Detenido el mayor ciberestafador de Espa?a cuando preparaba un golpe de un mill¨®n de euros
La Guardia Civil arresta en Madrid a un leon¨¦s de 23 a?os como presunto cabecilla de una red que ha enga?ado a miles de personas en tres a?os con ventas 'online'
Joven, escurridizo, violento y eg¨®latra. Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detuvieron el pasado 18 de junio, tras un a?o de investigaci¨®n, al que se considera el mayor ciberestafador de la historia de Espa?a, seg¨²n ha informado este viernes el instituto armado. Se trata de Jordi. A. F., un leon¨¦s de 23 a?os que adoptaba medidas extremas de seguridad para no ser localizado por la polic¨ªa y que presuntamente contrat¨® sicarios para dar una paliza a un integrante de su banda del que sospechaba que le robaba, seg¨²n detallan fuentes de la investigaci¨®n.
La Guardia Civil lo considera el supuesto cabecilla de una trama que enga?¨® a miles de ciudadanos en los tres ¨²ltimos a?os mediante p¨¢ginas web fraudulentas de venta de productos tecnol¨®gicos. Capaz de ingresar m¨¢s de 300.000 euros en un solo mes con sus estafas, cuando fue arrestado Jordi hab¨ªa iniciado los preparativos para dar un golpe de un mill¨®n de euros durante el pr¨®ximo Black Friday, la campa?a comercial en Internet que se celebra cada a?o en noviembre. Seg¨²n comentaba a sus colaboradores, adem¨¢s de conseguir el dinero, con este macroestafa aspiraba a ser considerado como el mayor ciberdelincuente de Espa?a.
La investigaci¨®n que ha permitido su arresto y el de dos de sus m¨¢s cercanos colaboradores, bautizada Operaci¨®n Lupin III, se inici¨® cuando el Grupo de Delitos Telem¨¢ticos de la Guardia Civil recibi¨® numerosas denuncias de ciudadanos que aseguraban haber sido v¨ªctimas de ciberestafas que ten¨ªan un patr¨®n muy similar. En la mayor¨ªa de los casos se trataba de compras fallidas de productos electr¨®nicos ¡ªprincipalmente videoconsolas y tel¨¦fonos m¨®viles, aunque tambi¨¦n aires acondicionados en verano o gas¨®leo de calefacci¨®n en invierno¡ª, realizadas a trav¨¦s de p¨¢ginas web espejo de tiendas muy conocidas, cuyos detalles copiaba la organizaci¨®n para enga?ar a las v¨ªctimas.
Las p¨¢ginas, de las que la Guardia Civil?ha llegado a localizar m¨¢s de 30, se situaban en los principales buscadores y redes sociales mediante campa?as de publicidad online y con atractivas ofertas para captar el mayor n¨²mero de v¨ªctimas en poco tiempo. Estas webs permanec¨ªan activas muy poco tiempo, a veces solo un fin de semana, y desaparec¨ªan sin dejar rastro ni, por supuesto, enviar ning¨²n producto al comprador.
En los tres a?os en los que ha estado activo, Jordi fue mejorando la t¨¦cnica de sus estafas. Empez¨® poniendo a su nombre la cuenta en la que recib¨ªa el dinero de las v¨ªctimas y el tel¨¦fono que utilizaba era el de su padre. Ello le vali¨® que le reclamaran 25 juzgados de Espa?a. Sin embargo, de manera autodidacta, fue mejorando el sistema hasta perfeccionar el repertorio de ciberestafas y evitar ser localizado. La que m¨¢s hab¨ªa utilizado era obligar a la v¨ªctima a realizar el pago del producto inexistente siempre mediante transferencia bancaria. El dinero acababa en una de los cientos de cuentas corrientes que el cabecilla de la trama hab¨ªa abierto mediante?mulas ¡ªpersonas, en su mayor¨ªa j¨®venes, que aceptaban poner a su nombre productos bancarios a cambio de poco m¨¢s de 100 euros¡ª para, posteriormente, sacar el dinero de las mismas mediante m¨²ltiples extracciones en cajeros autom¨¢ticos. Pod¨ªa acumular "decenas de miles de euros en solo una jornada de actividad recaudatoria", destaca la Guardia Civil en su nota.
En los ¨²ltimos tiempos el ciberestafador perfeccion¨® su m¨¦todo y, tras conseguir que la v¨ªctima facilitara su tel¨¦fono m¨®vil durante el proceso de pago online del producto, le llamaba para invitarle a descargarse en su m¨®vil una aplicaci¨®n que supuestamente le permitir¨ªa hacer un seguimiento del pedido. En realidad, el software que el comprador se instalaba desviaba todos los mensajes SMS que recib¨ªa en su tel¨¦fono a un terminal del propio delincuente. Entre esos mensajes se encontraban los c¨®digos que env¨ªan los bancos para realizar la ¨²ltima confirmaci¨®n antes de autorizar el cargo de una compra.
De este modo, el ciberestafador realizaba transferencias desde las cuentas de la v¨ªctima a las suyas o le cargaba elevadas compras sin que esta se percatara. Seg¨²n la Guardia Civil, a una de las v¨ªctimas le vaci¨® 20.000 euros de sus dep¨®sitos bancarios. A otra le extrajo 5.000 euros para ingres¨¢rselos en una ONG. Y, en alg¨²n caso, incluso presum¨ªa de haber devuelto el dinero a alguno de los afectados porque le dio l¨¢stima. "Para ¨¦l se hab¨ªa convertido en una obsesi¨®n demostrar que estaba por encima de todos y que pod¨ªa hacer lo que quisiera", destaca un mando de la Guardia Civil que ha participado en las pesquisas.
Jordi contaba con decenas de asalariados a sus ¨®rdenes. El grupo m¨¢s numeroso era el de las mulas que abr¨ªan las cuentas, 45 de las cuales fueron arrestadas recientemente en otra operaci¨®n policial. "Al principio les pagaba hasta 1.000 euros por poner a su nombre tres o cuatro productos bancarios, pero con el tiempo descubri¨® que con darles poco m¨¢s de 100 era suficiente y as¨ª lo hac¨ªa", detallan fuentes de la investigaci¨®n. Adem¨¢s, el ciberestafador contaba con una persona que se encargaba de captar a estas mulas al que pagaba hasta 5.000 euros mensuales. Y ten¨ªa a su servicio a un inform¨¢tico para crear las r¨¦plicas fraudulentas de las webs de comercio electr¨®nico. Ambos han sido detenidos en los ¨²ltimos d¨ªas.
Tambi¨¦n contrataba a sicarios para dar escarmientos a aquellos subordinados que no cumpl¨ªan sus ¨®rdenes o que intentaban enga?arle qued¨¢ndose con m¨¢s dinero del estipulado. La UCO le encontr¨® un v¨ªdeo en el tel¨¦fono m¨®vil de una de esas palizas. En una ocasi¨®n, amenaz¨® a una v¨ªctima que, tras el enga?o, intent¨® recuperar su dinero: le mand¨® a su tel¨¦fono m¨®vil una foto de su portal y los perfiles de su mujer e hija en una red social con la advertencia de que podr¨ªa actuar contra ellas si insist¨ªa en reclamar su dinero. Incluso envi¨® correos electr¨®nicos a los afectados por sus enga?os haci¨¦ndose pasar por la propia UCO, la unidad policial que ha terminado arrest¨¢ndolo, para decirles que se pusieran en contacto con un tel¨¦fono para hacer sus denuncias. "El n¨²mero pertenec¨ªa a alguien del que se quer¨ªa vengar y al que, con esta maniobra, consegu¨ªa saturar la l¨ªnea", detallan fuentes de la investigaci¨®n.
El joven ciberestafador adoptaba, adem¨¢s, "exageradas medidas de seguridad", seg¨²n la Guardia Civil. As¨ª, para evitar ser arrestado, utilizaba varias identidades falsas, cambiaba de n¨²mero de m¨®vil cada cinco d¨ªas y evitaba residir en el mismo lugar m¨¢s de una semana. De hotel en hotel y de apartamento en apartamento, Jordi se mov¨ªa entre Madrid y las localidades cercanas de Las Rozas y Majadahonda. Los alquileres los realizaba un miembro de su organizaci¨®n utilizando el nombre de terceras personas. Este era, adem¨¢s, el responsable de escoltarle y realizar contravigilancias para detectar la posible presencia de polic¨ªas. "Estaba obsesionado con su seguridad y demostraba que conoc¨ªa muy bien los m¨¦todos de investigaci¨®n policial, lo que nos ha complicado mucho poder localizarle y detenerlo", admite un responsable de la investigaci¨®n
Ello no impidi¨®, sin embargo, que el pasado martes agentes de la UCO lo detuvieran en la cafeter¨ªa de un c¨¦ntrico hotel de la capital. Acababa de trasladarse a vivir a un apartamento cercano. En el momento del arresto, los agentes le intervinieron material inform¨¢tico, adem¨¢s de 50 smartphones y m¨¢s de 100 tarjetas telef¨®nicas de prepago, todas ellas adquiridas a nombre de terceras personas. Los agentes sospechan que todo ello formaba parte de la infraestructura t¨¦cnica que Jordi estaba montando para perpetrar el pr¨®ximo Black Friday una estafa m¨²ltiple con la que esperaba conseguir un bot¨ªn de un mill¨®n de euros. Un golpe del que ¨¦l alardeaba en su c¨ªrculo m¨¢s cercano de amigos calific¨¢ndolo como "la estafa del siglo". Adem¨¢s de su cuenta corriente, quer¨ªa alimentar su ego. Los agentes a¨²n buscan d¨®nde tiene oculto el dinero.
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