Espa?a gana visibilidad, pero no avanza en influencia en las instituciones europeas
La Representaci¨®n Permanente de Espa?a ante la UE tiene previsto este lunes realizar balance de la cosecha de puestos logrados
Espa?a se ha desfondado en la carrera por ganar peso en Bruselas de cara a la legislatura que acaba de arrancar (2019-2024). Tras hacerse con uno de los altos cargos a repartir (el de Alto Representante para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad para Josep Borrell) y lograr la llegada de espa?oles a los gabinetes de las tres presidencias de la UE (Comisi¨®n, Consejo y Parlamento), el Gobierno de Pedro S¨¢nchez no ha podido rematar la faena con una presencia de envergadura en los equipos de los nuevos comisarios europeos.
La Representaci¨®n Permanente de Espa?a ante la UE tiene previsto realizar balance este lunes de la cosecha de puestos logrados en los gabinetes de la c¨²pula de la Uni¨®n Europea, con una reuni¨®n a la que ha invitado a los funcionarios espa?oles seleccionados para esos equipos.
A falta del recuento definitivo, fuentes del Gobierno destacan que Espa?a mejora sensiblemente su posici¨®n en comparaci¨®n con el arranque de la anterior legislatura europea (2014) y pasa de 11 puestos en los gabinetes de la Comisi¨®n y el Parlamento Europeo a 22 en los nuevos equipos (incluidos seis en el de Borrell).
Las fuentes consultadas coinciden en que Espa?a, en t¨¦rminos generales, est¨¢ en condiciones de mejorar cuantitativamente su representaci¨®n en la c¨²pula de la Uni¨®n, tras la traves¨ªa del desierto que inici¨® a partir de 2010, debido en gran medida a la grave crisis econ¨®mica que padeci¨®. Pero las mismas fuentes apuntan que el balance arroja m¨¢s visibilidad ¡ªsobre todo, por la presencia de Borrell¡ª, pero menos cargos intermedios de los que a menudo orientan la agencia comunitaria en una direcci¨®n u otra.
En la anterior Comisi¨®n Europea, los espa?oles copaban dos puestos de jefatura de gabinete (incluido el del presidente Jean-Claude Juncker y el del comisario espa?ol de Energ¨ªa, Miguel Arias Ca?ete), dos de subjefatura y nueve miembros, seg¨²n la memoria anual de la unidad de apoyo para la presencia de espa?oles en las instituciones de la UE (UDA), equipo dependiente de la Representaci¨®n Permanente de Espa?a ante la Uni¨®n. El jefe de gabinete del presidente del Parlamento Europeo tambi¨¦n era entonces espa?ol.
En la nueva Comisi¨®n Europea, con el organigrama casi cerrado de los 27 comisarios (Reino Unido no ha enviado al que le corresponde a la espera de que se consume el Brexit), Espa?a solo dispone de una jefatura de gabinete (la del propio Borrell) y ninguna subjefatura, al menos de momento.
El n¨²mero de miembros espa?oles en los gabinetes parece llamado a superar con holgura el de la legislatura anterior, pero el peso espec¨ªfico se augura menor por el car¨¢cter m¨¢s j¨²nior de los miembros elegidos.
A la ca¨ªda relativa se suma el pr¨®ximo final de mandato del diplom¨¢tico espa?ol Jorge Domecq, director de la Agencia Europea de Defensa, y el traspaso de Pedro Serrano, hasta ahora secretario general adjunto del Servicio Europeo de Asuntos Exteriores, a la jefatura de Gabinete de Borrell. Dos p¨¦rdidas muy valiosas que se espera compensar en el inminente reparto de direcciones generales, pero cuyo peso ser¨¢ dif¨ªcil de igualar.
¡°El presidente del Gobierno logr¨® posicionarse muy bien en la fase inicial de la negociaci¨®n de top-jobs (puestos de alto nivel) y prueba de ello es que conseguimos el puesto de Alto Representante y Vicepresidente para Borrell¡±, se?ala Luis Sim¨®n, director de la oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas.
Sim¨®n cree que S¨¢nchez gan¨® una buena dosis de capital pol¨ªtico ¡°y gener¨® grandes expectativas, lo que siempre es dif¨ªcil luego de gestionar. La pregunta es ?hasta qu¨¦ punto se han cumplido esas expectativas?¡±.
Gabinetes presidenciales
Fuentes del Gobierno subrayan que se ha logrado el principal objetivo, que era contar con presencia en los gabinetes de la presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen; del presidente del Consejo, Charles Michel; y del presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli.
Se trata de posiciones clave en unos gabinetes presidenciales por los que pasan todos los expedientes legislativos, as¨ª como todos los asuntos pol¨ªticamente sensibles. Durante la crisis catalana de 2017, por ejemplo, el Gobierno de Mariano Rajoy ech¨® de menos la presencia de alg¨²n espa?ol en el gabinete del entonces presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que result¨® ser el l¨ªder comunitario potencialmente m¨¢s comprensivo con las tesis de las fuerzas catalanas independentistas.
Esa presidencia era especialmente relevante en la nueva legislatura porque Tusk ha sido sustituido por el exprimer ministro de B¨¦lgica, Charles Michel, que fue el primer l¨ªder europeo, y pr¨¢cticamente el ¨²nico, que reaccion¨® el 1 de octubre de 2017 y pidi¨® contenci¨®n al Gobierno de Rajoy en la respuesta policial al refer¨¦ndum ilegal en Catalu?a. La Moncloa ha maniobrado para situar en el equipo de Michel a Cibr¨¢n Fern¨¢ndez, una persona de confianza del presidente en funciones del Gobierno, Pedro S¨¢nchez.
Tambi¨¦n se destaca el hecho de que, por primera vez de forma clara desde el ingreso de Espa?a en la UE en 1986, el Gobierno ha tejido con antelaci¨®n una red de contactos e intereses ideada para situar a funcionarios con pasaporte espa?ol en puestos clave de la Administraci¨®n comunitaria. Es la t¨¢ctica seguida desde hace a?os por pa¨ªses de peso como Francia, Alemania y, hasta el Brexit, tambi¨¦n Reino Unido.
Cambio generacional y de actitud
Una de las razones que ha impedido a Espa?a aprovechar todo su potencial en las instituciones de la UE es el s¨ªndrome Miau, la novela de Gald¨®s que retrata la angustia de los cesantes que ve¨ªan frustrada su carrera administrativa tras cada cambio de Gobierno en la Espa?a del siglo XIX. Sin llegar tan lejos como el cese, el ascenso o estancamiento de los funcionarios comunitarios ha dependido en ocasiones del color del Gobierno de Madrid. El dominio de los populares en la Comisi¨®n Europea (ininterrumpido desde 2004) y la etapa de Mariano Rajoy al frente del Gobierno (2011-2018) favoreci¨® perfiles m¨¢s conservadores en detrimento, seg¨²n fuentes socialistas, de otros perfiles m¨¢s progresistas. El nuevo reparto, seg¨²n esas fuentes, ha permitido ahora la subida de una nueva generaci¨®n que deb¨ªa haber recibido el impulso mucho antes. El cambio generacional incluye a las personas elegidas para los? gabinetes de las tres presidencias de la UE, pero tambi¨¦n para los de vicepresidentes como Margrethe Vestager o Valdis Dombrovskis. Fuentes comunitarias detectan en esa generaci¨®n una mayor facilidad para colaborar entre s¨ª, m¨¢s all¨¢ de las afinidades o lealtades pol¨ªticas de cada funcionario. Un cambio de actitud que quiz¨¢ aleje para siempre a los eurofuncionarios espa?oles de las pesadillas de Villaamil, el protagonista de Miau.
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