¡°Hay una visi¨®n simplista muy extendida sobre el fin de ETA¡±
El historiador publica un libro en ingl¨¦s con el que pretende desmontar t¨®picos muy extendidos en el mundo anglosaj¨®n
Ludger Mees (Essen, Alemania, 62 a?os), catedr¨¢tico de Historia de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y coautor de El p¨¦ndulo patri¨®tico (2005), la mejor historia del nacionalismo vasco para algunos expertos, acaba de publicar The Basque contention (El contencioso vasco), primer libro en ingl¨¦s dedicado al p¨²blico anglosaj¨®n sobre ETA y su final. Mees pretende desmontar dos t¨®picos muy extendidos en el mundo anglosaj¨®n: la existencia de un conflicto del pueblo vasco contra Espa?a por su soberan¨ªa y el terrorismo como derivada de ese conflicto.
A esa ¡°visi¨®n simplista¡± Mees contrapone una ¡°realidad compleja¡±. ¡°La sociedad vasca es plural y debe acordar internamente su modelo. Este debe ser negociado entre las instituciones vascas y el Estado, mientras la violencia sigui¨® su propia din¨¢mica¡±, subraya. Asimismo resalta que, a diferencia de Irlanda, donde exist¨ªan dos comunidades enfrentadas, en Euskadi ¡°un grupo violento, de cariz totalitario, quiso imponer su modelo a toda la sociedad vasca¡±.
Mees es tambi¨¦n cr¨ªtico con la ¡°visi¨®n simplista¡± de muchos medios de comunicaci¨®n espa?oles sobre el final de ETA, condicionada por intereses pol¨ªticos. El historiador califica el final de ETA como ¡°suicidio autoinducido¡±. ¡°ETA pudo continuar. Ten¨ªa comandos y armas. Pero decidi¨® parar porque no ten¨ªa alternativa. Sufr¨ªa una exitosa presi¨®n policial y judicial; ten¨ªa enfrente un potente movimiento ciudadano; se sumaba la impopularidad del terrorismo tras el 11-S y, finalmente, algo insuficientemente valorado: la tard¨ªa pero eficaz emancipaci¨®n del grupo de Arnaldo Otegi que, convencido de que ETA no ten¨ªa futuro, le amenaza con dejarla sola y acabar como la Baader-Meinhof alemana. ETA termina por ceder a la presi¨®n de Otegi¡±, reflexiona.
Mees discrepa del relato de ese final que hoy ofrecen la izquierda abertzale y un amplio sector de la derecha espa?ola. ¡°La izquierda abertzale difunde un relato similar al de ETA en su disoluci¨®n. Dice que ETA surgi¨® del pueblo vasco y se disolvi¨® en ¨¦l. Es una visi¨®n alejada de la realidad porque ETA fue expulsada de su pueblo y forzada al suicidio autoinducido. La izquierda abertzale ha dado pasos, como el rechazo a la violencia en sus estatutos, pero le queda enfrentarse al an¨¢lisis de su pasado. Si no admite que fue rechazable matar por pensar distinto, a¨²n le queda mucho para ser una alternativa cre¨ªble¡±.
En cuanto al relato de un sector amplio de la derecha espa?ola, Mees concluye que ¡°solo dice parte de la verdad¡±. ¡°Es verdad que la presi¨®n policial y judicial sobre ETA fue muy importante. Pero no explican todo. Adem¨¢s de que ETA acab¨® con un suicidio autoinducido, hay que resaltar ¡ªalgo que no se hace¡ª que el movimiento por la paz disput¨® con ¨¦xito el espacio p¨²blico a la izquierda abertzale¡±. El catedr¨¢tico a?ade: ¡°Hay que rese?ar, adem¨¢s, el potente surgimiento de un nacionalismo espa?ol excluyente que hoy pretende mantener el fantasma de ETA con fines pol¨ªticos. Cualquier reivindicaci¨®n territorial que contradice su idea de Espa?a est¨¢ contaminada por el terrorismo derrotado¡±.
Mees vaticina que la izquierda abertzale ¡°tardar¨¢ a?os en afrontar su pasado¡±. Pero le parece necesario para ¡°un pa¨ªs sano¡± que ¡°las instituciones y las universidades se esfuercen en conocer el pasado, en asumirlo cr¨ªticamente y difundirlo en las escuelas. No tiene por qu¨¦ haber una memoria ¨²nica, pero la historia debe construirse sin partidismos¡±.
Lucha armada
El historiador apunta algunas condiciones para un relato cre¨ªble del terrorismo vasco. ¡°Tras la muerte de Franco, la violencia de ETA no fue la expresi¨®n de la lucha del pueblo vasco por su soberan¨ªa, sino la decisi¨®n de unos individuos que quisieron imponer su idea a los dem¨¢s. En clave pol¨ªtica, la lucha armada fue un fracaso y una vulneraci¨®n de los derechos humanos. A la izquierda abertzale le queda reconocerlo¡±.
En su relato, Mees identifica a otros actores. ¡°No quiero caer en la equidistancia, pero otros tambi¨¦n tienen tareas pendientes. Una mayor¨ªa de vascos guardaron silencio durante mucho tiempo. El Gobierno vasco tampoco estuvo a la altura y el Estado tiene cuentas pendientes. El Tribunal de Estrasburgo le ha condenado hasta 10 veces por no haber investigado torturas. Ha habido condenas en la Audiencia Nacional sin pruebas. Adem¨¢s, ?alguien ha pedido perd¨®n por la guerra sucia?¡±.
Mees cree que ni el PNV ni la izquierda abertzale ser¨¢n arrastrados por el proc¨¦s catal¨¢n. ¡°El PNV hace declaraciones solidarias con los independentistas catalanes, admite que hay un problema pol¨ªtico, pero marca distancias. No quiere regresar a la polarizaci¨®n que acompa?¨® a la violencia. El PNV lo sabe y la izquierda abertzale lo intuye¡±, considera.
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