Un debate electoral para desbloquear la campa?a
S¨¢nchez sufrir¨¢ un 4 a 1 y llegar¨¢ con tensi¨®n por la visita del Rey, pero conf¨ªa en convencer a indecisos. Casado se ha frenado por la subida de Vox y tendr¨¢ que endurecer su posici¨®n. Rivera tiene su ¨²ltima oportunidad
Todos asumen que es muy importante, pero nadie necesita ganarlo. Al menos no entre el conjunto de los espectadores. Cada uno se dirigir¨¢ a un sector particular, el que buscan para consolidar sus objetivos. El primer debate de candidatos a la presidencia del Gobierno de la historia de Espa?a con la presencia de la extrema derecha, que se podr¨¢ ver este lunes a las 22.00 en varias cadenas y en la web de EL PA?S, est¨¢ tan fragmentado ¡ªcinco hombres sobre el escenario, el r¨¦cord estaba en cuatro¡ª que lo relevante no es el dato de qui¨¦n lo gana, sino el de qui¨¦n es mejor para los suyos y los electorados lim¨ªtrofes.
Las encuestas llegan tan abiertas, con dos bloques en los que ninguno tiene mayor¨ªa suficiente, que los movimientos del debate pueden alterar el resultado electoral, como sucedi¨® en abril, cuando tanto Unidas Podemos como Ciudadanos mejoraron mucho sus posiciones tras los dos cruces.
El debate llega adem¨¢s en un momento an¨ªmico especial. Poco antes de que comenzar, a media tarde, ha vuelto la tensi¨®n a las calles de Barcelona?con la visita del Rey y las protestas organizadas por los independentistas. Catalu?a podr¨ªa dominar el encuentro, algo que interesa especialmente al bloque del centro derecha.
Como explica Jos¨¦ Miguel Contreras, un experto en debates que ayud¨® a preparar los de Felipe Gonz¨¢lez contra Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero contra Mariano Rajoy, y al que siempre consultan los pol¨ªticos y asesores de la siguiente generaci¨®n, con un electorado tan fragmentado ya no importa qui¨¦n gane el debate para el conjunto de los espectadores, a pesar de que se esperan grandes audiencias. La clave est¨¢ en los objetivos marcados.
El PSOE, por ejemplo, se concentra en lograr al menos dos o tres puntos m¨¢s de lo que le auguran las ¨²ltimas encuestas, como la de EL PA?S, que le coloca en un 27,3%, muy por debajo del 28,7% que logr¨® en abril. Ellos buscan el 30%. Y ese crecimiento, seg¨²n admiten fuentes de la c¨²pula socialista, tiene que venir del centro, sobre todo de socialistas indecisos y votantes de Ciudadanos. Por eso una de las claves del debate es el cruce entre Pedro S¨¢nchez y Albert Rivera, el hombre que se juega m¨¢s hoy y que tiene que arriesgar m¨¢s que nadie. El l¨ªder de Cs est¨¢ viendo c¨®mo su electorado se deshace d¨ªa a d¨ªa y necesita un golpe de efecto para salvar los muebles o esta semana puede marcar el final de su fulgurante carrera pol¨ªtica. S¨¢nchez tiene como principal objetivo en esta campa?a hacerse con una parte de los restos de ese naufragio. Y eso se puede notar sin duda en el debate. Fuentes socialistas oficiales aclaran sin citar a Cs que ¡°el PSOE busca el voto de m¨¢s de dos millones de indecisos que pueden confiar en el PSOE para hacer posible un Gobierno fuerte¡±.
Para explicar ese fen¨®meno del debate por objetivos, y no para ganar a toda la audiencia, Contreras recuerda el caso de los cruces entre Hillary Clinton y Donald Trump en EE UU, sobre todo el primero. Todas las encuestas r¨¢pidas de las televisiones dieron por hecho que Clinton hab¨ªa ganado el debate. Y de hecho gan¨® las elecciones en n¨²mero de votos. Pero Trump se concentr¨® en hablar de casos concretos de f¨¢bricas que estaban cerrando la producci¨®n en EE UU para llevarla a M¨¦xico. Trump buscaba votos en ese cintur¨®n industrial deprimido que finalmente acab¨® d¨¢ndole la victoria. En un debate con tantos protagonistas lo importante no es la preparaci¨®n de datos, que apenas da tiempo a desarrollar, sino buscar un tono y decidir con qui¨¦n confrontar. Iglesias opt¨® en abril por un ritmo pausado, casi de moderador, que surti¨® efecto en el ambiente crispado que marcaron Rivera y Pablo Casado. Ahora las cosas han cambiado, el l¨ªder de Unidas Podemos est¨¢ siendo muy duro con S¨¢nchez en los m¨ªtines, y es probable que haya cruces fuertes entre ellos. ??igo Errej¨®n, que busca con dificultad un espacio entre ambos y no estar¨¢ en el debate, intentar¨¢ aprovechar despu¨¦s esa tensi¨®n para ofrecer su alternativa pactista.
El presidente, que ha preparado este debate como siempre con Iv¨¢n Redondo, su estratega principal, se enfrenta esta vez a un ¡°todos contra el PSOE¡± que en su entorno creen que puede beneficiarle si logra ofrecer una imagen presidencial en medio de la crispaci¨®n. Pedro S¨¢nchez tiene que decidir si evita entrar a los choques que todos buscar¨¢n con ¨¦l, como hizo Adriana Lastra el viernes en TVE, con el riesgo de asumir algunas acusaciones si no responde. Es un equilibrio complicado en el que lleva trabajando varias semanas.
Aparte de Rivera, que se juega todo y necesita no pasar desapercibido, Casado tambi¨¦n tiene una posici¨®n compleja. Su campa?a iba como un tiro, pero el inesperado auge de Vox, sobre todo por Catalu?a, ha frenado su crecimiento y le impide acercarse a los 100 esca?os so?ados. Casado ya empez¨® ayer domingo a endurecer su campa?a. El l¨ªder de la oposici¨®n, un aznarista que prometi¨® liderar ¡°el PP verdadero¡±, tiene que mirar a sus dos flancos para consolidar su crecimiento y no quedarse en un nuevo fiasco.
Tal vez el m¨¢s tranquilo sea Abascal, pese a su inexperiencia en estos cruces. Como sucede en casi todos los partidos de extrema derecha europeos, los ataques de los dem¨¢s parecen alimentar a Vox. Los choques de estos d¨ªas con el portavoz del PNV, Aitor Esteban, han sido jaleados por los seguidores de Vox, deseosos de ilegalizar a todos los partidos nacionalistas. Abascal no tiene apenas fronteras de voto que defender, y le basta con hablar de Catalu?a para enardecer a sus masas. La duda que tienen todos es qui¨¦n le entrar¨¢ esta vez a un choque decisivo en el que todos est¨¢n en igualdad de condiciones y por eso ¨¦l puede intentar dominar la escena rompiendo los c¨®digos.
Pero el ¨¦xito de Abascal tambi¨¦n moviliza a la izquierda. Cada movimiento cuenta. Ganar puede ser perder y sufrir puede dar la victoria. Todo depende de los objetivos que cada uno se marque.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.