A la conquista de los antiEspa?a

Pudo parecer, por momentos, un debate de otro siglo. Al menos por el origen de ciertas citas literarias, cargadas de significaci¨®n pol¨ªtica. Tan solo en clave nacional, algunos oradores resucitaron menciones del ahora homenajeado Benito P¨¦rez Galdos (del que se celebraba justo este s¨¢bado el centenario de su fallecimiento), pero tambi¨¦n, varias veces, de Marcelino Men¨¦ndez y Pelayo, y con maliciosas intenciones. El retomado tono catastrofista de Pablo Casado en su an¨¢lisis de la situaci¨®n del pa¨ªs, en lo desmesurado de sus conclusiones y en el af¨¢n tremendista de sus adjetivos, que parec¨ªan competir con Santiago Abascal por qui¨¦n llegaba m¨¢s lejos en las hip¨¦rboles, hizo resonar en las Cortes aquellos antiguos reproches sobre los antiEspa?a y los antiespa?oles, acu?ados a finales del siglo XIX, y de los que se abus¨® m¨¢s tarde en la Guerra Civil y durante el franquismo para despachar a todos los que no estaban en comuni¨®n con el r¨¦gimen.

Casado lleg¨® a tildar este s¨¢bado al candidato ganador de las ¨²ltimas elecciones y las anteriores, el socialista Pedro S¨¢nchez, de antipatriota. Y fue una de las invectivas m¨¢s suaves que le propin¨®. El l¨ªder del PP retrat¨® un panorama apocal¨ªptico de la Espa?a actual, casi pregolpista y hasta alert¨®: ¡°Quiero que los espa?oles sepan que nos enfrentamos a una operaci¨®n de derribo constitucional¡±. Le reproch¨® haber perdido la dignidad para dirigir el PSOE y la decencia por no parar de mentir sobre sus intenciones en el bestiario de sus pactos de poder. Y en las mismas frases logr¨® enlazar conceptos sobre dictadores bananeros y comunistas bolivarianos o narcodictaduras, cuestion¨® que fuera el Gobierno socialista de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba el que acab¨® con ETA y catalog¨® los ERE de Andaluc¨ªa como ¡°el caso de mayor latrocinio de Europa¡±.

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S¨¢nchez le agradeci¨® con sorna esa moderaci¨®n, pero est¨¢ claro que tiene otro concepto de Espa?a y del patriotismo. Se declar¨® patriota ¡°de amparar por igual a todos los ciudadanos¡± y, por lo que manifiesta, su visi¨®n de c¨®mo manejar el pa¨ªs es otra: ¡°Espa?a tal y c¨®mo es¡±. No c¨®mo le gustar¨ªa. Es decir, c¨®mo la que han votado la mayor¨ªa de los electores en hasta cinco comparecencias con las urnas en 2019. Una Espa?a que componen hasta el 60% de los diputados acusados por la derecha de antiespa?olidad y que est¨¢n representados ahora mayoritariamente en la C¨¢mara baja, como record¨® el c¨¢lculo de votos Alberto Garz¨®n. S¨¢nchez le aconsej¨® ah¨ª a Casado, como si fuera un tratamiento de alcoh¨®licos an¨®nimos, que le vendr¨ªa bien reconocer ya que lleva cinco procesos electorales perdiendo para empezar a aprender a ganar alg¨²n d¨ªa. Sabe de lo que habla.

Todas esos pron¨®sticos derrotistas del PP, Vox y Ciudadanos sobre el hundimiento de Espa?a como la conoc¨ªamos y de irresponsables advertencias de golpismo fueron replicadas reiteradamente por S¨¢nchez: ¡°Aqu¨ª no se va a romper Espa?a, ni la Constituci¨®n, solo el bloqueo frente a un gobierno progresista¡±. Un lema que tiene visos de esculpirse en esta convulsa XIV legislatura que no acaba de arrancar con normalidad. Nada es ya normal en v¨ªsperas de la Epifan¨ªa. Todo parece an¨®malo en el Congreso.

Tanto que cuando lleg¨® Abascal, de Vox, pareci¨® m¨¢s medido que Casado. Y eso que le solt¨® ep¨ªtetos de mentiroso, estafador, fraude, villano de c¨®mic, tirano banderas, indigno, testaferro de comunistas y separatistas y profanador de tumbas. Abascal acudi¨® al atril con un libro de Iv¨¢n V¨¦lez, La Conquista de M¨¦xico, sobre las haza?as de Hern¨¢n Cort¨¦s, del que se cumpli¨® en 2019 el quinto centenario de su llegada a M¨¦xico. S¨¢nchez no se amilan¨® y le cit¨® a la cara. Luego no se mordi¨® la lengua. El l¨ªder socialista alude todo lo que puede a las derechas conjuntamente. Lo har¨¢ m¨¢s. Entiende que le reporta votos y legitimidad a sus maniobras pol¨ªticas m¨¢s complejas destacar que la visi¨®n de Espa?a de PP, Vox y Cs es ¡°tenebrosa, anticuada, cerrada, perdedora, oscura, insegura y replegada en s¨ª¡±.