci¨®n de agentes, Jusapol, surgida durante las negociaciones que los sindicatos tradicionales mantuvieron con el Ministerio del Interior para lograr su ansiada equiparaci¨®n salarial con los cuerpos auton¨®micos, ha convulsionado un panorama sindical que parec¨ªa estable. Todo ello mientras las continuas novedades judiciales del esc¨¢ndalo de la polic¨ªa patri¨®tica y el caso Villarejo minan la imagen de la Polic¨ªa.?

Pregunta. Los polic¨ªas van a elegir a sus representantes en un momento de inestabilidad pol¨ªtica, con un ministro en funciones, pero tambi¨¦n con alta conflictividad policial. ?Est¨¢ justifica esta ¨²ltima despu¨¦s del acuerdo de equiparaci¨®n?

Respuesta. Las reivindicaciones policiales siempre est¨¢n presentes. Es normal y es bueno. Somos un colectivo que queremos, como cualquier otro, mejorar las condiciones laborales, empezando por las retributivas. El acuerdo de equiparaci¨®n salarial es hist¨®rico y supone el mayor impulso a la n¨®mina de un polic¨ªa en todo el periodo democr¨¢tico, con 561 euros al mes de incremento acumulado que se culminar¨¢ en 2020. Pero hay otras muchas mejoras pendientes, que van desde lo econ¨®mico a la jornada laboral, pasando por los medios de protecci¨®n o las infraestructuras.

P. -Llama la atenci¨®n el enfrentamiento que se est¨¢ viviendo en los ¨²ltimos tiempos entre los sindicatos tradicionales y organizaciones de nuevo cu?o.

R. Ese nuevo sindicato [Jupol, surgido de Jusapol] naci¨® como asociaci¨®n de polic¨ªas nacionales y guardias civiles con un solo objetivo, la equiparaci¨®n salarial, y un discurso en el que los sindicatos de Polic¨ªa Nacional y asociaciones profesionales de la Guardia Civil ¨¦ramos los culpables de todos los males. Renegaron del sindicalismo y prometieron no dar ese paso nunca. Pues bien, ya son sindicato. El problema de estos nuevos dirigentes sindicales es que para abrirse paso han tratado de destruir a los dem¨¢s con malas formas y sin respeto.

P. ?Tienen los partidos responsabilidad en esta situaci¨®n? Los dirigentes de varias formaciones se han apresurado a ponerse en primera fila en muchas de sus manifestaciones.

R. Cuando un colectivo de m¨¢s de 140.000 funcionarios, entre polic¨ªas y guardias civiles, reclama mejoras de cualquier tipo y lo hace en un periodo electoral, los partidos pol¨ªticos se acercan a ti con mucho mayor inter¨¦s. Se juegan nuestros votos y los de nuestras familias. Es f¨¢cil encabezar una manifestaci¨®n y desde la oposici¨®n reivindicar, sin aportar. Lo importante es c¨®mo se retratan esas mismas formaciones cuando comienza la legislatura.?

P. ?Cuando se materialice totalmente el acuerdo de equiparaci¨®n estar¨¢ la polic¨ªa espa?ola bien pagada?

R. La Polic¨ªa espa?ola nunca ha estado bien pagada. Las retribuciones de quienes defienden la vida de los dem¨¢s con la suya nunca son suficientes. Creemos que se debe seguir avanzando en ese ¨¢mbito y vamos a luchar por ello.

P. Lo cierto es que sus reclamaciones han contado con el respaldo de un sector importante de la sociedad, ?se sienten valorados por los ciudadanos?

R. Sin duda. Cuando una y otra vez los estudios sociol¨®gicos del CIS nos sit¨²an en la cabeza de instituciones m¨¢s valoradas de nuestro pa¨ªs, es evidente que los ciudadanos nos respaldan.

P. ?C¨®mo han afectado el esc¨¢ndalo de la polic¨ªa patri¨®tica?y el caso Villarejo a esa imagen?

R. En el SUP creemos que la incidencia ha sido m¨ªnima. Y lo decimos porque negamos la mayor. No ha habido polic¨ªa patri¨®tica sino algunos mandos, con responsabilidades delicadas, cuyo trabajo ahora est¨¢ bajo an¨¢lisis judicial. Ning¨²n colectivo profesional est¨¢ libre de errores y episodios de mala praxis. Si los jueces y fiscales est¨¢n trabajando para esclarecer episodios oscuros es gracias a los elementos que la Unidad de Asuntos Internos les traslada en sus investigaciones e informes.

P. ?Es cierto, como dijo el ministro Grande-Marlaska, que las cloacas del Estado han sido desmanteladas?

R. Las cloacas, entendidas como delitos cometidos por compa?eros, acaban cuando se descubre el delito y se sentencia. M¨¢s all¨¢ de eso, hacen falta procedimientos para evitar casos similares, cultura corporativa que repudie esas pr¨¢cticas y mecanismos de depuraci¨®n ¨¢giles. La mejor vacuna contra las cloacas es la legalidad, el control interno y la transparencia.

P. ?C¨®mo se pudo llegar a esa situaci¨®n? ?Por qu¨¦ nadie lo denunci¨®?

R. Esa es una pregunta esencial. Una de las quejas hist¨®ricas del SUP tiene que ver con el capricho de los pol¨ªticos de interferir en la carrera profesional de los mandos de la Polic¨ªa Nacional. Eso genera ansiedades y ambiciones que perjudican al Cuerpo. Los ascensos y nombramientos deben someterse a principios previsibles y tasados, que la leg¨ªtima competencia entre mandos se salde en el terreno de los m¨¦ritos objetivos. Sobre el grado de conocimiento de esas actuaciones dentro de la Polic¨ªa, la respuesta es sencilla: ?se puede llegar a conocer la actividad concreta e individual de quienes dirigen unidades policiales de m¨¢xima reserva? Para denunciar algo, hay que conocerlo y lo que ahora es p¨²blico antes no lo era.

P. ?C¨®mo son las actuales relaciones entre los polic¨ªas y los mossos? ?Se ha vuelto a la situaci¨®n anterior al refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre de 2017?

R. Seamos claros, la desconfianza existe. La pol¨ªtica catalana ha manoseado demasiado los nombramientos en la c¨²pula policial. Y los Mossos no son solo sus mandos, evidentemente, pero son ellos los que dirigen el Cuerpo. Cuando varios actores comparten un mismo escenario de trabajo, la protecci¨®n de la seguridad ciudadana en Catalu?a, deben ser los aspectos operativos y la coordinaci¨®n los que primen frente a la competencia pol¨ªtica.