De azul en el debate de la marmota
Hay que ser un 'kremlin¨®logo' para distinguir lo que visten los candidatos de lo que vistieron en la cita del pasado abril
Unos 45 minutos antes del arranque del debate, cuando los participantes en la pr¨®rroga con gol de porexpan de hoy ya han llegado al Palacio de Cristal de la madrile?a Casa de Campo, se muestran im¨¢genes del que tuvo lugar hace seis meses y una semana. Condenas de nuestros hijos. Se ve en acci¨®n ¡ªpor decirlo de forma optimista, un modo de ver la vida cada vez m¨¢s complicado¡ª a los cuatro candidatos que entonces participaron. El contraste entre lo que aquel d¨ªa vistieron y lo que lucen hoy es pr¨¢cticamente imperceptible. Hay que ser casi un kremlin¨®logo ¡ªaquellos se?ores que esperaban entender las din¨¢micas de la URSS solo a partir de los pocos gestos que se adivinaban en los pol¨ªticos sovi¨¦ticos en las escasas im¨¢genes que de ellos llegaban a este lado del tel¨®n de acero¡ª para denotarlo.
La ¨²nica nota discordante la ofrece, como no pod¨ªa ser de otro modo, el nuevo invitado, al que, como hizo JD Salinger en su memorable relato Para Esm¨¦, Con Amor y Sordidez, llamaremos Sargento X. Se ha presentado con unos pantalones grises, una americana azul y una camisa azul claro que, quiz¨¢ por las prisas, aparece bastante m¨¢s desabrochada de lo que debiera. Y ya. No queremos que el Sargento X entre en nuestras vidas, por lo que no entraremos en la suya.
Los cinco se?ores candidatos, j¨®venes pero ya bastante ajados pol¨ªtica y est¨¦ticamente, vuelven a apostar por el azul. Rivera lo gasta de nuevo todo a un traje de corte entallado, pero sin llegar al punto de parecer un dependiente de tienda de moda low cost en un centro comercial, corbata estampada y esa expresi¨®n corporal que es una mezcla de Gordon Gekko en Wall Street y el Mark Zuckerberg que retrat¨® Aaron Sorkin en La red social. Todo su elaborado trabajo est¨¦tico se va al garete cuando en una de sus primeras intervenciones blande un pedazo de baldosa del paseo de Gracia y lo califica de adoqu¨ªn. Por cierto, el inspector Gadget sacaba insospechadas cosas de debajo de su gabardina, pero este hombre es capaz de sacar mucho m¨¢s de debajo de un traje entallado. Su futuro, vistas las encuestas y en contra de las tendencias en moda masculina, que apuestan por cortes m¨¢s relajados para la pr¨®xima temporada, se halla en el escapismo. Casado, por su parte, neutraliza el efecto demosc¨®pico de su barba con una corbata que hace moir¨¦, unos zapatos demasiado nuevos y una manga de chaqueta corta que deja ver pu?o de camisa. Demasiada camisa para tan poca chaqueta.
Por su parte, Pedro S¨¢nchez gana en tema corbata, no solo por la perfecci¨®n del nudo, sino por la misma naturaleza de la prenda, que es casi morada, lo que semi¨®ticamente podr¨ªa entenderse como un gui?o a los votantes de Unidas Podemos que votan en t¨¦rminos meramente crom¨¢ticos (que los debe haber). O simplemente, visto el nivel de todo esto en tiempos recientes, la luce porque es bonita. Para acabar, Pablo Iglesias, esta vez con corbata. Como es ya casi tradici¨®n en esta era en que se le pide cada a?o a los ciudadanos que arreglen los problemas de los pol¨ªticos, y no al rev¨¦s ¡ªla ¨²ltima vez que comprobamos este asunto en el libro gordo de la democracia no era exactamente as¨ª el asunto¡ª, este se?or llena las l¨ªneas m¨¢s agradecidas de estas cr¨®nicas basadas en los ropajes. En fin, que Pablo siempre da juego. Aunque pretende contarnos siempre que ¨¦l no juega en la liga de la est¨¦tica, es inevitable pensar que es quien m¨¢s esfuerzo hace por mandar alg¨²n tipo de mensaje con su atuendo. Desde su parca-abrigo-cazadora ¡ªla izquierda moderna ser¨¢ mestiza o no ser¨¢¡ª vestida en su llegada al evento hasta esa corbata con lazo suelto sobre camisa azul normativo, que hace que parezca sacado de los minutos de la basura de alguna boda a la que acudi¨® sin conocer apenas a los novios. Pero bueno, esto ya es normal en su presencia en estos debates, que, si siguen repiti¨¦ndose con esta frecuencia, deber¨ªan empezar a ser presentados por Bill Murray. Vestido de azul mientras espera para ver si la marmota anuncia otro a?o de elecciones...
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